Los padres jesuítas siguen vivos en las paredes de la comunidad que tanto ayudaron y cuidaron
Cerocahui, era hace apenas dos años como otros pequeños pueblos en Urique dentro de la Sierra Tarahumara con la mayor parte de su población de origen indígena, sin embargo, el 20 de junio del 20222 su población y su nombre fue marcado por un hecho violento que conmocionó a México y el mundo.
Lamentablemente, la zona del Suroeste de Chihuahua es marcada por la presencia del narcotráfico, el cual impacta de forma directa a los habitantes de la región, desde desplazamientos forzados hasta asesinatos, como los de los sacerdotes jesuitas apodados Gallo y Morita.
Los padres Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, fueron asesinados junto con el guia de turistas Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez, por el líder criminal conocido como “El Chueco”, José Noriel P.
G.
, que fue de igual manera víctima de homicidio en marzo del 2023 a casi un año de haber asesinado a los sacerdotes de Cerocahui.
La muerte de los jesuitas dejó un vacío en la comunidad serrana, los ciudadanos los despidieron con cariño y en junio del 2023 los recordaron con un homenaje, pues no sólo fueron párrocos, fueron reconocidos por su labor humanitaria, siguiendo los pasos de su orden.
Este cariño que los pobladores les tenían a los sacerdotes, es el mismo que ha empujado la petición de justicia para los mismos para que no vuelvan a ocurrir sucesos violentos como estos, la vida de Gallo y Morita ha sido inspiración también de un mural en su honor.
En el mural están los dos sacerdotes pintados en un estilo realista muy cercanos a lo que se ve en otros murales, sobre todo los que son de origen mexicano y una tercera persona, que cuenta con un escapulario y un paliacate en la cabeza.
Por otro lado, Jaime Arm comparte fotos del templo, donde hace casi dos años fueron asesinados los padres, esta iglesia es un lugar especial, no solo por la tragedia, también por que es considerado como un lugar histórico.
Esto pues la iglesia fue construida en 1680 y posteriormente reconstruida en los años 1963.
Siendo un punto muy relevante para el asentamiento de la religión cristiana en la Sierra Tarahumara.
Además está el escudo de la orden jesuita, sello por Ignacio de Loyola, uno de los fundadores de la Compañía de Jesús y otros símbolos como un gallo que hace alusión al apodo del sacerdote.
Se lee además una inscripción que dice: “Una Comunidad en la Tarahumara” Sobre los montes y colinas al morir la luz del sol una blanca palomita por este valle cruzó, al beber agua del río la viajera paro pero llena de embeleso poco a poco se durmió.
Oh Cerocahui paloma mía bajo tus alas vivo feliz con el aroma que han en tus huertos se embriaga el alma y sueña en ti.
Tu tierra rika cuna de flores me da sus frutos de su color y en la cosecha de tus maizales, que al ir alzando bendigo a Dios.
Mirea y rosa es tu cantera, del bello templo que ladro.
La mano firme de su misionero para que tengas amor a Dios.
Dejame verte en tus tejados.
En tus jardines de atardecer y en el ocaso de tus montañas que nunca olvidaré… Autor: Padre Guzmán.
Cerocahui, era hace apenas dos años como otros pequeños pueblos en Urique dentro de la Sierra Tarahumara con la mayor parte de su población de origen indígena, sin embargo, el 20 de junio del 20222 su población y su nombre fue marcado por un hecho violento que conmocionó a México y el mundo.
Lamentablemente, la zona del Suroeste de Chihuahua es marcada por la presencia del narcotráfico, el cual impacta de forma directa a los habitantes de la región, desde desplazamientos forzados hasta asesinatos, como los de los sacerdotes jesuitas apodados Gallo y Morita.
Los padres Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, fueron asesinados junto con el guia de turistas Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez, por el líder criminal conocido como “El Chueco”, José Noriel P.
G.
, que fue de igual manera víctima de homicidio en marzo del 2023 a casi un año de haber asesinado a los sacerdotes de Cerocahui.
La muerte de los jesuitas dejó un vacío en la comunidad serrana, los ciudadanos los despidieron con cariño y en junio del 2023 los recordaron con un homenaje, pues no sólo fueron párrocos, fueron reconocidos por su labor humanitaria, siguiendo los pasos de su orden.
Este cariño que los pobladores les tenían a los sacerdotes, es el mismo que ha empujado la petición de justicia para los mismos para que no vuelvan a ocurrir sucesos violentos como estos, la vida de Gallo y Morita ha sido inspiración también de un mural en su honor.
En el mural están los dos sacerdotes pintados en un estilo realista muy cercanos a lo que se ve en otros murales, sobre todo los que son de origen mexicano y una tercera persona, que cuenta con un escapulario y un paliacate en la cabeza.
Por otro lado, Jaime Arm comparte fotos del templo, donde hace casi dos años fueron asesinados los padres, esta iglesia es un lugar especial, no solo por la tragedia, también por que es considerado como un lugar histórico.
Esto pues la iglesia fue construida en 1680 y posteriormente reconstruida en los años 1963.
Siendo un punto muy relevante para el asentamiento de la religión cristiana en la Sierra Tarahumara.
Además está el escudo de la orden jesuita, sello por Ignacio de Loyola, uno de los fundadores de la Compañía de Jesús y otros símbolos como un gallo que hace alusión al apodo del sacerdote.
Se lee además una inscripción que dice: “Una Comunidad en la Tarahumara” Sobre los montes y colinas al morir la luz del sol una blanca palomita por este valle cruzó, al beber agua del río la viajera paro pero llena de embeleso poco a poco se durmió.
Oh Cerocahui paloma mía bajo tus alas vivo feliz con el aroma que han en tus huertos se embriaga el alma y sueña en ti.
Tu tierra rika cuna de flores me da sus frutos de su color y en la cosecha de tus maizales, que al ir alzando bendigo a Dios.
Mirea y rosa es tu cantera, del bello templo que ladro.
La mano firme de su misionero para que tengas amor a Dios.
Dejame verte en tus tejados.
En tus jardines de atardecer y en el ocaso de tus montañas que nunca olvidaré… Autor: Padre Guzmán.
