Sequía acabó con el 54% de la sandía en Valle de Zaragoza

Este cultivo es el orgullo del municipio y gracias al arduo trabajo de los “piscadores” bajo el inclemente sol, es posible que un productor venda hasta 34 toneladas diarias

Valle de Zaragoza es el epicentro de la producción de sandía en Chihuahua, desde las comunidades de El Rebalse y El Ancón, ubicadas a 30 minutos de la cabecera municipal, productores como Artemio González venden unas 34 toneladas diarias a estados como Veracruz.
Con jornadas bajo el sol que superan los 40°C, seis piscadores resienten los estragos de la falta de lluvias que en cinco años ha mermado más de la mitad de la superficie sembrada y defienden su permanencia en el mercado con un producto que comercializan en 3.
50 pesos el kilogramo.

Entre junio y julio, uno de los principales frutos más buscados es la sandía, por su textura y jugosidad, suele contrarrestar las altas temperaturas de la temporada.

Para los productores, los últimos años de sequía no han sido fáciles, han tenido que redoblar esfuerzos en el tema del agua para riego y evitar que su siembra se pierda.

Con base en datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en Valle de Zaragoza durante 2018 la producción fue de 12 mil 160 toneladas al sembrar 220 hectáreas.
Esta cantidad de producción pasó a 4 mil 922 toneladas para el año pasado, en donde sólo se sembraron 101 hectáreas.

Esto representa que en tan sólo cinco años, la producción de uno de los frutos más importantes en la zona se redujera hasta un 59.
5 por ciento, lo cual quienes se dedican a esta actividad lo atribuyen a la sequía y la falta de lluvias.

La sandía nace de una planta rastrera que se prolonga a lo largo de un predio de cultivo, su raíz principal tiene la característica de ser profunda con tallos tipo herbáceos de color verde considerados como secundarios y terciarios, asimismo, su forraje logra cubrir hasta 5 metros cuadrados de terreno.

Dicho fruto tiene forma redonda o estirada, y su peso oscila entre los 2 kilogramos hasta los 20; sin embargo, el color de la cáscara puede ser totalmente verde o poseer líneas amarillentas.

El Rebalse y El Ancón, comunidades ubicadas en el municipio de Valle de Zaragoza durante la producción de sandía se convierten en epicentro del fruto de temporada más buscado por las personas no solamente locales, sino de diversas partes del país.

Tal es el caso del productor Artemio González, quien exporta diariamente hasta 34 toneladas de sandía hasta Veracruz, esto, a pesar de que al igual que otros productores sembraron el fruto de temporal, no lograron darse debido a la falta de lluvias en comparación con años pasados; sin embargo, han hecho frente a la situación con la producción de riego, aunque implique mayor trabajo.

Resaltó que a pesar de que aún quedan sembradas sandías de temporal, tienen la esperanza de que en los próximos meses se presenten lluvias y con ello, puedan producirse.

Manifestó que cada vez que se realiza un corte se riega la siembra, para que las que faltan por madurar terminen su ciclo y en la segunda “vuelta” estén listas para su comercialización.

Detalló que las condiciones óptimas de siembra son a partir del 15 de marzo, por lo que pasa un periodo de aproximadamente tres meses para que el fruto cumpla con la textura y calidad que buscan los compradores.

“En años anteriores, muchas se helaron por las temperaturas bajas que se presentaban por estos meses, estuvieron malos esos años, pero ahora por la sequía también se nos pone difícil porque tenemos que destinar más agua para regarlas y que pueda haber producción”, dijo.

El entrevistado enfatizó que lleva alrededor de 20 años sembrando sandía, y los últimos años han sido los más críticos desde el comienzo de su actividad, ya que las condiciones del clima no han sido las más favorables.

Expuso que su producto lo ha comercializado a nivel local como tradicionalmente lo hace cada productor; sin embargo, el fruto que produce ha sido buscado por personas desde Xalapa, Veracruz, lugar al que en un solo día ha llegado a enviar más de 34 toneladas.

“Hay otras personas provenientes principalmente del sur del país que llevan 30, 31 ó 32 toneladas, o particulares locales que se llevan una troca llena de sandías para autoconsumo o revenderlas”, mencionó.

Expuso que para alcanzar a llenar un camión de carga pesada con 32 toneladas de sandía se destinan al menos 10 horas o hasta 12, tomando en cuenta que tiene una cuadrilla de 6 cargadores y 2 cortadores.

