Perfil humano | Claudia y el bastón de mando

Post Content

El pasado miércoles 6 de este mes inició oficialmente el periodo electoral de 2024 y la dirigencia de Morena dio a conocer a quien se encargará de la coordinación nacional de los comités de defensa de la Cuarta Transformación.

No hubo sorpresas pues la designada fue Claudia Sheinbaum al encabezar tanto la encuesta de su partido como las otras cuatro de agencias escogidas por los aspirantes.

Tal vez el único sorprendido fue Marcelo Ebrard, quien con sus representantes dio el último pataleo poco antes del anuncio realizado por Durazo, el presidente del Consejo Nacional de Morena.

El gobernador sonorense ha de ser polifacético, pues además de encargarse de la administración de su estado tiene tiempo como para dedicarse a sus responsabilidades partidistas.

La realidad es que desde hace más de un año en que fue destapada como corcholata la entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México era la favorita de López Obrador.

Para supuestamente disimular este claro “dedazo” AMLO mencionó a otros funcionarios públicos de Morena para que contendieran por la coordinación de la 4T.

Además de Claudia se anotaron el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el coordinador de los senadores morenistas, Ricardo Monreal.

A ellos se les agregaron dos representantes de los partidos aliados, Fernández Noroña del PT y Manuel Velasco del PVEM.

Con este madruguete el Peje adelantó el destape presidencial y las corcholatas se anduvieron paseando por el país sin contrincantes ya que la alianza opositora estaba durmiendo en sus laureles.

Sin embargo, tarde pero reaccionaron los dirigentes del PRI, el PAN y el PRD y formaron el Frente Amplio por México, el cual al igual que la 4T necesitaba un coordinador.

Así designaron a Xóchitl Gálvez, la que será la contrincante de Claudia Sheinbaum para ganar la Presidencia de la República.

Al ser citada en las mañaneras por López Obrador como la tapada de Claudio X.
González, la senadora le apostó doble contra sencillo que Claudia sería la candidata presidencial.

Bueno, todo mundo sabía que el tradicional “dedazo” presidencial era para Claudia, menos Marcelo.

A Ebrard le pasó lo mismo que a su jefe y padrino político Manuel Camacho, al cual siendo regente del Distrito Federal el presidente Salinas de Gortari lo engañó y lo animó para ser su sucesor.

A fin de cuentas, Carlos Salinas se decidió por quien desde el principio era su tapado: Luis Donaldo Colosio.

Camacho hizo su rabieta pública y para calmarlo Salinas lo nombró secretario de Relaciones Exteriores.

El problema es que Marcelo no puede regresar a esta secretaría pues tuvo que renunciar a ella para ser candidato por la coordinación de la 4T.

Ahora Ebrard anda deshojando la margarita para resolver si se irá o no de Morena y aceptar una candidatura por otro partido, que no sería más que Movimiento Ciudadano.

Como candidato independiente sería difícil que lo intentara, pues no tiene una figura política que atraiga a los opositores, ya que desde que trabajó con AMLO ha sido un fiel seguidor de su causa.

Por lo pronto Claudia ya recibió el bastón de mando del tlatoani y espera convertirse en la primera presidenta de México, siempre y cuando Xóchitl no le gane la elección en 2024.

El pasado miércoles 6 de este mes inició oficialmente el periodo electoral de 2024 y la dirigencia de Morena dio a conocer a quien se encargará de la coordinación nacional de los comités de defensa de la Cuarta Transformación.

No hubo sorpresas pues la designada fue Claudia Sheinbaum al encabezar tanto la encuesta de su partido como las otras cuatro de agencias escogidas por los aspirantes.

Tal vez el único sorprendido fue Marcelo Ebrard, quien con sus representantes dio el último pataleo poco antes del anuncio realizado por Durazo, el presidente del Consejo Nacional de Morena.

El gobernador sonorense ha de ser polifacético, pues además de encargarse de la administración de su estado tiene tiempo como para dedicarse a sus responsabilidades partidistas.

La realidad es que desde hace más de un año en que fue destapada como corcholata la entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México era la favorita de López Obrador.

Para supuestamente disimular este claro “dedazo” AMLO mencionó a otros funcionarios públicos de Morena para que contendieran por la coordinación de la 4T.

Además de Claudia se anotaron el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el coordinador de los senadores morenistas, Ricardo Monreal.

A ellos se les agregaron dos representantes de los partidos aliados, Fernández Noroña del PT y Manuel Velasco del PVEM.

Con este madruguete el Peje adelantó el destape presidencial y las corcholatas se anduvieron paseando por el país sin contrincantes ya que la alianza opositora estaba durmiendo en sus laureles.

Sin embargo, tarde pero reaccionaron los dirigentes del PRI, el PAN y el PRD y formaron el Frente Amplio por México, el cual al igual que la 4T necesitaba un coordinador.

Así designaron a Xóchitl Gálvez, la que será la contrincante de Claudia Sheinbaum para ganar la Presidencia de la República.

Al ser citada en las mañaneras por López Obrador como la tapada de Claudio X.
González, la senadora le apostó doble contra sencillo que Claudia sería la candidata presidencial.

Bueno, todo mundo sabía que el tradicional “dedazo” presidencial era para Claudia, menos Marcelo.

A Ebrard le pasó lo mismo que a su jefe y padrino político Manuel Camacho, al cual siendo regente del Distrito Federal el presidente Salinas de Gortari lo engañó y lo animó para ser su sucesor.

A fin de cuentas, Carlos Salinas se decidió por quien desde el principio era su tapado: Luis Donaldo Colosio.

Camacho hizo su rabieta pública y para calmarlo Salinas lo nombró secretario de Relaciones Exteriores.

El problema es que Marcelo no puede regresar a esta secretaría pues tuvo que renunciar a ella para ser candidato por la coordinación de la 4T.

Ahora Ebrard anda deshojando la margarita para resolver si se irá o no de Morena y aceptar una candidatura por otro partido, que no sería más que Movimiento Ciudadano.

Como candidato independiente sería difícil que lo intentara, pues no tiene una figura política que atraiga a los opositores, ya que desde que trabajó con AMLO ha sido un fiel seguidor de su causa.

Por lo pronto Claudia ya recibió el bastón de mando del tlatoani y espera convertirse en la primera presidenta de México, siempre y cuando Xóchitl no le gane la elección en 2024.

Osvaldo

Cartones

Entrada siguiente

Punto y aparte | Encuestas, el cambio de tendencias

jue Sep 14 , 2023
Post Content

Puede que te guste

Generated by Feedzy