Hierba sin ráiz

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En mi adolescencia un viejito muy risueño y platicador era jardinero en casa de mis papás.
Un día nos enteramos de que su esposa estaba muy enferma, pero que ya le estaban dando un brebaje con el que esperaban se compusiera.
Mi mamá le preguntó a don Juanito sobre el remedio, porque a ella le interesaban las recetas naturistas para agregarlas al repertorio que ya tenía y éste dijo entre risitas “Le estamos dando hierba sin ráiz”, a lo que mi mamá preguntó con curiosidad qué hierba era esa.
No recuerdo bien cómo le explicó don Juanito el remedio a mi madre, pero de lo que sí me acuerdo es que lo hizo riéndose.
Explicó que le daban a su señora un brebaje que contenía el propio excremento de su esposa.
En cuanto recibimos la información la revoltura en el estómago nos envolvió a los que la escuchamos ¡Cómo era posible que le dieran su propio excremento para curarla! ¿De dónde habrían sacado esa receta tan asquerosa e inconcebible? Al poco tiempo la esposa de don Juanito falleció, y no sé qué tan grave estaba, pero seguramente el remedio intervino para llevarla más de prisa al más allá.
¿Ustedes qué opinan? ¿Habrá algo de cierto en las “bondades” de ingerir el propio excremento? ¡Ya se me revolvió el estómago! Y les pido una disculpa por llevarlos a imaginar algo tan asqueroso.

Se preguntarán porqué me tomé la molestia de contarles algo tan desagradable y ahí les va: El olor a excremento en lugares públicos me recordó lo que les acabo de contar y empecé a preguntarme e imaginarme a dónde llega finalmente el drenaje.

Actualmente estoy en un lugar que adolece de un desarrollo escandaloso de construcción de edificios, torres de muchos pisos, un lugar turístico que pretende recibir cada año a más turistas y por lo tanto a todo tipo de personal para atender a los visitantes, sumados a los habitantes actuales de la ciudad y su propia multiplicación.
He visitado varias playas y mi visita se ha empañado al experimentar olores de caño.
Volteo a ver el malecón y todos esos esqueletos de varilla y concreto que en su inauguración aumentarán el flujo de aguas negras, y me pregunto ¿Cuál será el destino final de todos los drenajes de estos edificios? ¿Qué tan lejos pueden llevar esa tubería? ¿Acaso no se estará pensando que la permeabilidad del suelo absorbe y conjunta para manifestarse donde le sea posible brotar? Ya reina un olor a caca en las playas, pero ¿Seguirán haciendo drenes disimulados hacia las aguas del mar, donde bañistas absorben por piel y tragos accidentales todo lo que está en el agua? ¡Los humanos ya estamos absorbiendo y tragando excremento! Por más exclusivas que sean las playas, por más elegantes instalaciones que nos ofrezcan, el agua es un cuerpo que viaja y se conjunta desde corrientes, lluvias, huracanes, etc.
¡El agua viaja con todos los componentes que se le agregan!

El relato del remedio que nos describió don Juanito es asqueroso, pero no estamos lejos de tomarlo cada vez más concentrado, agregando que cada día se esparcen montones de excremento de perros y gatos por todas las ciudades, y al secarse vuelan y se unen al aire que respiramos.
La caca nos acecha, y no hay lugar seguro ante esta proliferación.
Ni el privilegio de los que se puedan alejar de lo FEO, salva de esta realidad que está y crece.
Estamos ingiriendo excremento, unos a microdosis y otros a granel.

¿Quienes dan permisos de construcción consideran este problemita? ¿Cuándo se pondrá límite y restricciones a las construcciones?

ROBERTA CORTAZAR B

En mi adolescencia un viejito muy risueño y platicador era jardinero en casa de mis papás.
Un día nos enteramos de que su esposa estaba muy enferma, pero que ya le estaban dando un brebaje con el que esperaban se compusiera.
Mi mamá le preguntó a don Juanito sobre el remedio, porque a ella le interesaban las recetas naturistas para agregarlas al repertorio que ya tenía y éste dijo entre risitas “Le estamos dando hierba sin ráiz”, a lo que mi mamá preguntó con curiosidad qué hierba era esa.
No recuerdo bien cómo le explicó don Juanito el remedio a mi madre, pero de lo que sí me acuerdo es que lo hizo riéndose.
Explicó que le daban a su señora un brebaje que contenía el propio excremento de su esposa.
En cuanto recibimos la información la revoltura en el estómago nos envolvió a los que la escuchamos ¡Cómo era posible que le dieran su propio excremento para curarla! ¿De dónde habrían sacado esa receta tan asquerosa e inconcebible? Al poco tiempo la esposa de don Juanito falleció, y no sé qué tan grave estaba, pero seguramente el remedio intervino para llevarla más de prisa al más allá.
¿Ustedes qué opinan? ¿Habrá algo de cierto en las “bondades” de ingerir el propio excremento? ¡Ya se me revolvió el estómago! Y les pido una disculpa por llevarlos a imaginar algo tan asqueroso.

Se preguntarán porqué me tomé la molestia de contarles algo tan desagradable y ahí les va: El olor a excremento en lugares públicos me recordó lo que les acabo de contar y empecé a preguntarme e imaginarme a dónde llega finalmente el drenaje.

Actualmente estoy en un lugar que adolece de un desarrollo escandaloso de construcción de edificios, torres de muchos pisos, un lugar turístico que pretende recibir cada año a más turistas y por lo tanto a todo tipo de personal para atender a los visitantes, sumados a los habitantes actuales de la ciudad y su propia multiplicación.
He visitado varias playas y mi visita se ha empañado al experimentar olores de caño.
Volteo a ver el malecón y todos esos esqueletos de varilla y concreto que en su inauguración aumentarán el flujo de aguas negras, y me pregunto ¿Cuál será el destino final de todos los drenajes de estos edificios? ¿Qué tan lejos pueden llevar esa tubería? ¿Acaso no se estará pensando que la permeabilidad del suelo absorbe y conjunta para manifestarse donde le sea posible brotar? Ya reina un olor a caca en las playas, pero ¿Seguirán haciendo drenes disimulados hacia las aguas del mar, donde bañistas absorben por piel y tragos accidentales todo lo que está en el agua? ¡Los humanos ya estamos absorbiendo y tragando excremento! Por más exclusivas que sean las playas, por más elegantes instalaciones que nos ofrezcan, el agua es un cuerpo que viaja y se conjunta desde corrientes, lluvias, huracanes, etc.
¡El agua viaja con todos los componentes que se le agregan!

El relato del remedio que nos describió don Juanito es asqueroso, pero no estamos lejos de tomarlo cada vez más concentrado, agregando que cada día se esparcen montones de excremento de perros y gatos por todas las ciudades, y al secarse vuelan y se unen al aire que respiramos.
La caca nos acecha, y no hay lugar seguro ante esta proliferación.
Ni el privilegio de los que se puedan alejar de lo FEO, salva de esta realidad que está y crece.
Estamos ingiriendo excremento, unos a microdosis y otros a granel.

¿Quienes dan permisos de construcción consideran este problemita? ¿Cuándo se pondrá límite y restricciones a las construcciones?

ROBERTA CORTAZAR B

Osvaldo

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jue Ago 31 , 2023
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