¿Nómadas digitales o turistas trabajando?

Reglamentación marquetera para una vida desregulada 

Acumulación de experiencias en vez de patrimonio, ruptura de la rutina de la oficina, cambio temporario de pais o territorio y desarrollo de una flexibilidad ejemplar para resolver los problemas son las virtudes básicas del nomada digital. Sin embargo, no son muchas las definiciones jurídicas que protejan la libertad de ser nómada. El art. 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos sólo defiende la libertad de movimiento como una oportunidad de viajar y de escoger a dónde vivir dentro de su propio país. A su vez, la libertad de establecimiento europea es tal vez el único instrumento que remite a la irrestricta circulación regional de las personas y empresas. Las restantes aproximaciones jurídicas sólo representan diferentes limitaciones a la libertad del nómada. Precisamente, la libertad económica de cargar con la oficina a cuestas y de deslocalizarla temporariamente es la que atormenta a los legisladores de contenido laboral, mercantil, migratorio y tributario.  

La libertad del nómada. La vida nómada aspira a realizarse dentro de un espacio de circulación liberado internacionalmente. No representa un estilo de vida accidental sino uno muy productivo que aporta además, una forma moderna de solución para  conflictos jurídicos relevantes.   

No es cierto  por ejemplo, tal como lo pregonan muchos discursos ESG, que la movilidad comercial implique una mayor dosis de libertad o un determinado estatus social para los individuos facilitando la elusión de reglas éticas. La forma como se deslocalizan y hacen circular sus bienes, tampoco permite regular seriamente el derecho a vivir como un nómada digital.  

Un estilo de vida moderno de origen prehistórico. Los envidiables periodistas del National Geographic, que viajan con sus equipos de tecnologías portátiles por el mundo capturando imágenes únicas no son los únicos nómadas digitales que existen. Hoy es natural trabajar digitalmente como un turista. Se trata de una práctica comercial que no merece ser reprimida. 

Según Tsugio Makimoto y David Manners en su antiguo libro “Digital Nomads” (1997), los nómadas digitales son profesionales liberados del constreñimiento social de un lugar de trabajo fijo gracias al uso de la tecnología.  

Los nómadas digitales se interesan por la libertad económica como un principio potenciador del aumento y de la circulación de sus ingresos. Utilizan sus estadias cortas para movilizar ideas y promover nuevos proyectos, contribuyendo con 787 billones de dólares por año a la economia global.  

Cumplen un rol protagónico en las transacciones financieras internacionales en el mundo desarrollado.  Las economías emergentes han tomado ventaja de esta desregulación natural del mercado digital para oferecer visados para los nómadas, con el fundamento de facilitar la colaboración y la innovación en sus territorios.  

Efectos del nomadismo. Los movimientos transitorios son parte de las características del nómada y se conciben como efectos jurídicos del nomadismo aunque no le aporten mucho a la explicación jurídica de este negocio. Por ejemplo, mediante la industria del marketing del automóvil, de los destinos turísticos, nos seducen con una movilidad implicada en el poder económico, en el bienestar y en el estatus social. Sin embargo, podemos comprarnos el auto o el pasaje de avión y conducirlo hasta convertirnos en nómadas por seguridad, por necesidad o simplemente por rechazo a las condiciones de vida en nuestro país de origen. Economicamente, la movilidad del nómada digital es en sí misma un negocio que computa costes e ingresos. Su adaptabilidad y comparación de las diferentes opciones jurisdiccionales deja en evidencia al sedentarismo comercial como una expresión menos rentable de esa empresa. En ese sentido, todos podemos ser considerados nómadas por oposición al sedentarismo de quedarnos encuadrados definitivamente en un sistema jurídico y económico determinados. Y todos tenemos la oportunidad de comparar y elegir.  Pero se es nómada digital porque se trabaja remotamente como o casi como un freelancer en distintos territorios. El movimiento constituye un efecto y el nomadismo digital un negocio que llama la atención. 

Abogados nómadas. La reducción en número del licenciamiento profesional en muchos colegios puede explicarse en la movilidad global y en actividad digital de los abogados. Son cada vez más las profesiones ligadas al derecho que no requieren matriculación. ¿Para qué matricularse si se puede negociar globalmente con conocimiento legal y luego concurrir directamente al notario local? ¿Cómo puede adaptarse la exigencia de licenciamiento a la era del derecho Web3 y al consumo del derecho producido artificalmente?  ¿Cual es la  necesidad real de ser residente o ciudadano para poder matricularse de abogado? Estas y muchas otras preguntas vinculadas a este tema demuestran que los abogados perdemos diariamente el interés por participar de un colegio profesional si éste no ofrece una fórmula capaz de admitir una práctica globalizada.  

