Punto y aparte | Ausencia

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Por: Alejandro Rueda Moreno

“Estaba ausente, estando presente”: Paul Auster

Cuando estás como ausente, entonces simple y sencillamente no estás, paradojas del lenguaje y de la vida misma; muchas veces estamos ante la presencia de alguien que nos comenta algo posiblemente de interés y nuestra mente se encuentra en otro lado, menos en donde es requerida en ese momento y la cuestión es que todos alrededor lo notan, es decir, la ausencia es notoria.

La palabra “ausencia” proviene del latín “absentia” derivada del verbo “abesse” que significa estar separado o estar alejado.
Así, ante esta pandemia de origen asiático y que aún sigue entre nosotros (en menor medida) nos hizo estar ausentes (alejados) de manera física de nuestros familiares, nuestro trabajo y a los niños y jóvenes de la escuela, pero no por ello las actividades se detuvieron, el mundo virtual encontró una gran razón para estar entre nosotros.

En su multipremiado libro “Invisible”, el escritor español Eloy Moreno se realiza estas dos preguntas: ¿Quién no ha deseado alguna vez ser invisible? y ¿quién no ha deseado alguna vez dejar de serlo?; el personaje principal cavila que cuando más deseo tenía de ser invisible era cuando más gente lo veía y en contraparte, cuando buscaba la mirada de todos era cuando las circunstancias lo desaparecían.

La ausencia con su vínculo negativo podemos encaminarla hacia un elemento que carece de significado, sin embargo, en muchas ocasiones podemos comprobar que quienes no están representan lo más significativo y su ausencia se convierte en el motor para que las cosas se hagan.

En el terreno álgido de nuestra política mexicana, en donde el flamante secretario de Gobernación se atreve a decir que los tabasqueños son más inteligentes que los norteños (tómala); en donde la consentida para 2024 no ha dado una explicación convincente de lo que aconteció con la línea 12 del metro de la ciudad de México, en donde lamentablemente hubo varios fallecidos; en donde el canciller soportando los desdenes del primer mandatario prefiere tomarse selfies y fotos en los lugares que acude para dar la impresión de que está en lo suyo; aquí la ausencia también entra en escena y lleva por apellido “oposición” porque hasta el día de hoy nos seguimos preguntando ¿dónde están?, no los vemos, ¿son invisibles?, ¿les conviene serlo?

Nuestro querido México requiere acabar con la ausencia de un pueblo dejado, la enfermiza obsesión de AMLO por desaparecer al Instituto Nacional Electoral y ser el propio gobierno quien controle las elecciones dando con esto un duro golpe contra la democracia, no debemos permitirla bajo ninguna circunstancia.
Todo el apoyo para el INE y los institutos estatales, pos luego.

El gran vacío que produce la ausencia de quienes representan el contrapeso político nos lastima a todos y es que de seguir así, una de las pseudocorcholatas será la que continúe haciendo y deshaciendo en esta mal llamada cuarta transformación.
De nosotros depende, ustedes dicen.
¿Estaremos ausentes?

Punto y aparte.

Esta columna recuerda con cariño a quienes se encuentran ausentes físicamente y que ahora deambulan en un mejor lugar.

Por: Alejandro Rueda Moreno

“Estaba ausente, estando presente”: Paul Auster

Cuando estás como ausente, entonces simple y sencillamente no estás, paradojas del lenguaje y de la vida misma; muchas veces estamos ante la presencia de alguien que nos comenta algo posiblemente de interés y nuestra mente se encuentra en otro lado, menos en donde es requerida en ese momento y la cuestión es que todos alrededor lo notan, es decir, la ausencia es notoria.

La palabra “ausencia” proviene del latín “absentia” derivada del verbo “abesse” que significa estar separado o estar alejado.
Así, ante esta pandemia de origen asiático y que aún sigue entre nosotros (en menor medida) nos hizo estar ausentes (alejados) de manera física de nuestros familiares, nuestro trabajo y a los niños y jóvenes de la escuela, pero no por ello las actividades se detuvieron, el mundo virtual encontró una gran razón para estar entre nosotros.

En su multipremiado libro “Invisible”, el escritor español Eloy Moreno se realiza estas dos preguntas: ¿Quién no ha deseado alguna vez ser invisible? y ¿quién no ha deseado alguna vez dejar de serlo?; el personaje principal cavila que cuando más deseo tenía de ser invisible era cuando más gente lo veía y en contraparte, cuando buscaba la mirada de todos era cuando las circunstancias lo desaparecían.

La ausencia con su vínculo negativo podemos encaminarla hacia un elemento que carece de significado, sin embargo, en muchas ocasiones podemos comprobar que quienes no están representan lo más significativo y su ausencia se convierte en el motor para que las cosas se hagan.

En el terreno álgido de nuestra política mexicana, en donde el flamante secretario de Gobernación se atreve a decir que los tabasqueños son más inteligentes que los norteños (tómala); en donde la consentida para 2024 no ha dado una explicación convincente de lo que aconteció con la línea 12 del metro de la ciudad de México, en donde lamentablemente hubo varios fallecidos; en donde el canciller soportando los desdenes del primer mandatario prefiere tomarse selfies y fotos en los lugares que acude para dar la impresión de que está en lo suyo; aquí la ausencia también entra en escena y lleva por apellido “oposición” porque hasta el día de hoy nos seguimos preguntando ¿dónde están?, no los vemos, ¿son invisibles?, ¿les conviene serlo?

Nuestro querido México requiere acabar con la ausencia de un pueblo dejado, la enfermiza obsesión de AMLO por desaparecer al Instituto Nacional Electoral y ser el propio gobierno quien controle las elecciones dando con esto un duro golpe contra la democracia, no debemos permitirla bajo ninguna circunstancia.
Todo el apoyo para el INE y los institutos estatales, pos luego.

El gran vacío que produce la ausencia de quienes representan el contrapeso político nos lastima a todos y es que de seguir así, una de las pseudocorcholatas será la que continúe haciendo y deshaciendo en esta mal llamada cuarta transformación.
De nosotros depende, ustedes dicen.
¿Estaremos ausentes?

Punto y aparte.

Esta columna recuerda con cariño a quienes se encuentran ausentes físicamente y que ahora deambulan en un mejor lugar.

Osvaldo

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La voz docente

jue Nov 3 , 2022
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