La madera: un gran aliado en la lucha contra el cambio climático

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Por: Óscar Estrada

La gran variedad de usos, tanto los tradicionales, como de nuevas alternativas que tiene la madera y sus componentes, convierten a este recurso renovable, en un importante aliado en la lucha contra el cambio climático.

Empecemos por ejemplo con la lignina, un compuesto presente en los árboles, que une las fibras de la celulosa y da rigidez y resistencia a la madera.
En recientes investigaciones científicas desarrolladas en la Universidad Politécnica de Milán, se ha encontrado que la lignina puede reemplazar en la fabricación de baterías al grafito, un mineral, cuya extracción genera emisiones de CO2.
Con ello, las empresas fabricantes de baterías, estarían en condiciones de reducir su huella de carbono, utilizando este material que se encuentra presente en la madera.

Aún más, la lignina se puede recuperar como un subproducto del proceso de producción de la celulosa, con lo cual, no sería necesario cortar árboles exclusivamente para obtenerla, es decir, es además un claro ejemplo de economía circular.
El gran impulso que se está dando a la fabricación de autos eléctricos en el mundo, hace pensar que, de tener éxito las investigaciones actuales y su viabilidad comercial, la lignina podría tener muy alta demanda a futuro, si se toma además en cuenta no sólo este nuevo uso, sino varias aplicaciones más que puede tener, como en la industria de los detergentes, textiles y fabricación de tuberías, entre otros.

Otros nuevos usos de la madera están teniendo un auge muy importante.
La construcción de edificios con estructuras a base de madera, como las vigas de madera contralaminada (Cross laminated timber), ha crecido de manera importante en países como Canadá, Estados Unidos y otros más en Europa.
De acuerdo con un artículo de Antonia Laborde, publicado en el periódico El País, en la región de América Latina, ya está en desarrollo un nuevo proyecto en Chile, en el que destaca las ventajas ambientales que se logran con el uso de este material.

En su reportaje señala, que un metro cúbico de hormigón emite 1,6 toneladas de efecto invernadero, mientras que la misma medida en madera contralaminada, secuestra 800 kilos de dióxido de carbono.
Además de las ventajas ambientales en la construcción, otras más se tendrán con el ahorro en los sistemas de aire acondicionado, por las características aislantes propias de la madera.

Otra gran ventaja adicional de estos nuevos edificios, es el ahorro en el tiempo de construcción, ya que, de acuerdo con sus constructores, esta estructura de 12 plantas en Chile quedará terminada en no más de 45 días.
Y otra más, es la mayor resistencia de las estructuras de madera a las fuerzas sísmicas, ya que se han diseñado edificios que pueden soportar hasta un 30% más de demanda sísmica, que las construcciones hechas de hormigón.

Si abordamos el tema de los combustibles, de nuevo la madera destaca por su potencial para sustituir el uso de combustibles fósiles, que son importantes generadores de emisiones de CO2.
Un claro ejemplo de ello se ha visto en los efectos provocados por la invasión de Rusia a Ucrania.
La política impulsada por la Unión Europea de no importar gas de Rusia, ha provocado en este invierno, un importante aumento en el consumo de pellets de madera para uso en calefacción, lo cual nuevamente incide en la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que como sabemos, la madera es considerada un material con cero emisiones, aun si es utilizada para combustible.

Ante estos nuevos escenarios, se requiere aplicar estrategias para incrementar las existencias de madera en los terrenos forestales.
Este tema lo estaremos abordando en la próxima entrega.

Por: Óscar Estrada

La gran variedad de usos, tanto los tradicionales, como de nuevas alternativas que tiene la madera y sus componentes, convierten a este recurso renovable, en un importante aliado en la lucha contra el cambio climático.

Empecemos por ejemplo con la lignina, un compuesto presente en los árboles, que une las fibras de la celulosa y da rigidez y resistencia a la madera.
En recientes investigaciones científicas desarrolladas en la Universidad Politécnica de Milán, se ha encontrado que la lignina puede reemplazar en la fabricación de baterías al grafito, un mineral, cuya extracción genera emisiones de CO2.
Con ello, las empresas fabricantes de baterías, estarían en condiciones de reducir su huella de carbono, utilizando este material que se encuentra presente en la madera.

Aún más, la lignina se puede recuperar como un subproducto del proceso de producción de la celulosa, con lo cual, no sería necesario cortar árboles exclusivamente para obtenerla, es decir, es además un claro ejemplo de economía circular.
El gran impulso que se está dando a la fabricación de autos eléctricos en el mundo, hace pensar que, de tener éxito las investigaciones actuales y su viabilidad comercial, la lignina podría tener muy alta demanda a futuro, si se toma además en cuenta no sólo este nuevo uso, sino varias aplicaciones más que puede tener, como en la industria de los detergentes, textiles y fabricación de tuberías, entre otros.

Otros nuevos usos de la madera están teniendo un auge muy importante.
La construcción de edificios con estructuras a base de madera, como las vigas de madera contralaminada (Cross laminated timber), ha crecido de manera importante en países como Canadá, Estados Unidos y otros más en Europa.
De acuerdo con un artículo de Antonia Laborde, publicado en el periódico El País, en la región de América Latina, ya está en desarrollo un nuevo proyecto en Chile, en el que destaca las ventajas ambientales que se logran con el uso de este material.

En su reportaje señala, que un metro cúbico de hormigón emite 1,6 toneladas de efecto invernadero, mientras que la misma medida en madera contralaminada, secuestra 800 kilos de dióxido de carbono.
Además de las ventajas ambientales en la construcción, otras más se tendrán con el ahorro en los sistemas de aire acondicionado, por las características aislantes propias de la madera.

Otra gran ventaja adicional de estos nuevos edificios, es el ahorro en el tiempo de construcción, ya que, de acuerdo con sus constructores, esta estructura de 12 plantas en Chile quedará terminada en no más de 45 días.
Y otra más, es la mayor resistencia de las estructuras de madera a las fuerzas sísmicas, ya que se han diseñado edificios que pueden soportar hasta un 30% más de demanda sísmica, que las construcciones hechas de hormigón.

Si abordamos el tema de los combustibles, de nuevo la madera destaca por su potencial para sustituir el uso de combustibles fósiles, que son importantes generadores de emisiones de CO2.
Un claro ejemplo de ello se ha visto en los efectos provocados por la invasión de Rusia a Ucrania.
La política impulsada por la Unión Europea de no importar gas de Rusia, ha provocado en este invierno, un importante aumento en el consumo de pellets de madera para uso en calefacción, lo cual nuevamente incide en la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que como sabemos, la madera es considerada un material con cero emisiones, aun si es utilizada para combustible.

Ante estos nuevos escenarios, se requiere aplicar estrategias para incrementar las existencias de madera en los terrenos forestales.
Este tema lo estaremos abordando en la próxima entrega.

Osvaldo

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