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Por: Mario Góngora H.
“Los ignorantes son muchos, los necios, infinitos y el que los tenga de su parte será el dueño del mundo” (Gracián).
El que dudara de tal afirmación sólo tiene que analizar el desarrollo y “triunfo” del nefasto Obrador.
Somos como el ganado; es más fácil conducir a todo un rebaño que a un solo animal.
Todos parecen seguir al que consideran un líder cuando demuestra cualidades de tal.
Cuando sus palabras parecen ser confiables, reales y además, sus promesas parecen ser necesarias, como cuando se mencionó tratar con abrazos a los más malvados criminales.
Parece ser que estamos dispuestos, cuando en tiempos de peligro, dudas e incertidumbre, a dejar que el timón del gobierno lo tome el que habla mejor; todo lo que dice son mentiras , esto es, porque desconfiamos todos de nuestra propia habilidad y estamos dispuestos dejarnos gobernar por quien nos quiera conducir, aunque sea por intereses egoístas.
En realidad, en nuestro país, nos faltan líderes políticos reales y estamos todos preocupados por lo que vendrá.
Vemos un futuro incierto y nos encontramos dominados por dudas e interrogaciones.
Ciertamente nos falta un verdadero líder.
Y encontramos que nuestras instituciones están fundadas en la incompetencia, no en la realidad.
Aunque pareciera que algunos nacieron para guiar a los demás, pues hay quienes parecen tener la inclinación de mandar y dirigir, encontramos que su interés real es el poder y el lucro.
Y hay muchos que sufren de complejos de inferioridad que luchan a toda costa para adquirir el dominio sobre el mundo como Obrador, o de una nación.
En la antigua Roma, Augusto reinó con justicia e inteligencia.
La buena conducta del gobernante trajo a los romanos prosperidad.
Tenían voto femenino, democracia, y justicia.
Encontramos entonces que la gente que participa y está consciente de lo que acontece con su sociedad, puede tener un buen gobierno independientemente de cualquier sistema político.
La nación que realmente vale, es por la combinación de una iniciativa la fe, de industria, de previsión y de integridad.
Muchos esperamos que con el tiempo nuestra sociedad se eduque lo suficiente para reconocer lo vació de la política y rechace seguir a todo líder que intelectual y moralmente no de señas de mantenerse en un verdadero liderazgo.
Recordemos que en la sociedad y sobre todo en la política, la audacia combinada con la ignorancia contribuyen a la ruina total.
Por: Mario Góngora H.
“Los ignorantes son muchos, los necios, infinitos y el que los tenga de su parte será el dueño del mundo” (Gracián).
El que dudara de tal afirmación sólo tiene que analizar el desarrollo y “triunfo” del nefasto Obrador.
Somos como el ganado; es más fácil conducir a todo un rebaño que a un solo animal.
Todos parecen seguir al que consideran un líder cuando demuestra cualidades de tal.
Cuando sus palabras parecen ser confiables, reales y además, sus promesas parecen ser necesarias, como cuando se mencionó tratar con abrazos a los más malvados criminales.
Parece ser que estamos dispuestos, cuando en tiempos de peligro, dudas e incertidumbre, a dejar que el timón del gobierno lo tome el que habla mejor; todo lo que dice son mentiras , esto es, porque desconfiamos todos de nuestra propia habilidad y estamos dispuestos dejarnos gobernar por quien nos quiera conducir, aunque sea por intereses egoístas.
En realidad, en nuestro país, nos faltan líderes políticos reales y estamos todos preocupados por lo que vendrá.
Vemos un futuro incierto y nos encontramos dominados por dudas e interrogaciones.
Ciertamente nos falta un verdadero líder.
Y encontramos que nuestras instituciones están fundadas en la incompetencia, no en la realidad.
Aunque pareciera que algunos nacieron para guiar a los demás, pues hay quienes parecen tener la inclinación de mandar y dirigir, encontramos que su interés real es el poder y el lucro.
Y hay muchos que sufren de complejos de inferioridad que luchan a toda costa para adquirir el dominio sobre el mundo como Obrador, o de una nación.
En la antigua Roma, Augusto reinó con justicia e inteligencia.
La buena conducta del gobernante trajo a los romanos prosperidad.
Tenían voto femenino, democracia, y justicia.
Encontramos entonces que la gente que participa y está consciente de lo que acontece con su sociedad, puede tener un buen gobierno independientemente de cualquier sistema político.
La nación que realmente vale, es por la combinación de una iniciativa la fe, de industria, de previsión y de integridad.
Muchos esperamos que con el tiempo nuestra sociedad se eduque lo suficiente para reconocer lo vació de la política y rechace seguir a todo líder que intelectual y moralmente no de señas de mantenerse en un verdadero liderazgo.
Recordemos que en la sociedad y sobre todo en la política, la audacia combinada con la ignorancia contribuyen a la ruina total.
Osvaldo
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