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El Objetivo de Desarrollo Sostenible 1 (ODS 1) de las Naciones Unidas, para la Agenda 2030, es el "Fin de la pobreza".
Este objetivo busca erradicar la pobreza extrema en todas sus formas para 2030, asegurando que todas las personas tengan acceso a recursos básicos, servicios y oportunidades para mejorar sus condiciones de vida.
El ODS 1 pretende acabar con la pobreza a nivel global.
La proporción de la población mundial que vive en la pobreza extrema ha disminuido en los últimos años pasando al 8.
6% en 2018, en comparación con el 36% en 1990.
Si bien se han conseguido avances, aún queda mucho por hacer, principalmente porque el ritmo del cambio está disminuyendo.
Las proyecciones indican que, si se mantienen las tendencias actuales, el 6% de la población mundial continuará viviendo en la pobreza extrema en el año 2030, principalmente en los países de bajos ingresos y en aquellos afectados por conflictos y disturbios políticos, en particular en el África subsahariana.
Los índices de pobreza extrema se han reducido a la mitad desde 1990.
Si bien este es un logro notable, una de cada cinco personas de las regiones en desarrollo aún vive con menos de 1.
25 dólares al día.
Además, muchas personas corren el riesgo de recaer en la pobreza.
La lucha contra la pobreza era ya un tema central para los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En los últimos 25 años se han realizado avances fundamentales.
Esto permitió reducir la cifra mundial de personas en pobreza extrema entre 1990 y 2015, de 1.
9 mil millones a 850 mil millones.
El ODS 2 es “Hambre Cero”, lograr la seguridad alimentaria y una mejor nutrición, y promover una agricultura sostenible.
Este ODS busca garantizar que toda la población tenga acceso a alimentos saludables, nutritivos y suficientes, eliminando la desnutrición y la inseguridad alimentaria en todo el mundo.
Para lograr este objetivo, es necesario promover prácticas agrícolas sostenibles, mejorar la infraestructura rural, fomentar la igualdad de acceso a la tierra y otros recursos, y garantizar que los sistemas alimentarios sean más eficientes y sostenibles.
El hambre siempre va unida a la pobreza, el primer paso, por lo tanto, debe ser, consolidar una base nutricional segura.
Se han realizado grandes esfuerzos para disminuir la cifra de personas desnutridas en el mundo y desde 1990 se han reducido a la mitad.
Sin embargo, aún pasan hambre 850 millones de personas en el mundo y de los cuales 160 millones son niños menores de 5 años, subdesarrollados por falta de alimentos.
A menudo, la situación en muchas regiones, ya de si castigadas con un mal suministro de alimentos, empeora debido a catástrofes naturales, epidemias, guerras o crisis políticas.
En este momento hay más de 40 países en el mundo, considerados como frágiles, de los cuales la mitad se encuentran en África.
Cada vez es más importante que las personas puedan sobreponerse a las crisis sin sufrir daños, y que el sistema de distribución de alimentos, así como la agricultura sean modernos y sostenibles.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 1 (ODS 1) de las Naciones Unidas, para la Agenda 2030, es el "Fin de la pobreza".
Este objetivo busca erradicar la pobreza extrema en todas sus formas para 2030, asegurando que todas las personas tengan acceso a recursos básicos, servicios y oportunidades para mejorar sus condiciones de vida.
El ODS 1 pretende acabar con la pobreza a nivel global.
La proporción de la población mundial que vive en la pobreza extrema ha disminuido en los últimos años pasando al 8.
6% en 2018, en comparación con el 36% en 1990.
Si bien se han conseguido avances, aún queda mucho por hacer, principalmente porque el ritmo del cambio está disminuyendo.
Las proyecciones indican que, si se mantienen las tendencias actuales, el 6% de la población mundial continuará viviendo en la pobreza extrema en el año 2030, principalmente en los países de bajos ingresos y en aquellos afectados por conflictos y disturbios políticos, en particular en el África subsahariana.
Los índices de pobreza extrema se han reducido a la mitad desde 1990.
Si bien este es un logro notable, una de cada cinco personas de las regiones en desarrollo aún vive con menos de 1.
25 dólares al día.
Además, muchas personas corren el riesgo de recaer en la pobreza.
La lucha contra la pobreza era ya un tema central para los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En los últimos 25 años se han realizado avances fundamentales.
Esto permitió reducir la cifra mundial de personas en pobreza extrema entre 1990 y 2015, de 1.
9 mil millones a 850 mil millones.
El ODS 2 es “Hambre Cero”, lograr la seguridad alimentaria y una mejor nutrición, y promover una agricultura sostenible.
Este ODS busca garantizar que toda la población tenga acceso a alimentos saludables, nutritivos y suficientes, eliminando la desnutrición y la inseguridad alimentaria en todo el mundo.
Para lograr este objetivo, es necesario promover prácticas agrícolas sostenibles, mejorar la infraestructura rural, fomentar la igualdad de acceso a la tierra y otros recursos, y garantizar que los sistemas alimentarios sean más eficientes y sostenibles.
El hambre siempre va unida a la pobreza, el primer paso, por lo tanto, debe ser, consolidar una base nutricional segura.
Se han realizado grandes esfuerzos para disminuir la cifra de personas desnutridas en el mundo y desde 1990 se han reducido a la mitad.
Sin embargo, aún pasan hambre 850 millones de personas en el mundo y de los cuales 160 millones son niños menores de 5 años, subdesarrollados por falta de alimentos.
A menudo, la situación en muchas regiones, ya de si castigadas con un mal suministro de alimentos, empeora debido a catástrofes naturales, epidemias, guerras o crisis políticas.
En este momento hay más de 40 países en el mundo, considerados como frágiles, de los cuales la mitad se encuentran en África.
Cada vez es más importante que las personas puedan sobreponerse a las crisis sin sufrir daños, y que el sistema de distribución de alimentos, así como la agricultura sean modernos y sostenibles.
Osvaldo
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