Marketing legal para promocionar visas. Los países que ofrecen una Visa de Nómada Digital procuran asociar una calidad de vida vacacional con el trabajo remoto, traduciendo esta idea al lenguaje del marketing legal. Ciertamente, los que trabajan remotamente investigan en qué países podrían hacerlo libremente y a qué costo. La comparación de derechos es clave para poder trabajar como un no-residente.  

Tras analizar 60 regímenes nacionales de Visado de Nómada Digital (o de trabajador remoto), en Europa, Latinoamérica y Asia, constatamos en la mayoría de los casos que este marco migratorio novedoso se construye con cinco elementos:  

La vida de Nómada Digital contiene más marketing legal que una tutela de la libertad de circulación internacional. Los estados no procuran garantizar la movilidad del nómada digital sino alcanzarla tributariamente, evitando toda competencia laboral local, a cambio de una permanencia temporaria quasi-turística.  

Se aprovecha el marketing de la vocación turística del concepto de nómada digital para atraer su productividad en un hub tecnológico. El marketing legal de esta visa crea una excepción negativa al principio de renta global, gravando una actividad en el extranjero generada por un extranjero y concediendo una extensión de permanencia del régimen de admisión aplicable a los turistas.  

Nomadismo desregulado.  En 2023, la organización FlexJobs  calculó 35 millones de nómadas digitales, con 52% de hombres y 48% de mujeres, 90% con educación superior, ordenados por mayoría en caucasicos, asiáticos, latinos, africanos e indios. Los destinos más preferidos son México, Tailandia, Portugal y España. El 25% de los nómadas digitales ganan menos de 23.000 euros y el 75% más de 69.000 euros al año, de la segunda franja el 36% gana más de 90.000 euros y el promedio de renta de un nómada digital es de 110.000 euros. Sin embargo, 60% de ellos estan endeudados hasta U$D 60.000. 

Estados Unidos no ha considerado este régimen de visado porque se asemeja al del turista o visitante (B-2 visa) que permite participar de eventos, tratamientos médicos, turismo y visita e inscribirse en cursos.  La visa H-1B permite a un empleador estadounidense contratar trabajadores extranjeros calificados por 3 a 6 años.  

Canadá tampoco exige una visa especial para aquellos que quieran trabajar remotamente. Los nómadas digitales pueden permanecer temporalmente como visitantes en el país por hasta seis meses, renovables por idéntico plazo mientras se compruebe que tienen recursos y que no buscan quedarse indefinidamente. Los europeos ni siquiera precisan una visa de turista de entradas múltiples. No tributan en Canadá si trabajan para un empleador o cliente extranjero, pero si permanecen más de 183 días en el país pueden ser considerados residentes fiscales. Existe un programa de Start Up Visa que convierte en residentes a los nomades digitales que ya explicamos en una nota nuestra anterior en este diario. 

Identidad jurídica del Nómada Digital.  No existe un concepto jurídico uniforme del Nómada Digital que permita crear una categoría migratoria autónoma. Algunas legislaciones la asimilan a un turista de larga estancia que trabaja con aspiración a quedarse más de 6 meses. Otras legislaciones le otorgan un estatus extendido de no residente por un mínimo de un año para cobrarle impuestos a su renta extranjera.  Todo depende de la politica del país huésped que aplica el principio de territorialidad para atraer la renta y el consumo del fenómeno del nomadismo digital.  

En el primer caso, el turista sólo puede trabajar con el extranjero. En el segundo, se le exige al nómada digital percibir una renta y trabajo extranjeros para poder quedarse. En ese sentido los sistemas se contraponen.  

La movilidad del nómada no parece relevante en ninguna de estas hipotesis. El principio de territorialidad opera como una reducción de la libertad de circulación global. En definitiva, la identidad jurídica del Nómada Digital sólo se reconoce por: 

Las mejores Visas de Nómada digital: 

Valora este contenido.

Sé el primero en puntuar este contenido.

No hay entradas relacionadas

Este sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia mientras navegas por el sitio web. De estas, las cookies que se clasifican como necesarias se almacenan en tu navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las funcionalidades básicas del sitio web. Estas cookies no requieren el consentimiento del usuario. También utilizamos cookies de terceros: analíti

Entrada siguiente

Video | ASPA rechaza que pilotos extranjeros vuelen aviones nacionales; ‘no nos vamos a dejar’

jue Ene 25 , 2024
“Hacemos un enérgico llamado al Gobierno Federal para que respete el artículo 32 de la Constitución; ‘y a los empresarios con intereses voraces, para que no se atrevan a intentar abaratar nuestra profesión’, dijo Gual Ángeles.

Puede que te guste

Generated by Feedzy