¡Son las pensiones, estúpido!

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En la actualidad, en las noticias diarias, sólo encontramos panoramas de un inmediato o corto plazo.
Muy pocas se refieren al mediano y largo plazo.
Nos llevan a pensar que lo importante en el país y la sociedad es si las corcholatas se mantendrán unidas o no, que si la alianza va por México triunfará gracias a la adición de Xóchitl.
Que si el peso está fuerte, que si la inflación ya bajó, que si la popularidad del presidente se mantendrá, que si el crecimiento económico del sexenio, que si la refinería, que si el tren, que si el aeropuerto, etc.
, etc.

Sin embargo, existe una amenaza que empieza ya a manifestarse y que se extenderá al mediano y largo plazo y que tiene el poder de hacer fallida la economía del país y con ello el futuro económico de la gran mayoría de los mexicanos.
Esta amenaza es el gasto en pensiones.

En este espacio he mencionado repetidamente que el gobierno enfrentará en el corto plazo una crisis fiscal, lo que significa que no tendrá los recursos financieros suficientes para cumplir con sus compromisos (lo que ya sucede).
Por lo que se necesita, ya de mucho tiempo atrás una “Reforma Fiscal”.
Sin embargo, dicha reforma sería muy impopular y ningún político tiene las agallas ni la visión para proponerla.
Sucede que México recauda el 16 por ciento del PIB, en comparación con América Latina en promedio recauda 26 por ciento y la OCDE 34 por ciento.

Aunque esto ha sido una necesidad desde tiempo atrás, en este sexenio se han dado tres factores que han empeorado la situación: en primer lugar, el nulo crecimiento de la economía; en segundo lugar: la inversión pública más baja de toda la historia, equiparable a la que se dio en el sexenio de Zedillo, sólo que ahora la economía es 40 por ciento más grande; tercero: presupuesto de cerca de 9 billones de pesos asignados a obras faraónicas que no retribuyen económicamente al crecimiento del país, a expensas de dejar de proveer los servicios gubernamentales como la salud, la educación, seguridad, infraestructura, pensiones, etc.
Todos están en los huesos.

El actual esquema de financiamiento del gasto es insostenible en el mediano y largo plazo.
Para este año se presupuestaron 1.
3 billones de pesos para pensiones, 14.
5 por ciento del presupuesto.
De 2024 a 2030 se requerirá un billón adicional, o sea, un total de 2.
3 billones de pesos, que representará 25% del presupuesto (1/4).
Sólo las pensiones del Bienestar tuvieron un incremento de 36.
6 por ciento con respecto a 2022, 871 mil millones de pesos.
Los programas sociales impuestos por el actual gobierno forzarán la reforma fiscal, lo que sería una solución de largo plazo o un creciente endeudamiento que hará todavía más crítica la situación financiera del país.

Una comparación final: el gasto de pensiones de CFE, Pemex y Luz y Fuerza del Centro son en promedio 8.
9 veces más lo que gasta el IMSS en sus pensionados, el cual absorbe el 75 por ciento de los pensionados y recibe el 50 por ciento del gasto para pensiones.
El otro 25 por ciento del sector público recibe el 50 por ciento del total del dinero.
Un trabajador inscrito en el IMSS en Régimen de beneficio definido recibe el 40% de su último salario.
¿Qué pasa con los informales?

Maestro en Finanzas.
Economista

En la actualidad, en las noticias diarias, sólo encontramos panoramas de un inmediato o corto plazo.
Muy pocas se refieren al mediano y largo plazo.
Nos llevan a pensar que lo importante en el país y la sociedad es si las corcholatas se mantendrán unidas o no, que si la alianza va por México triunfará gracias a la adición de Xóchitl.
Que si el peso está fuerte, que si la inflación ya bajó, que si la popularidad del presidente se mantendrá, que si el crecimiento económico del sexenio, que si la refinería, que si el tren, que si el aeropuerto, etc.
, etc.

Sin embargo, existe una amenaza que empieza ya a manifestarse y que se extenderá al mediano y largo plazo y que tiene el poder de hacer fallida la economía del país y con ello el futuro económico de la gran mayoría de los mexicanos.
Esta amenaza es el gasto en pensiones.

En este espacio he mencionado repetidamente que el gobierno enfrentará en el corto plazo una crisis fiscal, lo que significa que no tendrá los recursos financieros suficientes para cumplir con sus compromisos (lo que ya sucede).
Por lo que se necesita, ya de mucho tiempo atrás una “Reforma Fiscal”.
Sin embargo, dicha reforma sería muy impopular y ningún político tiene las agallas ni la visión para proponerla.
Sucede que México recauda el 16 por ciento del PIB, en comparación con América Latina en promedio recauda 26 por ciento y la OCDE 34 por ciento.

Aunque esto ha sido una necesidad desde tiempo atrás, en este sexenio se han dado tres factores que han empeorado la situación: en primer lugar, el nulo crecimiento de la economía; en segundo lugar: la inversión pública más baja de toda la historia, equiparable a la que se dio en el sexenio de Zedillo, sólo que ahora la economía es 40 por ciento más grande; tercero: presupuesto de cerca de 9 billones de pesos asignados a obras faraónicas que no retribuyen económicamente al crecimiento del país, a expensas de dejar de proveer los servicios gubernamentales como la salud, la educación, seguridad, infraestructura, pensiones, etc.
Todos están en los huesos.

El actual esquema de financiamiento del gasto es insostenible en el mediano y largo plazo.
Para este año se presupuestaron 1.
3 billones de pesos para pensiones, 14.
5 por ciento del presupuesto.
De 2024 a 2030 se requerirá un billón adicional, o sea, un total de 2.
3 billones de pesos, que representará 25% del presupuesto (1/4).
Sólo las pensiones del Bienestar tuvieron un incremento de 36.
6 por ciento con respecto a 2022, 871 mil millones de pesos.
Los programas sociales impuestos por el actual gobierno forzarán la reforma fiscal, lo que sería una solución de largo plazo o un creciente endeudamiento que hará todavía más crítica la situación financiera del país.

Una comparación final: el gasto de pensiones de CFE, Pemex y Luz y Fuerza del Centro son en promedio 8.
9 veces más lo que gasta el IMSS en sus pensionados, el cual absorbe el 75 por ciento de los pensionados y recibe el 50 por ciento del gasto para pensiones.
El otro 25 por ciento del sector público recibe el 50 por ciento del total del dinero.
Un trabajador inscrito en el IMSS en Régimen de beneficio definido recibe el 40% de su último salario.
¿Qué pasa con los informales?

Maestro en Finanzas.
Economista

Osvaldo

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