Yo busco la justicia que a mi madre se le ha negado: Andrea, hija de deudor alimentario

Andrea es hija de un padre abandónico, quien desde hace 20 años elude cumplir con su responsabilidad paterna

Andrea es hija de un padre abandónico, quien desde hace 20 años elude cumplir con su responsabilidad paterna.
Ahora con 23 años de edad, ella exige justicia ya que el Juzgado Primero de lo Familiar dictó sentencia, pero esta es letra muerta.

El padre de esta joven se llama Héctor P.
V.
quien es dueño de un negocio de venta de chamorros y de un grupo musical, “La demanda es en contra de mi progenitor, siempre ha estado ausente y abandónico.
Nos está desapareciendo, nos tiene bloqueadas de redes y de todo, así como: si no las veo no existen”.

Andrea fue parte de las mujeres e hijos que se apostaron en la plaza pública para evidenciar a los deudores alimentarios, ello en el marco de la movilización nacional para impulsar que se cumpla con la Ley Sabina.

“Lo que yo busco es la justicia que a mi madre se le ha negado, ella por mucho tiempo lo intentó y ahora que soy adulta buscó la justicia que nunca puedo tener”.

Señaló que todo los procesos jurídicos son muy tardados, “Hay que estar detrás de los actuarios, de los juzgados, se detiene mucho el proceso, es mucho dinero invertido”.

El padre debe cumplir con una pensión para dar cobertura a las necesidades de alimentación, transporte, vestido, y estudios, entre otras cuestiones.
Se trata de una cantidad justa, que se divide entre el padre y la madre.

Andrea invitó a quienes viven esta situación a que denuncien y que no la normalicen, ya que los deudores siguen con su vida.
“A mi no me bajan de mantenida, me dicen que ya estoy grande y puedo trabajar, pero es algo con lo que debió cumplir y no es por seguir de mantenida, es obtener justicia”.

La Ley Sabina es el logro de la lucha de mujeres que maternan, de manera autónoma, y exigen que los hombres cumplan con sus obligaciones alimentarias hacia sus hijos e hijas.

De las reformas aprobadas por el Congreso de la Unión y el Senado, se establece la creación del Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias.
Este registro será un padrón que permitirá difundir información respecto a quienes mantienen la calidad de deudores alimentarios morosos, es decir, en este se inscribirán a las personas que hayan dejado de cumplir sus obligaciones alimentarias por tres meses de manera consecutiva o por cinco de forma alternada, ordenadas por autoridad competente o por convenio judicial.

Andrea es hija de un padre abandónico, quien desde hace 20 años elude cumplir con su responsabilidad paterna.
Ahora con 23 años de edad, ella exige justicia ya que el Juzgado Primero de lo Familiar dictó sentencia, pero esta es letra muerta.

El padre de esta joven se llama Héctor P.
V.
quien es dueño de un negocio de venta de chamorros y de un grupo musical, “La demanda es en contra de mi progenitor, siempre ha estado ausente y abandónico.
Nos está desapareciendo, nos tiene bloqueadas de redes y de todo, así como: si no las veo no existen”.

Andrea fue parte de las mujeres e hijos que se apostaron en la plaza pública para evidenciar a los deudores alimentarios, ello en el marco de la movilización nacional para impulsar que se cumpla con la Ley Sabina.

“Lo que yo busco es la justicia que a mi madre se le ha negado, ella por mucho tiempo lo intentó y ahora que soy adulta buscó la justicia que nunca puedo tener”.

Señaló que todo los procesos jurídicos son muy tardados, “Hay que estar detrás de los actuarios, de los juzgados, se detiene mucho el proceso, es mucho dinero invertido”.

El padre debe cumplir con una pensión para dar cobertura a las necesidades de alimentación, transporte, vestido, y estudios, entre otras cuestiones.
Se trata de una cantidad justa, que se divide entre el padre y la madre.

Andrea invitó a quienes viven esta situación a que denuncien y que no la normalicen, ya que los deudores siguen con su vida.
“A mi no me bajan de mantenida, me dicen que ya estoy grande y puedo trabajar, pero es algo con lo que debió cumplir y no es por seguir de mantenida, es obtener justicia”.

La Ley Sabina es el logro de la lucha de mujeres que maternan, de manera autónoma, y exigen que los hombres cumplan con sus obligaciones alimentarias hacia sus hijos e hijas.

De las reformas aprobadas por el Congreso de la Unión y el Senado, se establece la creación del Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias.
Este registro será un padrón que permitirá difundir información respecto a quienes mantienen la calidad de deudores alimentarios morosos, es decir, en este se inscribirán a las personas que hayan dejado de cumplir sus obligaciones alimentarias por tres meses de manera consecutiva o por cinco de forma alternada, ordenadas por autoridad competente o por convenio judicial.

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