A pesar de que esta actividad genera cientos de empleos temporales en la comunidad, no deja de ser un trabajo arduo para quien lo desempeña, ya que se deben destinar largas jornadas de trabajo además de esfuerzo bajo temperaturas que logran alcanzar hasta los 40 grados centígrados.

La actividad de los cortadores es una de las más importantes, ya que ellos determinan que sandía se debe de cortar con base en su textura y madurez, y así evitar que en el trayecto se pueda perjudicar o bien que se pase de corte.

Provenientes de Tabasco, Chiapas, Sinaloa, así como Guerrero, los cortadores dejan a su familia para poder conseguir el sustento diario mediante el trabajo en el campo.

Indicaron que cuando recién se comienza con esta actividad uno de los puntos que marcan cual es la sandía correcta son las líneas que presentan; sin embargo, conforme se va tomando experiencia, es la textura de la sandía la que indica si está en tiempo de ser cortada.

Todo el año la pasan fuera de casa, ya que su actividad la comienzan en San Luis Potosí, de ahí se dirigen a Matamoros, Coahuila; después a Meoqui, Chihuahua; Valle de Zaragoza, posteriormente al desierto en donde se encuentran los Menonitas; después a Sonora; San Juan de Abajo en el Estado de Nayarit, para culminar en Campeche.

Manifestaron que a pesar de que conocen el fruto en distintas partes de la República Mexicana, una de las de mayor calidad en cuanto a su sabor y textura es la que se da en el estado de Chihuahua; sin embargo, la que se da en Matamoros, Coahuila contiene menos cáscara que la que se produce en esta entidad.

Indicaron que la actividad de cortar pudiera parecer una tarea fácil; no obstante, requiere de experiencia ya que si se pasa el corte se puede dañar la planta al igual que si se dejan las sandías maduras lo que genera que la planta envejece y se maduren las que apenas van creciendo.

“Si cortamos muchas sandías tiernas tapamos la mata y ya no da sandías, cortar de más también perjudica la planta y eso ya no permite que se dé más el fruto, por eso debemos ver bien que sandía se corta”, destacaron.

Resaltaron que a pesar de que es un trabajo pesado, es bien remunerado ya que trabajan por toneladas, es decir cobran 100 pesos cortar una tonelada más otros 100 por estibar ya que es otra de sus funciones saber de qué manera pueden acomodarse y evitar que se dañen en el trayecto.

En la cuadrilla siempre hay dos cortadores por lo que en promedio ganan aproximadamente 3 mil 200 pesos al día siendo la cifra más baja, ya que en buenas condiciones logran alcanzar hasta 6 mil pesos al día.

“En el acomodo nos fijamos que sea la seleccionada, que vaya madura, que no vaya baja, ni tierna, ni deforme, ni cristalizada, nos tenemos que fijar en todo, anteriormente llenábamos hasta tres trailers entre 7 personas”, informó.

Destacaron que en buenos tiempos llegaron a percibir de 10 mil a 14 mil pesos semanales; sin embargo, actualmente hay semanas que varían en donde pueden percibir entre 12 mil hasta 30 mil pesos.

“Nosotros nos manejamos por la libre, no necesariamente nos contrata el dueño del predio o el comprador, sino que muchas veces el mismo comprador nos habla para que elijamos las sandías de mayor calidad, somos reconocidos y todo el año tenemos trabajo”, detallaron.

Asimismo, las cuadrillas de “piscadores” integradas principalmente por jóvenes, realizan una fila para poder trasladar el fruto, cada uno se va pasando al menos 20 kilogramos de sandía por sus brazos hasta que llega al punto donde se acomoda.

De nueva cuenta retornan al predio en donde los cortadores realizaron previa actividad de elección de las mejores sandías, y los cargadores van recogiendo el fruto para acomodarla en un remolque que está siendo arrastrado por un tractor, finalmente cuando terminan de llenarlo se dirigen al camión para realizar la misma actividad, la cual se repite conforme las toneladas que el cliente requiera.

Por lo anterior, Luis Ángel López, jefe de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en el distrito Parral, que comprende los municipios de Allende, Matamoros, Valle de Zaragoza, San Francisco del Oro, Santa Bárbara, Valle de Rosario, y Huejotitán, indicó que los productores de sandía han tenido que afrontar las problemáticas generadas por la sequía.

