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Por: Mario Ramírez
La alarma a punto de sonar, la próxima semana se llevará a cabo el inicio de la vigésimo segunda edición de la Copa Mundial, y al igual que la espera, la polémica ha sido más grande de lo normal.
Desde el ya lejano 2009 cuando Qatar fue sorpresivamente declarado anfitrión con muchas teorías oscuras como trasfondo, hasta hoy, a escasos 11 días de que arranque el evento.
Desde muertes en la construcción masiva de estadios hasta debates por las leyes tan restringidas en las que el país arábigo vive.
El camino ha tenido de todo, menos paz.
La Copa Mundial de la FIFA no solamente es el torneo deportivo más grande del planeta, sino que es sin la más mínima duda la mayor fiesta en la historia de la humanidad.
El impacto es algo incomparable, la misma señal será sintonizada desde el rincón más maltratado hasta la mansión más lujosa, desde el país con menos recursos hasta la nación más rica y poderosa.
La industria del futbol es tan dominante que se apropió de la palabra “mundial”, pues ni siquiera hace falta mencionar la disciplina para saber de qué deporte se trata.
Francia buscando repetir su campeonato, Alemania queriendo empatar como el máximo ganador histórico, Argentina que quiere darle a Messi lo único que le falta conquistar, España e Inglaterra en busca de su segunda estrella, Uruguay que quiere volver a festejar después de 70 años y Brasil que con su mejor plantel en años quiere consagrarse con más diferencia como el mandamás definitivo del planeta.
Se le suman Holanda que quiere quitarse la etiqueta de subcampeón, Bélgica en el ocaso de su generación dorada, Croacia que busca su revancha de hace cuatro años y Portugal, comandada por Cristiano Ronaldo en busca de lo único que no tiene en sus vitrinas.
México por su parte, en busca de lo de siempre, el famoso y maldito quinto partido, dentro de una atmósfera negativa debido a los últimos resultados y decisiones de Gerardo “Tata” Martino.
Lo normal para la selección mexicana en estas fechas, pues ya es costumbre que en cada víspera de la copa del mundo se respire un ambiente negativo.
Sin embargo también es costumbre que la selección azteca llegue a su mejor nivel de cada ciclo en la fase de grupos del mundial, esperemos continúe también esa costumbre.
A partir del 20 de noviembre y durante cuatro semanas, el planeta tierra se rendirá de rodillas ante el futbol.
Las polémicas serán olvidadas, las teorías oscuras serán ignoradas, las potencias liberaran su poder, los medianos su coraje y los pequeños su orgullo.
Las empresas disminuirán su productividad, los empleados fingirán enfermedades, las escuelas no llenarán los salones, aumentará la venta de cerveza, aumentará la venta de botana, el tráfico desaparecerá, las alarmas cambiaran de horario, la señal de tv superará a netflix, la población vestirá de un mismo color y en este caso hasta la navidad perderá su, hasta ahora eterno, protagonismo decembrino.
Todo esto… por el futbol.
Mario Ramírez / @LaFutboliza
Por: Mario Ramírez
La alarma a punto de sonar, la próxima semana se llevará a cabo el inicio de la vigésimo segunda edición de la Copa Mundial, y al igual que la espera, la polémica ha sido más grande de lo normal.
Desde el ya lejano 2009 cuando Qatar fue sorpresivamente declarado anfitrión con muchas teorías oscuras como trasfondo, hasta hoy, a escasos 11 días de que arranque el evento.
Desde muertes en la construcción masiva de estadios hasta debates por las leyes tan restringidas en las que el país arábigo vive.
El camino ha tenido de todo, menos paz.
La Copa Mundial de la FIFA no solamente es el torneo deportivo más grande del planeta, sino que es sin la más mínima duda la mayor fiesta en la historia de la humanidad.
El impacto es algo incomparable, la misma señal será sintonizada desde el rincón más maltratado hasta la mansión más lujosa, desde el país con menos recursos hasta la nación más rica y poderosa.
La industria del futbol es tan dominante que se apropió de la palabra “mundial”, pues ni siquiera hace falta mencionar la disciplina para saber de qué deporte se trata.
Francia buscando repetir su campeonato, Alemania queriendo empatar como el máximo ganador histórico, Argentina que quiere darle a Messi lo único que le falta conquistar, España e Inglaterra en busca de su segunda estrella, Uruguay que quiere volver a festejar después de 70 años y Brasil que con su mejor plantel en años quiere consagrarse con más diferencia como el mandamás definitivo del planeta.
Se le suman Holanda que quiere quitarse la etiqueta de subcampeón, Bélgica en el ocaso de su generación dorada, Croacia que busca su revancha de hace cuatro años y Portugal, comandada por Cristiano Ronaldo en busca de lo único que no tiene en sus vitrinas.
México por su parte, en busca de lo de siempre, el famoso y maldito quinto partido, dentro de una atmósfera negativa debido a los últimos resultados y decisiones de Gerardo “Tata” Martino.
Lo normal para la selección mexicana en estas fechas, pues ya es costumbre que en cada víspera de la copa del mundo se respire un ambiente negativo.
Sin embargo también es costumbre que la selección azteca llegue a su mejor nivel de cada ciclo en la fase de grupos del mundial, esperemos continúe también esa costumbre.
A partir del 20 de noviembre y durante cuatro semanas, el planeta tierra se rendirá de rodillas ante el futbol.
Las polémicas serán olvidadas, las teorías oscuras serán ignoradas, las potencias liberaran su poder, los medianos su coraje y los pequeños su orgullo.
Las empresas disminuirán su productividad, los empleados fingirán enfermedades, las escuelas no llenarán los salones, aumentará la venta de cerveza, aumentará la venta de botana, el tráfico desaparecerá, las alarmas cambiaran de horario, la señal de tv superará a netflix, la población vestirá de un mismo color y en este caso hasta la navidad perderá su, hasta ahora eterno, protagonismo decembrino.
Todo esto… por el futbol.
Mario Ramírez / @LaFutboliza
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