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Conforme avanza la gestión del gobierno del presidente López Obrador se acumulan las evidencias de que la estrategia general para mejorar las condiciones de vida de las familias y grupos vulnerables está alcanzando las metas propuestas.
El último reporte del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) nos indica que, desde el último trimestre de 2021, la pobreza laboral está reduciéndose sistemáticamente.
Esto es una gran noticia porque este indicador representa el porcentaje de personas cuyos ingresos originados en su trabajo son insuficientes para cubrir el costo de la canasta básica.
También lo es porque la pobreza laboral, tal y como la define el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social es un componente importante del concepto más amplio de pobreza en general, que a esta medición suma otro conjunto de indicadores a los que denomina carencias sociales y que están íntimamente relacionados con el acceso limitado a servicios públicos como los servicios de salud, el agua potable y otros satisfactores más, como la vivienda y los sistemas de seguridad social que comprenden las pensiones.
Esta mejora del Bienestar de los trabajadores es notable porque revela que, a pesar de la emergente inflación, las alzas salariales, que resultan de una firme política de restauración salarial del gobierno de la 4T, están contribuyendo a mejorar el poder adquisitivo de las y los trabajadores.
Pero también el Coneval reconoce que esta reducción, ya como tendencia, de la pobreza muestra que la economía de las familias más vulnerables está superando algunas de las complicaciones materiales que trajo consigo la pandemia.
Para el estado de Chihuahua, la entidad del país cuya población ocupada tiene los mayores niveles de trabajadores formales, está la reducción de la pobreza laboral alcanza mayor fuerza porque sus ingresos dependen, directa o indirectamente, del salario mínimo, y es el aumento sistemático y significativo de éste lo que define una mayor reducción de la pobreza.
Pero hay más razones para estar optimistas, porque dentro de los otros factores que determinan la pobreza destaca el impacto que el valor de las pensiones tienen en el componente de seguridad y protección social, que como se sabe, su monto ha estado en ascenso continuo desde que AMLO tomó posesión y se espera que en el año siguiente vuelvan a subir otro 25 por ciento hasta alcanzar en el 2024 los seis mil pesos bimestrales prometidos.
Con ello y con el impacto directo de los beneficios, que de manera especial reciben los grupos y familias más vulnerables de México, a través de programas como Sembrando Vida, muy pronto tendremos más noticias de los logros consumados de un gobierno empeñado en cumplir con su palabra, tan bien expresada en la divisa de "primero los pobres".
Por lo que sólo me resta exclamar que, en materia de atención a los más humildes, por primera vez en la historia de México y Chihuahua:
¡¡¡Andamos montados en "caballo de hacienda"!!!
Conforme avanza la gestión del gobierno del presidente López Obrador se acumulan las evidencias de que la estrategia general para mejorar las condiciones de vida de las familias y grupos vulnerables está alcanzando las metas propuestas.
El último reporte del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) nos indica que, desde el último trimestre de 2021, la pobreza laboral está reduciéndose sistemáticamente.
Esto es una gran noticia porque este indicador representa el porcentaje de personas cuyos ingresos originados en su trabajo son insuficientes para cubrir el costo de la canasta básica.
También lo es porque la pobreza laboral, tal y como la define el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social es un componente importante del concepto más amplio de pobreza en general, que a esta medición suma otro conjunto de indicadores a los que denomina carencias sociales y que están íntimamente relacionados con el acceso limitado a servicios públicos como los servicios de salud, el agua potable y otros satisfactores más, como la vivienda y los sistemas de seguridad social que comprenden las pensiones.
Esta mejora del Bienestar de los trabajadores es notable porque revela que, a pesar de la emergente inflación, las alzas salariales, que resultan de una firme política de restauración salarial del gobierno de la 4T, están contribuyendo a mejorar el poder adquisitivo de las y los trabajadores.
Pero también el Coneval reconoce que esta reducción, ya como tendencia, de la pobreza muestra que la economía de las familias más vulnerables está superando algunas de las complicaciones materiales que trajo consigo la pandemia.
Para el estado de Chihuahua, la entidad del país cuya población ocupada tiene los mayores niveles de trabajadores formales, está la reducción de la pobreza laboral alcanza mayor fuerza porque sus ingresos dependen, directa o indirectamente, del salario mínimo, y es el aumento sistemático y significativo de éste lo que define una mayor reducción de la pobreza.
Pero hay más razones para estar optimistas, porque dentro de los otros factores que determinan la pobreza destaca el impacto que el valor de las pensiones tienen en el componente de seguridad y protección social, que como se sabe, su monto ha estado en ascenso continuo desde que AMLO tomó posesión y se espera que en el año siguiente vuelvan a subir otro 25 por ciento hasta alcanzar en el 2024 los seis mil pesos bimestrales prometidos.
Con ello y con el impacto directo de los beneficios, que de manera especial reciben los grupos y familias más vulnerables de México, a través de programas como Sembrando Vida, muy pronto tendremos más noticias de los logros consumados de un gobierno empeñado en cumplir con su palabra, tan bien expresada en la divisa de "primero los pobres".
Por lo que sólo me resta exclamar que, en materia de atención a los más humildes, por primera vez en la historia de México y Chihuahua:
¡¡¡Andamos montados en "caballo de hacienda"!!!
Osvaldo
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