Perfil humano | La segura inseguridad en México

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Eduardo Fernández Armendáriz

El atentado de un numeroso grupo armado en un balneario de Guanajuato exhibe la inseguridad que campea en el país por el dominio de bandas criminales que actúan con impunidad.

En el centro de recreo La Palma de este estado un comando disparó en contra de un grupo de personas matando a siete de ellas e hiriendo a otras diez.

Guanajuato era un estado atractivo y pacífico que recibía a turistas nacionales y extranjeros.
Ahora es otra zona más de guerra debido a los cárteles que se disputan el control regional.

En el vecino San Luis Potosí operan delincuentes que se dicen de la vieja guardia de los Zetas, los cuales secuestran y trafican con migrantes.

Recientemente en el municipio de Matehuala 23 supuestos turistas desaparecieron cuando viajaban a Saltillo.
Después se conoció que realmente eran migrantes y sus captores exigían 60 mil pesos por cada uno de ellos para liberarlos.

En un operativo de las fuerzas de seguridad fueron rescatados no sólo los desaparecidos, sino más de cien personas, los cuales resultó que eran en su mayoría migrantes que retenían ilegalmente los criminales.

El tráfico de migrantes, extranjeros y nacionales, se ha convertido en una actividad bastante lucrativa para los narcotraficantes desde la frontera sur hasta la frontera norte.

En la zona fronteriza de Ciudad Juárez cinco bandas ligadas a los cárteles de Juárez y Sinaloa se disputan el mercado del cruce de inmigrantes a los Estados Unidos.

La crisis migratoria en las ciudades fronterizas se debe en buena parte a que las bandas criminales propician el tráfico de personas desde su país de origen hasta la frontera norte mexicana.

La creciente violencia en todo el país se ha pretendido controlar con los militares, lo cual hasta ahora ha tenido escasos resultados.

La Guardia Nacional que sustituyó a la Policía Federal tampoco ha podido garantizar una mayor seguridad y ha sido utilizada más bien para tratar de contener el creciente flujo migratorio en el país.

En Washington se reunió una comitiva mexicana con el fiscal estadounidense para acordar enfrentar al Cártel Jalisco Nueva Generación y al Cártel de Sinaloa para combatir el tráfico de fentanilo, la droga más mortal para los adictos norteamericanos.

No se trató también el tráfico de inmigrantes, el cual continúa aumentando convirtiéndose también en un asunto de seguridad nacional para México y los Estados Unidos.

La inseguridad es mayor en nuestro país que en el vecino como lo demuestra que siete de las ciudades clasificadas entre las diez primeras más peligrosas del mundo son mexicanas.

Entre ellas está Ciudad Juárez, lo cual no es nuevo pues ya había sido considerada como altamente insegura desde que ha estado bajo el dominio de pandillas criminales como los Aztecas, los Mexicles, Artistas Asesinos y otras ligadas a los cárteles de la droga.

Pese a la militarización de buena parte de las funciones públicas no se ha logrado combatir eficazmente al crimen organizado por lo que se sigue cuestionando la política de “abrazos, no balazos” implementada por el actual gobierno federal.

No hay un día en que no haya actos criminales relevantes por lo que ahora los noticiarios los dan a conocer reiteradamente convirtiéndose así la nota roja en el principal material informativo.

Por algo México es el país con más periodistas asesinados en el mundo en los últimos años.

El problema latente es que los mexicanos nos acostumbramos a la incidencia de hechos delictivos y a vivir cotidianamente en una paradójica segura inseguridad pública.

Eduardo Fernández Armendáriz

El atentado de un numeroso grupo armado en un balneario de Guanajuato exhibe la inseguridad que campea en el país por el dominio de bandas criminales que actúan con impunidad.

En el centro de recreo La Palma de este estado un comando disparó en contra de un grupo de personas matando a siete de ellas e hiriendo a otras diez.

Guanajuato era un estado atractivo y pacífico que recibía a turistas nacionales y extranjeros.
Ahora es otra zona más de guerra debido a los cárteles que se disputan el control regional.

En el vecino San Luis Potosí operan delincuentes que se dicen de la vieja guardia de los Zetas, los cuales secuestran y trafican con migrantes.

Recientemente en el municipio de Matehuala 23 supuestos turistas desaparecieron cuando viajaban a Saltillo.
Después se conoció que realmente eran migrantes y sus captores exigían 60 mil pesos por cada uno de ellos para liberarlos.

En un operativo de las fuerzas de seguridad fueron rescatados no sólo los desaparecidos, sino más de cien personas, los cuales resultó que eran en su mayoría migrantes que retenían ilegalmente los criminales.

El tráfico de migrantes, extranjeros y nacionales, se ha convertido en una actividad bastante lucrativa para los narcotraficantes desde la frontera sur hasta la frontera norte.

En la zona fronteriza de Ciudad Juárez cinco bandas ligadas a los cárteles de Juárez y Sinaloa se disputan el mercado del cruce de inmigrantes a los Estados Unidos.

La crisis migratoria en las ciudades fronterizas se debe en buena parte a que las bandas criminales propician el tráfico de personas desde su país de origen hasta la frontera norte mexicana.

La creciente violencia en todo el país se ha pretendido controlar con los militares, lo cual hasta ahora ha tenido escasos resultados.

La Guardia Nacional que sustituyó a la Policía Federal tampoco ha podido garantizar una mayor seguridad y ha sido utilizada más bien para tratar de contener el creciente flujo migratorio en el país.

En Washington se reunió una comitiva mexicana con el fiscal estadounidense para acordar enfrentar al Cártel Jalisco Nueva Generación y al Cártel de Sinaloa para combatir el tráfico de fentanilo, la droga más mortal para los adictos norteamericanos.

No se trató también el tráfico de inmigrantes, el cual continúa aumentando convirtiéndose también en un asunto de seguridad nacional para México y los Estados Unidos.

La inseguridad es mayor en nuestro país que en el vecino como lo demuestra que siete de las ciudades clasificadas entre las diez primeras más peligrosas del mundo son mexicanas.

Entre ellas está Ciudad Juárez, lo cual no es nuevo pues ya había sido considerada como altamente insegura desde que ha estado bajo el dominio de pandillas criminales como los Aztecas, los Mexicles, Artistas Asesinos y otras ligadas a los cárteles de la droga.

Pese a la militarización de buena parte de las funciones públicas no se ha logrado combatir eficazmente al crimen organizado por lo que se sigue cuestionando la política de “abrazos, no balazos” implementada por el actual gobierno federal.

No hay un día en que no haya actos criminales relevantes por lo que ahora los noticiarios los dan a conocer reiteradamente convirtiéndose así la nota roja en el principal material informativo.

Por algo México es el país con más periodistas asesinados en el mundo en los últimos años.

El problema latente es que los mexicanos nos acostumbramos a la incidencia de hechos delictivos y a vivir cotidianamente en una paradójica segura inseguridad pública.

Osvaldo

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