¿Transporte público gratuito? Una utopía posible

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¿Hasta qué grado estarías dispuesto a cooperar para hacerle más fácil la vida a otras personas? ¿podríamos aspirar a que los servicios públicos fueran gratuitos?

Abro esta columna con estas dos preguntas retadoras que generan un gran debate.
Justo le doy a la llaga entre el pensamiento de izquierda o derecha, donde se debate si se deberían privatizar los servicios públicos o si el estado debería otorgarlos “gratuitamente”.
Pongo esta última palabra con comillas porque nada es gratis en esta vida, siempre hay alguien que paga.

Justo así fue una iniciativa que se dio en Colombia donde se propone que, mediante el recibo de luz, se pague una cuota extra que pagará toda la ciudadanía y con eso se otorgue el transporte público gratuito a todas las personas.

Este es un debate muy interesante que nos arroja muchas preguntas como: ¿No debería el gobierno hacer eso ya con el dinero que tiene? ¿porque pagaría esta cuota alguien con vehículo propio?

La verdad es que en México la recaudación de impuestos es muy baja.
Esto comparado contra cualquier otro país más desarrollado.
Las razones las hablamos en otro momento, pero lo importante es saber que no hay el dinero suficiente para lograr este tipo de derechos gratuitos a la ciudadanía.

Con este tipo de propuestas estaríamos poniendo a prueba la subsidiariedad de las personas y el ideal de reducir la desigualdad.
Pagarían los que no usan el transporte público una cuota casi imperceptible (muchos no saben que actualmente pagamos el alumbrado público en ese recibo) para ayudar a los que batallan para poder pagar su propio transporte o que dejan gran porcentaje de su nómina en esta necesidad básica.

Pero además, existe un gran beneficio en esto.
El estado podría retomar completamente el sistema de transporte público y eliminar el esquema de concesiones que, evidentemente, no es negocio ni para unos ni para otros.
Son muy pocos los que ganan de esto y mucha la ciudadanía que pierde con un mal servicio.
Esto no es de hoy, llevamos toda una vida luchando por un sistema de transporte público efectivo, que nunca será rentable como empresa pero que el gobierno debería subsidiar y de esta forma se podría hacer al 100%.
Son pocas ciudades en el mundo que han logrado esta hazaña, pero existen.

Un buen sistema de transporte también ayuda a evitar el crecimiento del parque vehicular, la contaminación y poder redirigir inversiones que se van actualmente a mejorar el flujo del tráfico a otras prioridades.

Obviamente esta idea puede tener muchos matices y formas posibles pero es interesante que podamos pensar “fuera de la caja” para solucionar problemas y construir una ciudad con una gran calidad de vida para todas las personas.

Chihuahua ha sido referente en este tipo de esquemas con la creación de FECHAC y FICOSEC, que son dos fideicomisos públicos que se crearon con la decisión de un incremento al Impuesto Sobre Nómina, que se hizo voluntariamente por parte de los empresarios.
Además, hace un año, también se decidió volver a incrementar este impuesto por unos años para ayudar a sanar la deuda estatal.

Que este espíritu subsidiario se de en otros ámbitos y con otras formas, no es algo descabellado en una sociedad como la chihuahuense.

¿Hasta qué grado estarías dispuesto a cooperar para hacerle más fácil la vida a otras personas? ¿podríamos aspirar a que los servicios públicos fueran gratuitos?

Abro esta columna con estas dos preguntas retadoras que generan un gran debate.
Justo le doy a la llaga entre el pensamiento de izquierda o derecha, donde se debate si se deberían privatizar los servicios públicos o si el estado debería otorgarlos “gratuitamente”.
Pongo esta última palabra con comillas porque nada es gratis en esta vida, siempre hay alguien que paga.

Justo así fue una iniciativa que se dio en Colombia donde se propone que, mediante el recibo de luz, se pague una cuota extra que pagará toda la ciudadanía y con eso se otorgue el transporte público gratuito a todas las personas.

Este es un debate muy interesante que nos arroja muchas preguntas como: ¿No debería el gobierno hacer eso ya con el dinero que tiene? ¿porque pagaría esta cuota alguien con vehículo propio?

La verdad es que en México la recaudación de impuestos es muy baja.
Esto comparado contra cualquier otro país más desarrollado.
Las razones las hablamos en otro momento, pero lo importante es saber que no hay el dinero suficiente para lograr este tipo de derechos gratuitos a la ciudadanía.

Con este tipo de propuestas estaríamos poniendo a prueba la subsidiariedad de las personas y el ideal de reducir la desigualdad.
Pagarían los que no usan el transporte público una cuota casi imperceptible (muchos no saben que actualmente pagamos el alumbrado público en ese recibo) para ayudar a los que batallan para poder pagar su propio transporte o que dejan gran porcentaje de su nómina en esta necesidad básica.

Pero además, existe un gran beneficio en esto.
El estado podría retomar completamente el sistema de transporte público y eliminar el esquema de concesiones que, evidentemente, no es negocio ni para unos ni para otros.
Son muy pocos los que ganan de esto y mucha la ciudadanía que pierde con un mal servicio.
Esto no es de hoy, llevamos toda una vida luchando por un sistema de transporte público efectivo, que nunca será rentable como empresa pero que el gobierno debería subsidiar y de esta forma se podría hacer al 100%.
Son pocas ciudades en el mundo que han logrado esta hazaña, pero existen.

Un buen sistema de transporte también ayuda a evitar el crecimiento del parque vehicular, la contaminación y poder redirigir inversiones que se van actualmente a mejorar el flujo del tráfico a otras prioridades.

Obviamente esta idea puede tener muchos matices y formas posibles pero es interesante que podamos pensar “fuera de la caja” para solucionar problemas y construir una ciudad con una gran calidad de vida para todas las personas.

Chihuahua ha sido referente en este tipo de esquemas con la creación de FECHAC y FICOSEC, que son dos fideicomisos públicos que se crearon con la decisión de un incremento al Impuesto Sobre Nómina, que se hizo voluntariamente por parte de los empresarios.
Además, hace un año, también se decidió volver a incrementar este impuesto por unos años para ayudar a sanar la deuda estatal.

Que este espíritu subsidiario se de en otros ámbitos y con otras formas, no es algo descabellado en una sociedad como la chihuahuense.

Osvaldo

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lun Sep 11 , 2023
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