Perfil humano | Los efectos adversos del calentamiento global

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Eduardo Fernández Armendáriz

El pasado mes de junio fue considerado como el más caluroso desde que se registra la temperatura promedio global, pero ahora los expertos en el tema afirman que este mes de julio lo superará.

Los efectos del continuo aumento del calentamiento global se resienten en todas las zonas del mundo con temperaturas que superan los cincuenta grados centígrados.

Las persistentes olas de calor han cobrado víctimas, como un tarahumara que falleció en Ojinaga.

Algunas consecuencias de este fenómeno de la era industrial son las sequías y las inundaciones, así como el aumento de la potencia de los ciclones.

La temperatura de los océanos ha aumentado significativamente, por lo que en este mes en el Mediterráneo se tiene una temperatura de treinta grados.

Los glaciares continúan derritiéndose en los polos y en las montañas sin que esto sea objeto real de preocupación para la mayoría de los seres humanos.

La canícula que inició en diversas entidades del país agrava las sequías predominantes y contribuye al aumento del calor.

Si antes era común que en verano las temperaturas regionales podrían llegar a los cuarenta grados, ahora ya superan los cincuenta.

La carencia de lluvias afecta las cosechas como la de arroz en la India, país que ha cancelado las exportaciones de este grano debido a que disminuyó su producción.

La ONU ha informado que la hambruna aumentará en las regiones más marginadas de Asia y África debido a la reducción de granos provocada por el calentamiento global y en parte también por la guerra en Ucrania.

El calentamiento global ha sido un tema que los científicos han divulgado desde hace décadas, pero poco o casi nada han hecho los gobiernos para lograr su disminución.

Este fenómeno es producto de la emisión de gases como el dióxido de carbono y el metano, los cuales se quedan en la atmósfera provocando el efecto invernadero o sea que crean una capa que evita la dispersión del calor.

Aunque diversos informes científicos alertaban sobre esta amenaza desde el siglo pasado, fue hasta principios de este siglo que se empezó a conocer masivamente debido a su divulgación en los medios.

Un documental titulado “La verdad incómoda”, del ex presidente estadounidense Al Gore, tuvo un gran impacto y contribuyó en buena medida a que las naciones acordaran medidas para reducir el calentamiento global y el cambio climático.

Los objetivos que se fijaron en las reuniones globales de Tokio y París no se han cumplido y en lugar de reducirse las temperaturas han registrado grandes aumentos como sucede en este año.

La causa es que la mayoría de los países continúan utilizando energías contaminantes, como el carbón y el combustóleo que la CFE emplea en sus plantas eléctricas.

La termoeléctrica de Tula continúa siendo alimentada con combustóleo provocando una gran contaminación en el Valle de México, sobre todo en la capital mexicana.

Debido a una política errónea esta compañía no privilegia el uso de fuentes no contaminantes como la solar o la eólica.

La resistencia a los cambios necesarios para evitar el uso de energías contaminantes como la gasolina agrava el problema sin que se tomen las medidas respectivas como sería el uso de vehículos eléctricos.

La apatía de las masas y la ineficacia de los gobernantes continúan prevaleciendo, por lo que los efectos adversos del calentamiento global y el cambio climático pueden llegar a causar la extinción de la vida humana en un plazo más corto que el pronosticado.

Eduardo Fernández Armendáriz

El pasado mes de junio fue considerado como el más caluroso desde que se registra la temperatura promedio global, pero ahora los expertos en el tema afirman que este mes de julio lo superará.

Los efectos del continuo aumento del calentamiento global se resienten en todas las zonas del mundo con temperaturas que superan los cincuenta grados centígrados.

Las persistentes olas de calor han cobrado víctimas, como un tarahumara que falleció en Ojinaga.

Algunas consecuencias de este fenómeno de la era industrial son las sequías y las inundaciones, así como el aumento de la potencia de los ciclones.

La temperatura de los océanos ha aumentado significativamente, por lo que en este mes en el Mediterráneo se tiene una temperatura de treinta grados.

Los glaciares continúan derritiéndose en los polos y en las montañas sin que esto sea objeto real de preocupación para la mayoría de los seres humanos.

La canícula que inició en diversas entidades del país agrava las sequías predominantes y contribuye al aumento del calor.

Si antes era común que en verano las temperaturas regionales podrían llegar a los cuarenta grados, ahora ya superan los cincuenta.

La carencia de lluvias afecta las cosechas como la de arroz en la India, país que ha cancelado las exportaciones de este grano debido a que disminuyó su producción.

La ONU ha informado que la hambruna aumentará en las regiones más marginadas de Asia y África debido a la reducción de granos provocada por el calentamiento global y en parte también por la guerra en Ucrania.

El calentamiento global ha sido un tema que los científicos han divulgado desde hace décadas, pero poco o casi nada han hecho los gobiernos para lograr su disminución.

Este fenómeno es producto de la emisión de gases como el dióxido de carbono y el metano, los cuales se quedan en la atmósfera provocando el efecto invernadero o sea que crean una capa que evita la dispersión del calor.

Aunque diversos informes científicos alertaban sobre esta amenaza desde el siglo pasado, fue hasta principios de este siglo que se empezó a conocer masivamente debido a su divulgación en los medios.

Un documental titulado “La verdad incómoda”, del ex presidente estadounidense Al Gore, tuvo un gran impacto y contribuyó en buena medida a que las naciones acordaran medidas para reducir el calentamiento global y el cambio climático.

Los objetivos que se fijaron en las reuniones globales de Tokio y París no se han cumplido y en lugar de reducirse las temperaturas han registrado grandes aumentos como sucede en este año.

La causa es que la mayoría de los países continúan utilizando energías contaminantes, como el carbón y el combustóleo que la CFE emplea en sus plantas eléctricas.

La termoeléctrica de Tula continúa siendo alimentada con combustóleo provocando una gran contaminación en el Valle de México, sobre todo en la capital mexicana.

Debido a una política errónea esta compañía no privilegia el uso de fuentes no contaminantes como la solar o la eólica.

La resistencia a los cambios necesarios para evitar el uso de energías contaminantes como la gasolina agrava el problema sin que se tomen las medidas respectivas como sería el uso de vehículos eléctricos.

La apatía de las masas y la ineficacia de los gobernantes continúan prevaleciendo, por lo que los efectos adversos del calentamiento global y el cambio climático pueden llegar a causar la extinción de la vida humana en un plazo más corto que el pronosticado.

Osvaldo

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