Punto y aparte | Los realitys de hoy en día

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“El juego había empezado, nadie se fiaba más que de sí mismo”

Henning Mankell

Por: Alejandro Rueda

En esta urgente necesidad de brindarle un poco de esparcimiento a la vida, la principal televisora de México transmite un reality show llamado “La casa de los famosos”, en donde participan algunos (as) sublimes personajes de la farándula, quienes conviven las 24 horas del día en una enorme casa que es monitoreada en cada uno de sus rincones; semana con semana entre ellos nominan a quienes, por sus estrategias, creen que deben salir del juego, siendo el público quien con su voto salva a algunos para que continúen dentro de la casa y llegar a la final con el objetivo de ganar un jugoso premio monetario.
Conforme pasa el tiempo, los verdaderos sentimientos de cada integrante salen a relucir.
Desde luego que existen quienes piensan que hay muchas otras actividades productivas que se pueden realizar en lugar de ver este programa, como lo es leer un libro (que bastante falta nos hace), ver una buena película o hacer alguna actividad para ejercitar el cuerpo, pero esto será tema de otra ocasión.

En el reality político de nuestro querido país se encuentran jugando Xóchitl, Claudia, Beatriz, Santiago, Enrique, Adán, Marcelo, Gerardo, Manuel y Ricardo; aunque se supone que las reglas debieran ser iguales para todos, la verdad es que hay quienes cuentan con la preferencia del que por su decisión se ha convertido en el que dicta las instrucciones de cómo debe de jugarse y todas las mañanas golpea a los jugadores que le representan dolor de cabeza sin que sea debidamente amonestado (ya me lo imagino si a él le hubieran hecho lo mismo años atrás).

Definitivamente en este juego hay contrincantes de mayor y notoria capacidad que otros, la posibilidad de ponerlos a debatir entre ellos hace que a más de dos le tiemblen las piernas, tartamudeen y supliquen porque no suceda, ¿la razón?, resulta más que obvia, quedarían exhibidas sus carencias con lo que esto pudiera significar, así que mejor prefieren nadar de muertito en lugar de entrarle al gran ejercicio democrático que representa un debate, no le saquen.

En los siguientes meses los jugadores demostrarán de qué están hechos para llegar a la semifinal, dos de ellos lo lograrán y es en ese momento en que los demás se alinearán en la recta final en la que también los ciudadanos escogerán al ganador o ganadora cuando acudan a las urnas; de aquí la importancia de conocer lo mejor posible los perfiles de quienes pretender llegar a tener la gran responsabilidad de gobernar al pueblo azteca.

El próximo año nuestro país se encontrará en un decisivo escenario en donde la participación de todos los que nos preciamos de ser mexicanos es lo más importante, ya que nuestro voto será la base para que, de manera tranquila, realicemos nuestro derecho (y obligación) en la búsqueda de un mejor mañana para todos.

Chihuahua, el estado grande, ha presentado gran nivel de abstencionismo en elecciones anteriores, la población que se encuentra por debajo de las cuatro décadas es la que menos caso hace al llamado de las urnas, las razones son varias: apatía, desencanto, flojera o porque no renovaron su credencial de elector, cualquiera de estos motivos hoy no cabe en el contexto, no podemos permitirnos un desdén de este tamaño cuando nuestro país nos pide a gritos que le echemos la mano.
Si no votas, tú estarás nominado y nadie te podrá salvar.

“El juego había empezado, nadie se fiaba más que de sí mismo”

Henning Mankell

Por: Alejandro Rueda

En esta urgente necesidad de brindarle un poco de esparcimiento a la vida, la principal televisora de México transmite un reality show llamado “La casa de los famosos”, en donde participan algunos (as) sublimes personajes de la farándula, quienes conviven las 24 horas del día en una enorme casa que es monitoreada en cada uno de sus rincones; semana con semana entre ellos nominan a quienes, por sus estrategias, creen que deben salir del juego, siendo el público quien con su voto salva a algunos para que continúen dentro de la casa y llegar a la final con el objetivo de ganar un jugoso premio monetario.
Conforme pasa el tiempo, los verdaderos sentimientos de cada integrante salen a relucir.
Desde luego que existen quienes piensan que hay muchas otras actividades productivas que se pueden realizar en lugar de ver este programa, como lo es leer un libro (que bastante falta nos hace), ver una buena película o hacer alguna actividad para ejercitar el cuerpo, pero esto será tema de otra ocasión.

En el reality político de nuestro querido país se encuentran jugando Xóchitl, Claudia, Beatriz, Santiago, Enrique, Adán, Marcelo, Gerardo, Manuel y Ricardo; aunque se supone que las reglas debieran ser iguales para todos, la verdad es que hay quienes cuentan con la preferencia del que por su decisión se ha convertido en el que dicta las instrucciones de cómo debe de jugarse y todas las mañanas golpea a los jugadores que le representan dolor de cabeza sin que sea debidamente amonestado (ya me lo imagino si a él le hubieran hecho lo mismo años atrás).

Definitivamente en este juego hay contrincantes de mayor y notoria capacidad que otros, la posibilidad de ponerlos a debatir entre ellos hace que a más de dos le tiemblen las piernas, tartamudeen y supliquen porque no suceda, ¿la razón?, resulta más que obvia, quedarían exhibidas sus carencias con lo que esto pudiera significar, así que mejor prefieren nadar de muertito en lugar de entrarle al gran ejercicio democrático que representa un debate, no le saquen.

En los siguientes meses los jugadores demostrarán de qué están hechos para llegar a la semifinal, dos de ellos lo lograrán y es en ese momento en que los demás se alinearán en la recta final en la que también los ciudadanos escogerán al ganador o ganadora cuando acudan a las urnas; de aquí la importancia de conocer lo mejor posible los perfiles de quienes pretender llegar a tener la gran responsabilidad de gobernar al pueblo azteca.

El próximo año nuestro país se encontrará en un decisivo escenario en donde la participación de todos los que nos preciamos de ser mexicanos es lo más importante, ya que nuestro voto será la base para que, de manera tranquila, realicemos nuestro derecho (y obligación) en la búsqueda de un mejor mañana para todos.

Chihuahua, el estado grande, ha presentado gran nivel de abstencionismo en elecciones anteriores, la población que se encuentra por debajo de las cuatro décadas es la que menos caso hace al llamado de las urnas, las razones son varias: apatía, desencanto, flojera o porque no renovaron su credencial de elector, cualquiera de estos motivos hoy no cabe en el contexto, no podemos permitirnos un desdén de este tamaño cuando nuestro país nos pide a gritos que le echemos la mano.
Si no votas, tú estarás nominado y nadie te podrá salvar.

Osvaldo

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