Manifestó que en los últimos años se han visto reducidos los rendimientos por la cuestión de la sequía y del incremento de las temperaturas en donde se tiene que estar regando con mayor frecuencia, lo cual genera que baje la utilidad, ya que deben invertir más en los procesos de la sandía.

Destacó que una de las problemáticas que han enfrentado es la falta de agua, por lo que tienen que invertir en adquirir este líquido y evitar que las pérdidas sean mayores ante la ausencia de lluvias.

Indicó que uno de los municipios referentes en la producción de sandía es Valle de Zaragoza en donde se tenía el registro de este cultivo de temporal; sin embargo, este año no se prestaron las condiciones para producirla bajo ese régimen.

“Sembraban a las orillas de la cuenca de la presa Boquilla, pero desde el año pasado están los niveles bajos y era donde se sembraba un poco de temporal, pero ahora la producción es de riego”, dijo.

Enfatizó que la sandía que se produce en el referido municipio se caracteriza por su calidad, por lo que se comercializa principalmente en el mercado nacional, ya que la producción es suficiente para abastecer al mercado local y nacional.

“El precio anda un poco bajo, y ya con este factor y los rendimientos si va afectar mucho la rentabilidad de este producto, ya que el año pasado se comercializó a un costo promedio de 6 pesos el kilogramo y ahora se encuentra en 3.
50 pesos lo que representa una caída de casi 71 por ciento”, expuso.

El entrevistado argumentó que en años pasados el kilogramo llegó a costar hasta 7 pesos, aunque el precio de manera constante cambia debido a la oferta y la demanda que se genere.

“Ahorita como está el precio al productor le queda poco de ganancia, pero la esperanza es que se presente más demanda del fruto y debido a esto de una semana a otra puede incrementar el costo”, informó.

El funcionario detalló que los productores empiezan a sembrar a finales de marzo o principios de abril, y los primeros días de junio se realiza el primer corte, el segundo se da a principios de julio.

Luis Ángel López subrayó que este fruto al igual que todos los cultivos que se generan en el distrito han disminuido su rendimiento debido a las condiciones climatológicas que se han presentado en los últimos años, por lo que la esperanza para los productores es que en los próximos meses se presenten las lluvias.

Valle de Zaragoza es el epicentro de la producción de sandía en Chihuahua, desde las comunidades de El Rebalse y El Ancón, ubicadas a 30 minutos de la cabecera municipal, productores como Artemio González venden unas 34 toneladas diarias a estados como Veracruz.
Con jornadas bajo el sol que superan los 40°C, seis piscadores resienten los estragos de la falta de lluvias que en cinco años ha mermado más de la mitad de la superficie sembrada y defienden su permanencia en el mercado con un producto que comercializan en 3.
50 pesos el kilogramo.

Entre junio y julio, uno de los principales frutos más buscados es la sandía, por su textura y jugosidad, suele contrarrestar las altas temperaturas de la temporada.

Para los productores, los últimos años de sequía no han sido fáciles, han tenido que redoblar esfuerzos en el tema del agua para riego y evitar que su siembra se pierda.

Con base en datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en Valle de Zaragoza durante 2018 la producción fue de 12 mil 160 toneladas al sembrar 220 hectáreas.
Esta cantidad de producción pasó a 4 mil 922 toneladas para el año pasado, en donde sólo se sembraron 101 hectáreas.

Esto representa que en tan sólo cinco años, la producción de uno de los frutos más importantes en la zona se redujera hasta un 59.
5 por ciento, lo cual quienes se dedican a esta actividad lo atribuyen a la sequía y la falta de lluvias.

La sandía nace de una planta rastrera que se prolonga a lo largo de un predio de cultivo, su raíz principal tiene la característica de ser profunda con tallos tipo herbáceos de color verde considerados como secundarios y terciarios, asimismo, su forraje logra cubrir hasta 5 metros cuadrados de terreno.

Dicho fruto tiene forma redonda o estirada, y su peso oscila entre los 2 kilogramos hasta los 20; sin embargo, el color de la cáscara puede ser totalmente verde o poseer líneas amarillentas.

El Rebalse y El Ancón, comunidades ubicadas en el municipio de Valle de Zaragoza durante la producción de sandía se convierten en epicentro del fruto de temporada más buscado por las personas no solamente locales, sino de diversas partes del país.

