Reforma Electoral:  transformación y progreso

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Por: Benjamín Carrera

“El mundo odia el cambio y, sin embargo, es la única cosa que trae el progreso".

Charles Kettering

No sólo la vida, sino la manera habitual de hacer las cosas, e incluso las instituciones mismas, requieren de un constante cambio que permita -como dice la frase que abre esta entrega- el progreso.
La hoy tan debatida y por unos cuantos repudiada Reforma Electoral que ha presentado el Presidente de la República es una voz firme ante propuestas titubeantes que en algún momento, curiosamente, han abanderado diversas fuerzas políticas que hoy se oponen al cambio.

El objetivo primordial de la reforma propuesta es instaurar una democracia no sólo limpia, sino confiable, disminuyendo el marco de acción que permita la comisión de fraudes electorales, convirtiendo al INE en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, mismo que, para su eficaz operación, disminuirá el número de consejeros en concordancia con las políticas de austeridad y uso eficiente del gasto público, regulando además el financiamiento a partidos políticos para sus actividades ordinarias, evitando la duplicidad de funciones de los organismos públicos electorales y lanzando una propuesta respecto a legisladores plurinominales.

Y es que recordemos que estos temas ya han sido causa de manifestaciones ciudadanas a lo largo del país, mismas que han llevado a propuestas legislativas abanderadas incluso por los ejecutivos estatales, como ocurrió en Jalisco e incluso en Chihuahua.
En el caso de nuestro estado, el tema también ha sido puesto sobre la mesa actualmente por Morena, pero en legislaturas anteriores por representantes de Movimiento Ciudadano, PAN, PVEM, PRI, e incluso el extinto PES, por lo que sorprende que haya quien se oponga a lo que en el algún momento, quizá obedeciendo a la conveniencia, abanderó sobre todo cuando, para este 2022, el financiamiento que el INE otorgó a los partidos políticos, corresponde a casi seis mil millones de pesos.

Argumentando que el INE no puede ser puesto bajo juicio debido a que la prueba fehaciente de su garantía de legitimidad y democracia ha sido precisamente romper con la hegemonía del PRI, es una institución que se mantenía como intocable desde hace más de cuatro décadas.
Si bien el entonces IFE surge de una crisis política electoral y a raíz de la incertidumbre en los procesos electorales y la emisión de los resultados de las elecciones en México, es necesario decir que desde 2006 ha enfrentado una crisis de confianza ciudadana, mostrando en 2017 uno de los niveles más bajos de este indicador.

Utilizada como un ataque contra Morena, es necesario mencionar que, de las personas tomadas en cuenta para el estudio “Confianza en el INE en el marco del proceso electoral federal de 2018”, publicado en la revista del Instituto Estatal Electoral del Estado de México, Apuntes Electorales, el 49% no se identifica simpatizante de algún partido político, mientras que los simpatizantes de Morena representan tan sólo el 20% del total.

Más allá de ideologías, deberíamos preguntarnos lo siguiente: ¿Realmente creemos que tenemos democracia? Y para quien crea que sí: ¿A qué precio? Seguramente, estas cuestiones nos llevarán a concluir que, el cambio y la transformación de las instituciones, es sin duda, el progreso.

Por: Benjamín Carrera

“El mundo odia el cambio y, sin embargo, es la única cosa que trae el progreso".

Charles Kettering

No sólo la vida, sino la manera habitual de hacer las cosas, e incluso las instituciones mismas, requieren de un constante cambio que permita -como dice la frase que abre esta entrega- el progreso.
La hoy tan debatida y por unos cuantos repudiada Reforma Electoral que ha presentado el Presidente de la República es una voz firme ante propuestas titubeantes que en algún momento, curiosamente, han abanderado diversas fuerzas políticas que hoy se oponen al cambio.

El objetivo primordial de la reforma propuesta es instaurar una democracia no sólo limpia, sino confiable, disminuyendo el marco de acción que permita la comisión de fraudes electorales, convirtiendo al INE en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, mismo que, para su eficaz operación, disminuirá el número de consejeros en concordancia con las políticas de austeridad y uso eficiente del gasto público, regulando además el financiamiento a partidos políticos para sus actividades ordinarias, evitando la duplicidad de funciones de los organismos públicos electorales y lanzando una propuesta respecto a legisladores plurinominales.

Y es que recordemos que estos temas ya han sido causa de manifestaciones ciudadanas a lo largo del país, mismas que han llevado a propuestas legislativas abanderadas incluso por los ejecutivos estatales, como ocurrió en Jalisco e incluso en Chihuahua.
En el caso de nuestro estado, el tema también ha sido puesto sobre la mesa actualmente por Morena, pero en legislaturas anteriores por representantes de Movimiento Ciudadano, PAN, PVEM, PRI, e incluso el extinto PES, por lo que sorprende que haya quien se oponga a lo que en el algún momento, quizá obedeciendo a la conveniencia, abanderó sobre todo cuando, para este 2022, el financiamiento que el INE otorgó a los partidos políticos, corresponde a casi seis mil millones de pesos.

Argumentando que el INE no puede ser puesto bajo juicio debido a que la prueba fehaciente de su garantía de legitimidad y democracia ha sido precisamente romper con la hegemonía del PRI, es una institución que se mantenía como intocable desde hace más de cuatro décadas.
Si bien el entonces IFE surge de una crisis política electoral y a raíz de la incertidumbre en los procesos electorales y la emisión de los resultados de las elecciones en México, es necesario decir que desde 2006 ha enfrentado una crisis de confianza ciudadana, mostrando en 2017 uno de los niveles más bajos de este indicador.

Utilizada como un ataque contra Morena, es necesario mencionar que, de las personas tomadas en cuenta para el estudio “Confianza en el INE en el marco del proceso electoral federal de 2018”, publicado en la revista del Instituto Estatal Electoral del Estado de México, Apuntes Electorales, el 49% no se identifica simpatizante de algún partido político, mientras que los simpatizantes de Morena representan tan sólo el 20% del total.

Más allá de ideologías, deberíamos preguntarnos lo siguiente: ¿Realmente creemos que tenemos democracia? Y para quien crea que sí: ¿A qué precio? Seguramente, estas cuestiones nos llevarán a concluir que, el cambio y la transformación de las instituciones, es sin duda, el progreso.

Osvaldo

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mié Nov 9 , 2022
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