La semana en que Morena nulificó al Poder Legislativo

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La semana que recién concluyó, y con la que cerró el mes de abril, ha sido la más obscura, plagada de ilegalidad, perversidad y cinismo en la historia moderna del Congreso de la Unión, provocado todo ello, por los legisladores y senadores de Morena y sus aliados.
Más que una semana negra, ha sido el preámbulo de la desaparición del Poder Legislativo.

La desaparición del Insabi; la entrega del Tren Maya al Ejército; la creación de la nueva línea aérea administrada por el Ejército; la militarización del espacio aéreo; la creación del fideicomiso turístico operado por, si es correcto, el Ejército; la simplificación para la venta de bienes nacionales; la estatización de la ciencia, desapareciendo al Conacyt; la aniquilación de Financiera Rural, porque según Morena no era rentable ya (la quebraron); y muchos otros temas de gran relevancia para el buen despacho de la administración pública, es lo que en las pasadas sesiones tanto en Cámara de Diputados, como en el Senado, desahogaron los legisladores de Morena con sus mayorías y aliados, con dispensa de trámite legislativo, violando cuanto proceso pudieron y sin conocerlas, ya no se diga mínimo de manera general por esta pandilla de porros oficialistas, las aprobaron al fast track.

El proceso de desmantelamiento de nuestro país parece estar en marcha; aquél que no lo quiera reconocer, es parte del mismo o de plano a quien no le interesa en lo más mínimo lo que sucede en México, pero que terminará afectándolo.

Los diputados de la sumisión, por no perder sus privilegios, por temor quizá al presidente o en el peor de los casos, por sus odios del pasado, acaban con lo que a muchas generaciones les costó diseñar y construir, me refiero por supuesto a las instituciones, bajo el supuesto de la austeridad, el gobierno mexicano ha desaparecido organismos, subsecretarías e institutos relevantes para el país; en estos últimos días paralizó al INAI y declaró abiertamente que no era necesario tenerlo, que era costoso y no daba resultados, pues claro, si los resultados a través de resoluciones del pleno, que emitió este organismo autónomo fueron precisamente para que los sujetos obligados transparentaran información que evidenció la gran corrupción, despilfarro y mala administración del gobierno de la Cuarta Transformación, lo que, por supuesto, no le gustó al pequeño macuspano de Palacio Nacional.

Entonces, previo a esta semana, ya había una gran división en todo el país, reforzada cada mañana por el presidente y repetida incansablemente por sus lacayos en el Congreso de la Unión, en redes sociales y en cada evento formal e informal donde se paran; luego, como señalé en el párrafo anterior se hizo realidad la frase “al diablo con las instituciones”; “no me vengan con que la ley es la ley”, y lo que siguió fue la nulificación del Poder Legislativo, y no porque la oposición no estuviera presente, o porque no diera la batalla argumentativa, o porque no tomara tribuna y defendiera la democracia tanto en el recinto legislativo, como en las calles al lado de los ciudadanos; simplemente, utilizaron su poder de mayorías y pasaron nuevamente por encima de la Constitución, las leyes y el respeto mínimo a la división de poderes.

Esto es una alerta, algunos analistas políticos nos advierten que van por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, advierten que será ésta quien eche para atrás sus atrocidades legislativas y será ahí, cuando utilicen de nuevo su efímero poder, pero al que no están dispuestos a renunciar cueste lo que les cueste, y sus odios se dirigirán a este otro contrapeso que ya de por sí está amenazado.

Si la ciudadanía no actúa al lado de los partidos de oposición y viceversa, México estará condenado a la dictadura sin retorno próximo, a vivir de las dádivas del gobierno, a estar manipulado a través de los medios que ellos controlan y lo que es peor, a la invariable condena de la pobreza en sus múltiples dimensiones.

La semana que recién concluyó, y con la que cerró el mes de abril, ha sido la más obscura, plagada de ilegalidad, perversidad y cinismo en la historia moderna del Congreso de la Unión, provocado todo ello, por los legisladores y senadores de Morena y sus aliados.
Más que una semana negra, ha sido el preámbulo de la desaparición del Poder Legislativo.

La desaparición del Insabi; la entrega del Tren Maya al Ejército; la creación de la nueva línea aérea administrada por el Ejército; la militarización del espacio aéreo; la creación del fideicomiso turístico operado por, si es correcto, el Ejército; la simplificación para la venta de bienes nacionales; la estatización de la ciencia, desapareciendo al Conacyt; la aniquilación de Financiera Rural, porque según Morena no era rentable ya (la quebraron); y muchos otros temas de gran relevancia para el buen despacho de la administración pública, es lo que en las pasadas sesiones tanto en Cámara de Diputados, como en el Senado, desahogaron los legisladores de Morena con sus mayorías y aliados, con dispensa de trámite legislativo, violando cuanto proceso pudieron y sin conocerlas, ya no se diga mínimo de manera general por esta pandilla de porros oficialistas, las aprobaron al fast track.

El proceso de desmantelamiento de nuestro país parece estar en marcha; aquél que no lo quiera reconocer, es parte del mismo o de plano a quien no le interesa en lo más mínimo lo que sucede en México, pero que terminará afectándolo.

Los diputados de la sumisión, por no perder sus privilegios, por temor quizá al presidente o en el peor de los casos, por sus odios del pasado, acaban con lo que a muchas generaciones les costó diseñar y construir, me refiero por supuesto a las instituciones, bajo el supuesto de la austeridad, el gobierno mexicano ha desaparecido organismos, subsecretarías e institutos relevantes para el país; en estos últimos días paralizó al INAI y declaró abiertamente que no era necesario tenerlo, que era costoso y no daba resultados, pues claro, si los resultados a través de resoluciones del pleno, que emitió este organismo autónomo fueron precisamente para que los sujetos obligados transparentaran información que evidenció la gran corrupción, despilfarro y mala administración del gobierno de la Cuarta Transformación, lo que, por supuesto, no le gustó al pequeño macuspano de Palacio Nacional.

Entonces, previo a esta semana, ya había una gran división en todo el país, reforzada cada mañana por el presidente y repetida incansablemente por sus lacayos en el Congreso de la Unión, en redes sociales y en cada evento formal e informal donde se paran; luego, como señalé en el párrafo anterior se hizo realidad la frase “al diablo con las instituciones”; “no me vengan con que la ley es la ley”, y lo que siguió fue la nulificación del Poder Legislativo, y no porque la oposición no estuviera presente, o porque no diera la batalla argumentativa, o porque no tomara tribuna y defendiera la democracia tanto en el recinto legislativo, como en las calles al lado de los ciudadanos; simplemente, utilizaron su poder de mayorías y pasaron nuevamente por encima de la Constitución, las leyes y el respeto mínimo a la división de poderes.

Esto es una alerta, algunos analistas políticos nos advierten que van por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, advierten que será ésta quien eche para atrás sus atrocidades legislativas y será ahí, cuando utilicen de nuevo su efímero poder, pero al que no están dispuestos a renunciar cueste lo que les cueste, y sus odios se dirigirán a este otro contrapeso que ya de por sí está amenazado.

Si la ciudadanía no actúa al lado de los partidos de oposición y viceversa, México estará condenado a la dictadura sin retorno próximo, a vivir de las dádivas del gobierno, a estar manipulado a través de los medios que ellos controlan y lo que es peor, a la invariable condena de la pobreza en sus múltiples dimensiones.

Osvaldo

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Infancia y docencia

mié May 3 , 2023
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