Tal es el caso del productor Artemio González, quien exporta diariamente hasta 34 toneladas de sandía hasta Veracruz, esto, a pesar de que al igual que otros productores sembraron el fruto de temporal, no lograron darse debido a la falta de lluvias en comparación con años pasados; sin embargo, han hecho frente a la situación con la producción de riego, aunque implique mayor trabajo.

Resaltó que a pesar de que aún quedan sembradas sandías de temporal, tienen la esperanza de que en los próximos meses se presenten lluvias y con ello, puedan producirse.

Manifestó que cada vez que se realiza un corte se riega la siembra, para que las que faltan por madurar terminen su ciclo y en la segunda “vuelta” estén listas para su comercialización.

Detalló que las condiciones óptimas de siembra son a partir del 15 de marzo, por lo que pasa un periodo de aproximadamente tres meses para que el fruto cumpla con la textura y calidad que buscan los compradores.

“En años anteriores, muchas se helaron por las temperaturas bajas que se presentaban por estos meses, estuvieron malos esos años, pero ahora por la sequía también se nos pone difícil porque tenemos que destinar más agua para regarlas y que pueda haber producción”, dijo.

El entrevistado enfatizó que lleva alrededor de 20 años sembrando sandía, y los últimos años han sido los más críticos desde el comienzo de su actividad, ya que las condiciones del clima no han sido las más favorables.

Expuso que su producto lo ha comercializado a nivel local como tradicionalmente lo hace cada productor; sin embargo, el fruto que produce ha sido buscado por personas desde Xalapa, Veracruz, lugar al que en un solo día ha llegado a enviar más de 34 toneladas.

“Hay otras personas provenientes principalmente del sur del país que llevan 30, 31 ó 32 toneladas, o particulares locales que se llevan una troca llena de sandías para autoconsumo o revenderlas”, mencionó.

Expuso que para alcanzar a llenar un camión de carga pesada con 32 toneladas de sandía se destinan al menos 10 horas o hasta 12, tomando en cuenta que tiene una cuadrilla de 6 cargadores y 2 cortadores.

A pesar de que esta actividad genera cientos de empleos temporales en la comunidad, no deja de ser un trabajo arduo para quien lo desempeña, ya que se deben destinar largas jornadas de trabajo además de esfuerzo bajo temperaturas que logran alcanzar hasta los 40 grados centígrados.

La actividad de los cortadores es una de las más importantes, ya que ellos determinan que sandía se debe de cortar con base en su textura y madurez, y así evitar que en el trayecto se pueda perjudicar o bien que se pase de corte.

Provenientes de Tabasco, Chiapas, Sinaloa, así como Guerrero, los cortadores dejan a su familia para poder conseguir el sustento diario mediante el trabajo en el campo.

Indicaron que cuando recién se comienza con esta actividad uno de los puntos que marcan cual es la sandía correcta son las líneas que presentan; sin embargo, conforme se va tomando experiencia, es la textura de la sandía la que indica si está en tiempo de ser cortada.

Todo el año la pasan fuera de casa, ya que su actividad la comienzan en San Luis Potosí, de ahí se dirigen a Matamoros, Coahuila; después a Meoqui, Chihuahua; Valle de Zaragoza, posteriormente al desierto en donde se encuentran los Menonitas; después a Sonora; San Juan de Abajo en el Estado de Nayarit, para culminar en Campeche.

Manifestaron que a pesar de que conocen el fruto en distintas partes de la República Mexicana, una de las de mayor calidad en cuanto a su sabor y textura es la que se da en el estado de Chihuahua; sin embargo, la que se da en Matamoros, Coahuila contiene menos cáscara que la que se produce en esta entidad.

Indicaron que la actividad de cortar pudiera parecer una tarea fácil; no obstante, requiere de experiencia ya que si se pasa el corte se puede dañar la planta al igual que si se dejan las sandías maduras lo que genera que la planta envejece y se maduren las que apenas van creciendo.

“Si cortamos muchas sandías tiernas tapamos la mata y ya no da sandías, cortar de más también perjudica la planta y eso ya no permite que se dé más el fruto, por eso debemos ver bien que sandía se corta”, destacaron.

