La menor de las Williams se niega a decirle adiós al circuito; libró la segunda del US Open y continuará en el sueño por el 24
Las luces y el glamour en el Arthur Ashe quedaron atrás, a diferencia de lo ocurrido en el duelo de primera ronda, en el que a pesar de lo que sucediera la fiesta era de Serena, el ambiente en el juego contra Anett Kontaveit fue de total incertidumbre, pues el estadio, entregado a su reina, vivió un sinfín de altibajos.
En todo momento Serena se alimentó del estruendo de su gente.
La grada del Arthur Ashe ovacionaba todo, sus aciertos y los errores de la rival, pero cuando más parecía que tenía el juego bajo control, la estona despertó para demostrar por qué es la número dos del mundo y silenció por un momento a todo Nueva York.
Con imponentes raquetazos, Anett ganó el segundo para mandar todo al tercero y definitivo donde no pudo más, la Williams que es intratable, demostró en la pista que ella es quien manda en la ‘Gran Manzana’, se quedó con esparcido y jugará la tercera ronda.
“Me gustan los retos, no he jugado muchos partidos pero he estado practicado mucho y por fin en los últimos dos partidos todo está saliendo como lo planificamos.
Soy muy competitiva pero ahora todo lo veo como una bonificación, no tengo nada que probar ni nada que perder.
Lo bueno que ha ocurrido hay que disfrutarlo porque tenía mucho tiempo que no podía hacerlo”, dijo Serena al terminar el partido.
Serena y su gente, la historia de una noche más en Flushing Meadows, una en la que nuevamente se resistió al adiós, en la que gracias al 7-6, 2-6 y 6-2 sobre Kontaveit puede presumir que ya suma 858 partidos ganados en su carrera.
El siguiente episodio será el viernes, Ajla Tomljanović, el nuevo obstáculo rumbo al título 24 de Grand Slam.
ESCUCHA EL PODCAST DEL ESTO ⬇️
Las luces y el glamour en el Arthur Ashe quedaron atrás, a diferencia de lo ocurrido en el duelo de primera ronda, en el que a pesar de lo que sucediera la fiesta era de Serena, el ambiente en el juego contra Anett Kontaveit fue de total incertidumbre, pues el estadio, entregado a su reina, vivió un sinfín de altibajos.
En todo momento Serena se alimentó del estruendo de su gente.
La grada del Arthur Ashe ovacionaba todo, sus aciertos y los errores de la rival, pero cuando más parecía que tenía el juego bajo control, la estona despertó para demostrar por qué es la número dos del mundo y silenció por un momento a todo Nueva York.
Con imponentes raquetazos, Anett ganó el segundo para mandar todo al tercero y definitivo donde no pudo más, la Williams que es intratable, demostró en la pista que ella es quien manda en la ‘Gran Manzana’, se quedó con esparcido y jugará la tercera ronda.
“Me gustan los retos, no he jugado muchos partidos pero he estado practicado mucho y por fin en los últimos dos partidos todo está saliendo como lo planificamos.
Soy muy competitiva pero ahora todo lo veo como una bonificación, no tengo nada que probar ni nada que perder.
Lo bueno que ha ocurrido hay que disfrutarlo porque tenía mucho tiempo que no podía hacerlo”, dijo Serena al terminar el partido.
Serena y su gente, la historia de una noche más en Flushing Meadows, una en la que nuevamente se resistió al adiós, en la que gracias al 7-6, 2-6 y 6-2 sobre Kontaveit puede presumir que ya suma 858 partidos ganados en su carrera.
El siguiente episodio será el viernes, Ajla Tomljanović, el nuevo obstáculo rumbo al título 24 de Grand Slam.
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