¿Un testamento es un legado? 

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Enero es un gran mes para responder preguntas sobre temas que se prestan a confusión, como es tomar como sinónimo “dejar un legado” con “hacer un testamento”.

La confusión es entendible porque desde el punto de vista técnico-jurídico y sólo en el ámbito del testamento, se conoce como "legado" al acto de transmitir un bien específico a una persona determinada.

Sin embargo, cuando hablamos de un legado, en especial en el ámbito de empresas familiares, nos referimos a un proceso integral que incluya -en igualdad de importancia- el cuidado del patrimonio como de los lazos familiares.

Es importante esta visión integral porque las empresas familiares que buscan tener un legado implica -necesariamente- una visión transgeneracional y esto requiere de claridad en la relación de la familia con el negocio.

Por eso hablamos de un proceso que dé la misma importancia a la parte técnica responsable de la conformación de planes, protocolos, disposición de la liquidez o de la generación de valor, como la evaluación de la dinámica familiar, porque de aquí dependerá la viabilidad del negocio a futuro, cuando la generación fundadora ya no esté presente.

La parte de la dinámica familiar está condicionada por sus valores, tradiciones y si está ligada a la visión de negocios, tenemos un ADN de una empresa que puede preservarse hacia el futuro, ya que tiene una historia que la sostiene y una visión común de trabajar a favor de las siguientes generaciones.

Aquí también es importante resaltar que muchos negocios familiares nacen y mueren con quien los fundó por decisión personal.
No todas las empresas buscan trascender, por distintas razones y todas son respetables.

Sin embargo, ante la oportunidad de pasar de una primera a segunda generación, vale la pena establecer cómo asegurar la subsistencia del negocio también hacia la tercera y cuarta generación, preservando ese legado inmaterial que son la suma de valores, compromiso y buen desempeño financiero.

Un negocio familiar interesado en el futuro debe asumir con igual compromiso la atención de sus dinámicas familiares que las juntas estratégicas, financieras o de ventas.
Ninguna parte puede ser más importante que la otra porque son interdependientes y esa es la visión en la que descansan los legados.

Guillermo Monroy es experto en herencias, legados y fideicomisos

Autor del libro “Cómo hacer que su herencia trascienda”

gmonroy@horizontemx.
com

Enero es un gran mes para responder preguntas sobre temas que se prestan a confusión, como es tomar como sinónimo “dejar un legado” con “hacer un testamento”.

La confusión es entendible porque desde el punto de vista técnico-jurídico y sólo en el ámbito del testamento, se conoce como "legado" al acto de transmitir un bien específico a una persona determinada.

Sin embargo, cuando hablamos de un legado, en especial en el ámbito de empresas familiares, nos referimos a un proceso integral que incluya -en igualdad de importancia- el cuidado del patrimonio como de los lazos familiares.

Es importante esta visión integral porque las empresas familiares que buscan tener un legado implica -necesariamente- una visión transgeneracional y esto requiere de claridad en la relación de la familia con el negocio.

Por eso hablamos de un proceso que dé la misma importancia a la parte técnica responsable de la conformación de planes, protocolos, disposición de la liquidez o de la generación de valor, como la evaluación de la dinámica familiar, porque de aquí dependerá la viabilidad del negocio a futuro, cuando la generación fundadora ya no esté presente.

La parte de la dinámica familiar está condicionada por sus valores, tradiciones y si está ligada a la visión de negocios, tenemos un ADN de una empresa que puede preservarse hacia el futuro, ya que tiene una historia que la sostiene y una visión común de trabajar a favor de las siguientes generaciones.

Aquí también es importante resaltar que muchos negocios familiares nacen y mueren con quien los fundó por decisión personal.
No todas las empresas buscan trascender, por distintas razones y todas son respetables.

Sin embargo, ante la oportunidad de pasar de una primera a segunda generación, vale la pena establecer cómo asegurar la subsistencia del negocio también hacia la tercera y cuarta generación, preservando ese legado inmaterial que son la suma de valores, compromiso y buen desempeño financiero.

Un negocio familiar interesado en el futuro debe asumir con igual compromiso la atención de sus dinámicas familiares que las juntas estratégicas, financieras o de ventas.
Ninguna parte puede ser más importante que la otra porque son interdependientes y esa es la visión en la que descansan los legados.

Guillermo Monroy es experto en herencias, legados y fideicomisos

Autor del libro “Cómo hacer que su herencia trascienda”

gmonroy@horizontemx.
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jue Ene 18 , 2024
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