Resaltaron que a pesar de que es un trabajo pesado, es bien remunerado ya que trabajan por toneladas, es decir cobran 100 pesos cortar una tonelada más otros 100 por estibar ya que es otra de sus funciones saber de qué manera pueden acomodarse y evitar que se dañen en el trayecto.

En la cuadrilla siempre hay dos cortadores por lo que en promedio ganan aproximadamente 3 mil 200 pesos al día siendo la cifra más baja, ya que en buenas condiciones logran alcanzar hasta 6 mil pesos al día.

“En el acomodo nos fijamos que sea la seleccionada, que vaya madura, que no vaya baja, ni tierna, ni deforme, ni cristalizada, nos tenemos que fijar en todo, anteriormente llenábamos hasta tres trailers entre 7 personas”, informó.

Destacaron que en buenos tiempos llegaron a percibir de 10 mil a 14 mil pesos semanales; sin embargo, actualmente hay semanas que varían en donde pueden percibir entre 12 mil hasta 30 mil pesos.

“Nosotros nos manejamos por la libre, no necesariamente nos contrata el dueño del predio o el comprador, sino que muchas veces el mismo comprador nos habla para que elijamos las sandías de mayor calidad, somos reconocidos y todo el año tenemos trabajo”, detallaron.

Asimismo, las cuadrillas de “piscadores” integradas principalmente por jóvenes, realizan una fila para poder trasladar el fruto, cada uno se va pasando al menos 20 kilogramos de sandía por sus brazos hasta que llega al punto donde se acomoda.

De nueva cuenta retornan al predio en donde los cortadores realizaron previa actividad de elección de las mejores sandías, y los cargadores van recogiendo el fruto para acomodarla en un remolque que está siendo arrastrado por un tractor, finalmente cuando terminan de llenarlo se dirigen al camión para realizar la misma actividad, la cual se repite conforme las toneladas que el cliente requiera.

Por lo anterior, Luis Ángel López, jefe de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en el distrito Parral, que comprende los municipios de Allende, Matamoros, Valle de Zaragoza, San Francisco del Oro, Santa Bárbara, Valle de Rosario, y Huejotitán, indicó que los productores de sandía han tenido que afrontar las problemáticas generadas por la sequía.

Manifestó que en los últimos años se han visto reducidos los rendimientos por la cuestión de la sequía y del incremento de las temperaturas en donde se tiene que estar regando con mayor frecuencia, lo cual genera que baje la utilidad, ya que deben invertir más en los procesos de la sandía.

Destacó que una de las problemáticas que han enfrentado es la falta de agua, por lo que tienen que invertir en adquirir este líquido y evitar que las pérdidas sean mayores ante la ausencia de lluvias.

Indicó que uno de los municipios referentes en la producción de sandía es Valle de Zaragoza en donde se tenía el registro de este cultivo de temporal; sin embargo, este año no se prestaron las condiciones para producirla bajo ese régimen.

“Sembraban a las orillas de la cuenca de la presa Boquilla, pero desde el año pasado están los niveles bajos y era donde se sembraba un poco de temporal, pero ahora la producción es de riego”, dijo.

Enfatizó que la sandía que se produce en el referido municipio se caracteriza por su calidad, por lo que se comercializa principalmente en el mercado nacional, ya que la producción es suficiente para abastecer al mercado local y nacional.

“El precio anda un poco bajo, y ya con este factor y los rendimientos si va afectar mucho la rentabilidad de este producto, ya que el año pasado se comercializó a un costo promedio de 6 pesos el kilogramo y ahora se encuentra en 3.
50 pesos lo que representa una caída de casi 71 por ciento”, expuso.

El entrevistado argumentó que en años pasados el kilogramo llegó a costar hasta 7 pesos, aunque el precio de manera constante cambia debido a la oferta y la demanda que se genere.

“Ahorita como está el precio al productor le queda poco de ganancia, pero la esperanza es que se presente más demanda del fruto y debido a esto de una semana a otra puede incrementar el costo”, informó.

El funcionario detalló que los productores empiezan a sembrar a finales de marzo o principios de abril, y los primeros días de junio se realiza el primer corte, el segundo se da a principios de julio.

Luis Ángel López subrayó que este fruto al igual que todos los cultivos que se generan en el distrito han disminuido su rendimiento debido a las condiciones climatológicas que se han presentado en los últimos años, por lo que la esperanza para los productores es que en los próximos meses se presenten las lluvias.

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