La ignorancia de la política poblacional

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Por: Eduardo Fernández Ponce

“Todos tenemos un hogar privado, pero la ciudad

es nuestro hogar público de compromiso común”

Jane Jacobs (1916 – 2006), urbanista

Una acertada política de población es reflejo de la capacidad de planeación que tiene un gobernante al momento de diseñar y priorizar las exigencias de desarrollo económico y social que significa humanizar a la ciudad.
Debe estar estructurada con respaldo de los académicos e investigadores, derivando un plan coherente de acciones gubernamentales.

Un estudio reciente de PEW Research Center de gran relevancia se refirió al cruce de datos de migración y crecimiento demográfico frente a las expectativas económicas de actualidad.
El caso de los países centroamericanos que sumaban en 1979 aproximadamente 15 millones de habitantes; actualmente viven 43 millones de habitantes en la región, donde el 72% desearía salir de inmediato de su tierra.

Cuando se crece más en población que en desarrollo se transgrede ese binomio indisoluble, peor aún: cuando el grueso de la población proviene de hogares pobres, con baja y limitada escolaridad, se gesta fácilmente un cultivo de criminalidad y pandillerismo, relaciones familiares de constante conflicto, insalubridad y una conducta hostil de respeto a la ley.

El propio George Soros entiende perfectamente la problemática ante una “estampida” multicausal migratoria de centroamericanos difícil de frenar por los gobiernos de baja o nula democracia que ha traído como consecuencia para los migrantes su negativa al retorno a sus países de origen.

Independientemente de que el tema de población es demasiado amplio (natalidad, fecundidad, educación sexual, migración, morbilidad, distribución poblacional, etc.
), surge siempre la ignorancia de los políticos.
Esa experiencia se ha venido a palpar en México que a pesar de la disminución de la tasa de fecundidad, ésta no se desplaza a las capas sociales de bajos ingresos.
Para Andrew Hurrel, de sus estudios sobre la llamada generación “desechable” que forman parte los sicarios, provienen en su gran mayoría de hogares pobres, monoparentales y desintegrados.

Las ciudades han venido creciendo en México anárquicamente sin un plan de distribución poblacional que se logra con la reorientación de inversiones públicas y privadas hacia aquellos polos urbanos con salvables recursos hídricos, hacia donde es necesario aumentar los flujos migratorios interestatales.
Por ello es indispensable hacer un diagnóstico de nuestras ocho ciudades medias en la entidad.
Seguir alentando el crecimiento poblacional en sólo dos ciudades, Juárez y Chihuahua, hacen mayormente difícil la prestación de todo tipo de servicios como la seguridad pública y vial, donde a mayor “maquila” se desalienta también la industria propia, además de crear un mayor estatus al crimen organizado, no porque esté inmersa en ello, sino por ir incorporando más consumidores, de acuerdo a un estudio de Prime Weel de México.

En 2020 el costo estimado de la inseguridad y comisión del delito ascendió en México a 277.
7 mil millones de pesos y en Chihuahua a 8 mil 300 millones de pesos, equivalente a 2.
2 veces el presupuesto del Municipio de Chihuahua, o mil millones más que el presupuesto de Ciudad Juárez (INEGI).
Creemos que no se requiere ser Nostradamus para saber lo que se avecina… !!

efconsultor@yahoo.
com

Por: Eduardo Fernández Ponce

“Todos tenemos un hogar privado, pero la ciudad

es nuestro hogar público de compromiso común”

Jane Jacobs (1916 – 2006), urbanista

Una acertada política de población es reflejo de la capacidad de planeación que tiene un gobernante al momento de diseñar y priorizar las exigencias de desarrollo económico y social que significa humanizar a la ciudad.
Debe estar estructurada con respaldo de los académicos e investigadores, derivando un plan coherente de acciones gubernamentales.

Un estudio reciente de PEW Research Center de gran relevancia se refirió al cruce de datos de migración y crecimiento demográfico frente a las expectativas económicas de actualidad.
El caso de los países centroamericanos que sumaban en 1979 aproximadamente 15 millones de habitantes; actualmente viven 43 millones de habitantes en la región, donde el 72% desearía salir de inmediato de su tierra.

Cuando se crece más en población que en desarrollo se transgrede ese binomio indisoluble, peor aún: cuando el grueso de la población proviene de hogares pobres, con baja y limitada escolaridad, se gesta fácilmente un cultivo de criminalidad y pandillerismo, relaciones familiares de constante conflicto, insalubridad y una conducta hostil de respeto a la ley.

El propio George Soros entiende perfectamente la problemática ante una “estampida” multicausal migratoria de centroamericanos difícil de frenar por los gobiernos de baja o nula democracia que ha traído como consecuencia para los migrantes su negativa al retorno a sus países de origen.

Independientemente de que el tema de población es demasiado amplio (natalidad, fecundidad, educación sexual, migración, morbilidad, distribución poblacional, etc.
), surge siempre la ignorancia de los políticos.
Esa experiencia se ha venido a palpar en México que a pesar de la disminución de la tasa de fecundidad, ésta no se desplaza a las capas sociales de bajos ingresos.
Para Andrew Hurrel, de sus estudios sobre la llamada generación “desechable” que forman parte los sicarios, provienen en su gran mayoría de hogares pobres, monoparentales y desintegrados.

Las ciudades han venido creciendo en México anárquicamente sin un plan de distribución poblacional que se logra con la reorientación de inversiones públicas y privadas hacia aquellos polos urbanos con salvables recursos hídricos, hacia donde es necesario aumentar los flujos migratorios interestatales.
Por ello es indispensable hacer un diagnóstico de nuestras ocho ciudades medias en la entidad.
Seguir alentando el crecimiento poblacional en sólo dos ciudades, Juárez y Chihuahua, hacen mayormente difícil la prestación de todo tipo de servicios como la seguridad pública y vial, donde a mayor “maquila” se desalienta también la industria propia, además de crear un mayor estatus al crimen organizado, no porque esté inmersa en ello, sino por ir incorporando más consumidores, de acuerdo a un estudio de Prime Weel de México.

En 2020 el costo estimado de la inseguridad y comisión del delito ascendió en México a 277.
7 mil millones de pesos y en Chihuahua a 8 mil 300 millones de pesos, equivalente a 2.
2 veces el presupuesto del Municipio de Chihuahua, o mil millones más que el presupuesto de Ciudad Juárez (INEGI).
Creemos que no se requiere ser Nostradamus para saber lo que se avecina… !!

efconsultor@yahoo.
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