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Todo nos hace confirmar que la “distribución de la riqueza” sólo se da entre políticos de todos los partidos.
Y todos sabemos también que es difícil tener todo lo que deseamos, todo lo que queremos y en realidad no necesitamos.
Y sin embargo tanto Obrador como la Claudia afirman que se puede vivir desahogadamente sin trabajar.
En la medida que una tribu progresa cae en cuenta que un principio de moralidad determina lo que es suyo y lo que es ajeno.
Es realmente una afrenta, un crimen, después de que una persona ha invertido la vida economizando, ahorrando para cuando ya no pueda producir; que existan quienes lo quieren despojar de sus bienes, cuando entre gobierno y familiares ha sido ya literalmente exprimido.
Casi todos los hombres tenemos cierta ambición de hacer fortuna, pero también sabemos que acumular riquezas es parte del éxito por el que se es juzgado.
La riqueza material que vale, es la que es lograda por el trabajar duro, por tener un mínimo de inteligencia y tener constancia.
Representa la capacidad y deseo de ahorro.
El trabajador orgulloso es el que sabe apreciar el valor del carácter, de la moderación, y del trabajo constante.
Los mismos métodos de que acusan al “neoliberalismo” algunas organizaciones obreras, partidos de izquierda y hasta partidos de países comunistas, son los mismos que aplican éstas cuando se involucran en negocios de toda índole.
Bajo este esquema, China se ha convertido en una de las naciones más capitalistas del mundo.
Claro que siempre tendemos a echarle a los demás la culpa de todo lo que nos pasa.
Pero las empresas en los países como desafortunadamente vimos en Cuba y ahora vemos en Venezuela, y Nicaragua culparán al “Imperio” de todos sus males, limitaciones y hambrunas, pero por qué entonces desean el producto y la riqueza de los países capitalistas tan odiados por ellos? Por envidia.
La mayoría de los políticos nacionales en realidad no buscan una patria próspera, sino una mina de dónde extraer la fortuna para generaciones futuras de descendientes.
Buscan un lugar dónde vivir gratis; tenerlo todo por nada, quitándoselo al más necesitado o al que más le ha costado ganar su dinero.
Viéndolo bien, ninguna nación tendrá un futuro si no le puede asegurar a los ciudadanos la posesión de lo que ha conseguido en base a su ahorro y su trabajo; lo que ha adquirido legalmente.
La riqueza es mejor distribuida cuando el que trabaja es remunerado equitativamente y el que quiera ahorrar lo hace libremente.
El problema de nuestro país no está en el número de ricos y enormes negocios, sino en que haya tantas personas e instituciones inútiles.
Licenciado en Administración de Empresas.
Director de Reingeniería Humana.
mgongorah@hotmail.
com
Todo nos hace confirmar que la “distribución de la riqueza” sólo se da entre políticos de todos los partidos.
Y todos sabemos también que es difícil tener todo lo que deseamos, todo lo que queremos y en realidad no necesitamos.
Y sin embargo tanto Obrador como la Claudia afirman que se puede vivir desahogadamente sin trabajar.
En la medida que una tribu progresa cae en cuenta que un principio de moralidad determina lo que es suyo y lo que es ajeno.
Es realmente una afrenta, un crimen, después de que una persona ha invertido la vida economizando, ahorrando para cuando ya no pueda producir; que existan quienes lo quieren despojar de sus bienes, cuando entre gobierno y familiares ha sido ya literalmente exprimido.
Casi todos los hombres tenemos cierta ambición de hacer fortuna, pero también sabemos que acumular riquezas es parte del éxito por el que se es juzgado.
La riqueza material que vale, es la que es lograda por el trabajar duro, por tener un mínimo de inteligencia y tener constancia.
Representa la capacidad y deseo de ahorro.
El trabajador orgulloso es el que sabe apreciar el valor del carácter, de la moderación, y del trabajo constante.
Los mismos métodos de que acusan al “neoliberalismo” algunas organizaciones obreras, partidos de izquierda y hasta partidos de países comunistas, son los mismos que aplican éstas cuando se involucran en negocios de toda índole.
Bajo este esquema, China se ha convertido en una de las naciones más capitalistas del mundo.
Claro que siempre tendemos a echarle a los demás la culpa de todo lo que nos pasa.
Pero las empresas en los países como desafortunadamente vimos en Cuba y ahora vemos en Venezuela, y Nicaragua culparán al “Imperio” de todos sus males, limitaciones y hambrunas, pero por qué entonces desean el producto y la riqueza de los países capitalistas tan odiados por ellos? Por envidia.
La mayoría de los políticos nacionales en realidad no buscan una patria próspera, sino una mina de dónde extraer la fortuna para generaciones futuras de descendientes.
Buscan un lugar dónde vivir gratis; tenerlo todo por nada, quitándoselo al más necesitado o al que más le ha costado ganar su dinero.
Viéndolo bien, ninguna nación tendrá un futuro si no le puede asegurar a los ciudadanos la posesión de lo que ha conseguido en base a su ahorro y su trabajo; lo que ha adquirido legalmente.
La riqueza es mejor distribuida cuando el que trabaja es remunerado equitativamente y el que quiera ahorrar lo hace libremente.
El problema de nuestro país no está en el número de ricos y enormes negocios, sino en que haya tantas personas e instituciones inútiles.
Licenciado en Administración de Empresas.
Director de Reingeniería Humana.
mgongorah@hotmail.
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