Eloy Vallina Lagüera fue dueño en vida del restaurante La Casona
Uno de los últimos negocios que emprendió el empresario Eloy Vallina Lagüera, fue el restaurante La Casona, cuyo inmueble adquirió desde 1976, pero fue años después cuando lo convirtió en el restaurante, que a la fecha es punto de encuentro de políticos y empresarios.
La historia y valor cultural de La Casona, se encuentran documentados en el Instituto Nacional de Arquitectura e Historia Chihuahua, pues antes de ser adquirida por el empresario Eloy Vallina, la casa perteneció al general Luis Terrazas, quien la mandó construir en el siglo XIX.
El diseño y construcción de la mansión estuvo a cargo del ingeniero Pedro Ignacio Irigoyen, y según refiere el INAH, fue entre los años de 1888-1893, fue construida como residencia para el general Terrazas.
El estilo arquitectónico se clasifica como neoclásico, y está desarrollado en cantera de la región.
Además esta construcción tiene un patio interior en forma octagonal, de corte damasquino.
Las habitaciones rodean dicho patio, muy al estilo neoclásico, en dos pisos, y los corredores fueron ornamentados con portales de hierro forjado en Nueva Orleans.
La historia indica que en la época de la Revolución Mexicana, esta casa fue tomada por el general Francisco Villa, de hecho, y en algún tiempo la habitó el doctor Mariano Azuela, y el escultor Mariano Asúnsolo.
Tiempo después, fue utilizada como una institución educativa en la modalidad de internado de señoritas, a cargo de una orden religiosa, y fue en la década 1960 a 1969, cuando se convirtió en “La Casa de la Asegurada” del IMSS.
Hoy en día, este restaurante ofrece cocina internacional cortes, platillos de la cocina tradicional de México, así como un amplio menú de vinos.
En este lugar, se encuentran además del área de patio, otras ocho divisiones de salones, que encierran arte de la historia de la ciudad.
Hoy en día este restaurante es uno de los lugares que empresarios y políticos tienen como punto de encuentro, pero también uno de los más conocidos a nivel nacional e internacional, no sólo por la cocina que ofrece, sino por la valiosa construcción e historia que atrae a turistas.
Uno de los últimos negocios que emprendió el empresario Eloy Vallina Lagüera, fue el restaurante La Casona, cuyo inmueble adquirió desde 1976, pero fue años después cuando lo convirtió en el restaurante, que a la fecha es punto de encuentro de políticos y empresarios.
La historia y valor cultural de La Casona, se encuentran documentados en el Instituto Nacional de Arquitectura e Historia Chihuahua, pues antes de ser adquirida por el empresario Eloy Vallina, la casa perteneció al general Luis Terrazas, quien la mandó construir en el siglo XIX.
El diseño y construcción de la mansión estuvo a cargo del ingeniero Pedro Ignacio Irigoyen, y según refiere el INAH, fue entre los años de 1888-1893, fue construida como residencia para el general Terrazas.
El estilo arquitectónico se clasifica como neoclásico, y está desarrollado en cantera de la región.
Además esta construcción tiene un patio interior en forma octagonal, de corte damasquino.
Las habitaciones rodean dicho patio, muy al estilo neoclásico, en dos pisos, y los corredores fueron ornamentados con portales de hierro forjado en Nueva Orleans.
La historia indica que en la época de la Revolución Mexicana, esta casa fue tomada por el general Francisco Villa, de hecho, y en algún tiempo la habitó el doctor Mariano Azuela, y el escultor Mariano Asúnsolo.
Tiempo después, fue utilizada como una institución educativa en la modalidad de internado de señoritas, a cargo de una orden religiosa, y fue en la década 1960 a 1969, cuando se convirtió en “La Casa de la Asegurada” del IMSS.
Hoy en día, este restaurante ofrece cocina internacional cortes, platillos de la cocina tradicional de México, así como un amplio menú de vinos.
En este lugar, se encuentran además del área de patio, otras ocho divisiones de salones, que encierran arte de la historia de la ciudad.
Hoy en día este restaurante es uno de los lugares que empresarios y políticos tienen como punto de encuentro, pero también uno de los más conocidos a nivel nacional e internacional, no sólo por la cocina que ofrece, sino por la valiosa construcción e historia que atrae a turistas.
