Me voy a Qatar

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Por: Mario Ramírez

Desde que tengo mi muy privilegiado lugar en este espacio, han sido muy pocas las veces en las cuales decido hablar en primera persona, y esta será una de ellas porque simple y sencillamente no podría ser de otra forma: Me voy al Mundial.

Fue en la Copa del Mundo de Francia 98 en la que me enamoré perdidamente del futbol, tenía yo cuatro años de edad y para ese entonces el beisbol iba ganando la carrera como mi deporte favorito.
No contaba con que un goleador mexicano de cabellera rubia con el número 15 en la espalda iba a aparecer en mi camino para darle la delantera al futbol, delantera que nunca jamás iba a perder.
Desde entonces mi vida nunca volvió a ser la misma y adopté al futbol como un estilo y una filosofía de vida.
Esa copa termino y me quedé con ganas de más, conocí al América y mi locura terminó de concretarse, conocí al Real Madrid y expandí mis horizontes, conocí al Inter de Milán y mi agenda estaba completa, pero eso sí, sin nunca olvidar ni abandonar al causante de esta decisión; la Selección Mexicana.

En unos cuantos días tomaré una serie de vuelos con Qatar como destino final.
Los vuelos serán bastantes, las distancias serán de miles de kilómetros, las esperas en aeropuertos serán largas, ha sido el impacto más grande que ha sufrido mi cartera en su vida y para colmo, la Selección Mexicana no pasa por su mejor momento.
Y todo eso termina por ser totalmente irrelevante por una simple y sencilla razón; estoy a punto de cumplir mi sueño.

Vivimos en un país en el que curiosamente es normal despreciar y maltratar lo que nos pertenece, y la Selección de México no sólo no es la excepción, sino que es muy probablemente el mejor ejemplo de este fenómeno social.
No soy y nunca he sido porrista de ninguno de mis equipos, he estado, estoy y estaré siempre muy consciente de los tiempos oscuros de mi selección, pero a pesar de eso, la ilusión del sueño de apoyar a mi país en vivo en un mundial nunca decreció, ni siquiera por un momento.

Es normal que toda niña y niño pequeño desde muy temprana edad identifique sus pasiones y haga una larga lista de los lugares que quiere conocer, los trabajos que quiere tener, las cosas que quiere aprender, los sueños que quiere cumplir.
Con el tiempo esa larga lista se va haciendo cada vez más y más pequeña, la realidad va tomando forma y las prioridades van tomando orden.
Para cuando eres adulto la lista se reduce a poder contarla con los dedos de una mano, y es de mi máximo placer anunciarles que el 21 de noviembre del 2022 por primera vez en mi historia… bajaré un dedo de esa mano.

Mario Ramírez / @LaFutboliza

Por: Mario Ramírez

Desde que tengo mi muy privilegiado lugar en este espacio, han sido muy pocas las veces en las cuales decido hablar en primera persona, y esta será una de ellas porque simple y sencillamente no podría ser de otra forma: Me voy al Mundial.

Fue en la Copa del Mundo de Francia 98 en la que me enamoré perdidamente del futbol, tenía yo cuatro años de edad y para ese entonces el beisbol iba ganando la carrera como mi deporte favorito.
No contaba con que un goleador mexicano de cabellera rubia con el número 15 en la espalda iba a aparecer en mi camino para darle la delantera al futbol, delantera que nunca jamás iba a perder.
Desde entonces mi vida nunca volvió a ser la misma y adopté al futbol como un estilo y una filosofía de vida.
Esa copa termino y me quedé con ganas de más, conocí al América y mi locura terminó de concretarse, conocí al Real Madrid y expandí mis horizontes, conocí al Inter de Milán y mi agenda estaba completa, pero eso sí, sin nunca olvidar ni abandonar al causante de esta decisión; la Selección Mexicana.

En unos cuantos días tomaré una serie de vuelos con Qatar como destino final.
Los vuelos serán bastantes, las distancias serán de miles de kilómetros, las esperas en aeropuertos serán largas, ha sido el impacto más grande que ha sufrido mi cartera en su vida y para colmo, la Selección Mexicana no pasa por su mejor momento.
Y todo eso termina por ser totalmente irrelevante por una simple y sencilla razón; estoy a punto de cumplir mi sueño.

Vivimos en un país en el que curiosamente es normal despreciar y maltratar lo que nos pertenece, y la Selección de México no sólo no es la excepción, sino que es muy probablemente el mejor ejemplo de este fenómeno social.
No soy y nunca he sido porrista de ninguno de mis equipos, he estado, estoy y estaré siempre muy consciente de los tiempos oscuros de mi selección, pero a pesar de eso, la ilusión del sueño de apoyar a mi país en vivo en un mundial nunca decreció, ni siquiera por un momento.

Es normal que toda niña y niño pequeño desde muy temprana edad identifique sus pasiones y haga una larga lista de los lugares que quiere conocer, los trabajos que quiere tener, las cosas que quiere aprender, los sueños que quiere cumplir.
Con el tiempo esa larga lista se va haciendo cada vez más y más pequeña, la realidad va tomando forma y las prioridades van tomando orden.
Para cuando eres adulto la lista se reduce a poder contarla con los dedos de una mano, y es de mi máximo placer anunciarles que el 21 de noviembre del 2022 por primera vez en mi historia… bajaré un dedo de esa mano.

Mario Ramírez / @LaFutboliza

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