La importancia de la Plataforma Digital Nacional (PDN)

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Por Miguel Salvador Gómez González / Presidente del Sistema Estatal Anticorrupción

Los órganos e instituciones públicas generan grandes volúmenes de datos que, en su gran mayoría, están dispersos en diversos formatos y áreas, lo que limita el potencial de uso, consulta y dificulta realizar contraloría y auditorías social.
La hipótesis que afirma que los datos abiertos ayudan al combate a la corrupción sólo se puede comprobar si éstos existen, están completos y se reutilizan.
La PDN se trata de un instrumento de inteligencia institucional compuesto por elementos informáticos que integran y conectan diversos sistemas, subsistemas y conjuntos de datos con información estratégica para el combate a la corrupción; permitiendo que los datos puedan ser utilizados y analizados por diversos actores y, a partir de ello, se genere nuevo conocimiento y valor público, como insumos para desarrollar estrategias y proyectos focalizados y sobre todo, inteligencia colectiva.

Actualmente la PDN cuenta con seis subsistemas:

S1.
Evolución patrimonial de declaración de intereses y constancia de presentación de declaración fiscal.

S2.
De los servidores públicos que intervengan en procedimientos de contrataciones públicas.

S3.
Servidores públicos y particulares sancionados.

S4.
De información y comunicación del SNA y del Sistema Nacional de Fiscalización.

S5.
De denuncias públicas de faltas administrativas y hechos de corrupción.

S6.
Información pública de contrataciones.

Pregunta obligada, ¿para qué sirve la PDN? Como lo comenté anteriormente, se creó como una fuente de inteligencia para construir impulsar integridad y combatir la corrupción tanto en el servicio público como para particulares, sirviendo de apoyo para analizar, predecir y alertar a las autoridades sobre posibles riesgos de corrupción; automatizar procesos, evitar discrecionalidad, colusión y conflicto de interés; promover el uso de los datos para respaldar sanciones y como evidencia para combatir la impunidad y dar seguimiento, en tiempo real, a los procesos y proyectos de contratación pública.

En septiembre de 2015, el gobierno de México adoptó la Carta Internacional de Datos Abiertos, una iniciativa de gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, sector privado y expertos, que articula los principios fundamentales para coordinar y promover la adopción de datos abiertos a nivel global, por medio de seis principios, 1.
Abiertos y por defecto; 2.
Oportunos y exhaustivas; 3.
Accesibles y utilizables; 4.
Comparables e interoperables; 5.
Para mejorar la gobernanza y la participación ciudadana; 6.
Para el desarrollo inclusivo y la innovación.

Es importante considerar que una sólida infraestructura de información contra la corrupción sólo puede construirse cuando la información pertinente pueda vincularse entre sí.
Aquí es donde toma relevancia de preservar el derecho al acceso a la información, que esa información no sea reservada, no sea difícil de obtener, que no sea opaca, y no conformarnos con otros datos, que son poco creíbles, inverificables y en ocasiones, falsos.

“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica”.
Aristóteles

Por Miguel Salvador Gómez González / Presidente del Sistema Estatal Anticorrupción

Los órganos e instituciones públicas generan grandes volúmenes de datos que, en su gran mayoría, están dispersos en diversos formatos y áreas, lo que limita el potencial de uso, consulta y dificulta realizar contraloría y auditorías social.
La hipótesis que afirma que los datos abiertos ayudan al combate a la corrupción sólo se puede comprobar si éstos existen, están completos y se reutilizan.
La PDN se trata de un instrumento de inteligencia institucional compuesto por elementos informáticos que integran y conectan diversos sistemas, subsistemas y conjuntos de datos con información estratégica para el combate a la corrupción; permitiendo que los datos puedan ser utilizados y analizados por diversos actores y, a partir de ello, se genere nuevo conocimiento y valor público, como insumos para desarrollar estrategias y proyectos focalizados y sobre todo, inteligencia colectiva.

Actualmente la PDN cuenta con seis subsistemas:

S1.
Evolución patrimonial de declaración de intereses y constancia de presentación de declaración fiscal.

S2.
De los servidores públicos que intervengan en procedimientos de contrataciones públicas.

S3.
Servidores públicos y particulares sancionados.

S4.
De información y comunicación del SNA y del Sistema Nacional de Fiscalización.

S5.
De denuncias públicas de faltas administrativas y hechos de corrupción.

S6.
Información pública de contrataciones.

Pregunta obligada, ¿para qué sirve la PDN? Como lo comenté anteriormente, se creó como una fuente de inteligencia para construir impulsar integridad y combatir la corrupción tanto en el servicio público como para particulares, sirviendo de apoyo para analizar, predecir y alertar a las autoridades sobre posibles riesgos de corrupción; automatizar procesos, evitar discrecionalidad, colusión y conflicto de interés; promover el uso de los datos para respaldar sanciones y como evidencia para combatir la impunidad y dar seguimiento, en tiempo real, a los procesos y proyectos de contratación pública.

En septiembre de 2015, el gobierno de México adoptó la Carta Internacional de Datos Abiertos, una iniciativa de gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, sector privado y expertos, que articula los principios fundamentales para coordinar y promover la adopción de datos abiertos a nivel global, por medio de seis principios, 1.
Abiertos y por defecto; 2.
Oportunos y exhaustivas; 3.
Accesibles y utilizables; 4.
Comparables e interoperables; 5.
Para mejorar la gobernanza y la participación ciudadana; 6.
Para el desarrollo inclusivo y la innovación.

Es importante considerar que una sólida infraestructura de información contra la corrupción sólo puede construirse cuando la información pertinente pueda vincularse entre sí.
Aquí es donde toma relevancia de preservar el derecho al acceso a la información, que esa información no sea reservada, no sea difícil de obtener, que no sea opaca, y no conformarnos con otros datos, que son poco creíbles, inverificables y en ocasiones, falsos.

“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica”.
Aristóteles

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