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Por: Marco Bonilla
Son múltiples los retos a los que nos enfrentamos.
Todas las sociedades en todas las latitudes de la tierra estamos frente a cambios rápidos, ante lo desconocido y con poco tiempo para entenderlo y proponer soluciones.
Por ejemplo, hace unas décadas cuándo íbamos a imaginar que hablaríamos de policía cibernética, hoy eso es una realidad, una que fuimos aprendiendo sobre la marcha; cómo funciona el ciberespacio, cuáles son sus posibilidades y cuáles sus limitaciones, qué problemáticas se derivan de él.
Esa y otras líneas dentro del tema de la seguridad han hecho que este terreno de acción se torne de tal forma complejo, que son necesarias herramientas de hiperespecialización para hablar de atención focalizada; son necesarios más ojos, incluso más que aquellos que las cámaras nos puedan dar.
En el campo del mantenimiento urbano y la obra pública reforzamos los puentes de comunicación para acercar las necesidades de la ciudadanía hacia la resolución eficaz y eficiente.
¿De qué forma incrementamos el blindaje en nuestras colonias? ¿Cómo estar seguros que las acciones y obras atienden prioridades? La clave es la ciudadanía, la clave son las familias.
Hoy los gobernantes estamos llamados al diálogo permanente con los ciudadanos, porque solamente en equipo con la ciudadanía podemos hacer frente a los retos que se nos presentan; por eso, ahora hablamos de gobernanza, de la participación activa y efectiva de todos.
Los viejos esquemas de gobierno terminaron por caer ante una verdad indiscutible: sin la participación ciudadana las miras son cortas, el panorama parcial y limitado, y en ocasiones hasta alejado de la realidad.
¿Hacia dónde debemos mirar? En el municipio de Chihuahua sabemos que para hablar de una capital de resultados el trabajo debe ser de todos.
Por eso el concepto de la quíntuple hélice es un catalizador de las decisiones y las acciones en marcha; por eso las alianzas con la sociedad civil organizada han sido reforzadas, porque sabemos que ese sector tiene el pulso exacto de áreas específicas y de algunas de las necesidades más apremiantes.
Ahora bien, si hablamos de participación ciudadana en el sentido estricto del concepto, Chihuahua capital ha ciudadanizado sus consejos de participación en un 80%, lo que significa que los ciudadanos tienen voz y voto en la mesa de las decisiones.
Porque para hablar de resultados debemos ir más allá de la obra pública entregada, de presupuestos bien ejercidos y transparentados.
Implica que la obra sea funcional, que solucione problemáticas, que materialice nuevas realidades, realidades más humanas y más habitables; que el presupuesto se aleje del clientelismo y el asistencialismo, para aplicarse en el plano horizontal de un presente nuevo, en el que todos caminamos hombro con hombro, codo con codo, de la mano, trabajando y construyendo una capital de resultados, la capital que con resultados le da norte a México.
Por: Marco Bonilla
Son múltiples los retos a los que nos enfrentamos.
Todas las sociedades en todas las latitudes de la tierra estamos frente a cambios rápidos, ante lo desconocido y con poco tiempo para entenderlo y proponer soluciones.
Por ejemplo, hace unas décadas cuándo íbamos a imaginar que hablaríamos de policía cibernética, hoy eso es una realidad, una que fuimos aprendiendo sobre la marcha; cómo funciona el ciberespacio, cuáles son sus posibilidades y cuáles sus limitaciones, qué problemáticas se derivan de él.
Esa y otras líneas dentro del tema de la seguridad han hecho que este terreno de acción se torne de tal forma complejo, que son necesarias herramientas de hiperespecialización para hablar de atención focalizada; son necesarios más ojos, incluso más que aquellos que las cámaras nos puedan dar.
En el campo del mantenimiento urbano y la obra pública reforzamos los puentes de comunicación para acercar las necesidades de la ciudadanía hacia la resolución eficaz y eficiente.
¿De qué forma incrementamos el blindaje en nuestras colonias? ¿Cómo estar seguros que las acciones y obras atienden prioridades? La clave es la ciudadanía, la clave son las familias.
Hoy los gobernantes estamos llamados al diálogo permanente con los ciudadanos, porque solamente en equipo con la ciudadanía podemos hacer frente a los retos que se nos presentan; por eso, ahora hablamos de gobernanza, de la participación activa y efectiva de todos.
Los viejos esquemas de gobierno terminaron por caer ante una verdad indiscutible: sin la participación ciudadana las miras son cortas, el panorama parcial y limitado, y en ocasiones hasta alejado de la realidad.
¿Hacia dónde debemos mirar? En el municipio de Chihuahua sabemos que para hablar de una capital de resultados el trabajo debe ser de todos.
Por eso el concepto de la quíntuple hélice es un catalizador de las decisiones y las acciones en marcha; por eso las alianzas con la sociedad civil organizada han sido reforzadas, porque sabemos que ese sector tiene el pulso exacto de áreas específicas y de algunas de las necesidades más apremiantes.
Ahora bien, si hablamos de participación ciudadana en el sentido estricto del concepto, Chihuahua capital ha ciudadanizado sus consejos de participación en un 80%, lo que significa que los ciudadanos tienen voz y voto en la mesa de las decisiones.
Porque para hablar de resultados debemos ir más allá de la obra pública entregada, de presupuestos bien ejercidos y transparentados.
Implica que la obra sea funcional, que solucione problemáticas, que materialice nuevas realidades, realidades más humanas y más habitables; que el presupuesto se aleje del clientelismo y el asistencialismo, para aplicarse en el plano horizontal de un presente nuevo, en el que todos caminamos hombro con hombro, codo con codo, de la mano, trabajando y construyendo una capital de resultados, la capital que con resultados le da norte a México.
Osvaldo
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