Hacia una cultura de paz | La mochila del migrante

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Flor Yáñez

Yanez_flor@hotmail.
com

Hace unas semanas, tres chicas de la carrera de Diseño Industrial de la Universidad Ibero de Torreón expusieron el proyecto “Mochila del migrante”, cuyo objetivo con este producto es aligerar el camino de las personas que migran, llevar sus pertenencias de manera segura, y que no se sientan solas, es decir, acompañar su pasaje.

En un video, relatan que la idea fue inspirada en las necesidades que tienen las personas que migran desde Centro y Sudamérica hasta Estados Unidos, en busca de mejores oportunidades.
Cuentan que diseñaron una mochila para que lleven sus pertenencias de manera segura durante su recorrido y, sobre todo, que no se sientan solas.
La mochila, que únicamente existe en color blanco (por ser material reciclado), cuenta con tres agarraderas en los costados, que, de acuerdo con ellas, facilita la subida al tren y les mantiene cerca de sus hijos.
Las hombreras son en forma de pechera que se ajusta al cuerpo, para que, al momento de correr, no sea un peso extra.
Tiene una bolsa secreta para guardar documentos importantes; una “cangurera”; una tira reflejante que ayuda a los migrantes a encontrarse en la noche, que pueden tapar si necesitan ser discretos y también se transforma en almohada, en caso de que tengan que dormir a la intemperie.
El equipo se entrega con manual de uso y un “storytelling” de cómo el objeto será su nuevo compañero de viaje.
El proyecto, lejos de generar empatía, causó polémica, críticas y bromas en redes sociales.
Yo fui una de ellas que, mientras las escuchaba, me carcajeé y luego me imaginé brincando al tren con la bolsa blanca pegada al cuerpo, huyendo de las autoridades.

Las chicas, ¿tuvieron ingenio o fueron ingenuas? La idea es buena, pero considero que no fue expuesta adecuadamente, sobre todo porque muchos desconocen la realidad que enfrentan los migrantes.
Recuerdo que al observar la salida de la primera caravana migrante del año 2020 en San Pedro Sula, Honduras, la única pertenencia que llevaban las personas mientras brincaban a la plataforma de un tráiler en movimiento, era una mochila al hombro.
Dejan todo atrás y su patrimonio se reduce a un par de calzoncillos, unos jeans, ungüentos para dolores musculares, una gorra, medicamento, agua y un celular.
Bastantes deben dormir a la intemperie e intentar cubrirse de la lluvia.
Suena irrisorio e increíble el relato de las chicas de la Ibero, pero es correcto.

El problema migratorio es complejo.
Cada vez son más las personas que se ven obligadas a abandonan sus hogares debido a una complejidad de factores económicos, políticos y sociales, que los coloca en estado de vulnerabilidad.
Desde el momento que deciden migrar, se convierten en un número estadístico cuya marca distintiva son las constantes violaciones a los derechos humanos.
Vale la pena ver este video, reír un poco, pero darse cuenta de que lo que dicen es la realidad de una persona que migra, por más “peliculesca” que se escuche.

Flor Yáñez

Yanez_flor@hotmail.
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Hace unas semanas, tres chicas de la carrera de Diseño Industrial de la Universidad Ibero de Torreón expusieron el proyecto “Mochila del migrante”, cuyo objetivo con este producto es aligerar el camino de las personas que migran, llevar sus pertenencias de manera segura, y que no se sientan solas, es decir, acompañar su pasaje.

En un video, relatan que la idea fue inspirada en las necesidades que tienen las personas que migran desde Centro y Sudamérica hasta Estados Unidos, en busca de mejores oportunidades.
Cuentan que diseñaron una mochila para que lleven sus pertenencias de manera segura durante su recorrido y, sobre todo, que no se sientan solas.
La mochila, que únicamente existe en color blanco (por ser material reciclado), cuenta con tres agarraderas en los costados, que, de acuerdo con ellas, facilita la subida al tren y les mantiene cerca de sus hijos.
Las hombreras son en forma de pechera que se ajusta al cuerpo, para que, al momento de correr, no sea un peso extra.
Tiene una bolsa secreta para guardar documentos importantes; una “cangurera”; una tira reflejante que ayuda a los migrantes a encontrarse en la noche, que pueden tapar si necesitan ser discretos y también se transforma en almohada, en caso de que tengan que dormir a la intemperie.
El equipo se entrega con manual de uso y un “storytelling” de cómo el objeto será su nuevo compañero de viaje.
El proyecto, lejos de generar empatía, causó polémica, críticas y bromas en redes sociales.
Yo fui una de ellas que, mientras las escuchaba, me carcajeé y luego me imaginé brincando al tren con la bolsa blanca pegada al cuerpo, huyendo de las autoridades.

Las chicas, ¿tuvieron ingenio o fueron ingenuas? La idea es buena, pero considero que no fue expuesta adecuadamente, sobre todo porque muchos desconocen la realidad que enfrentan los migrantes.
Recuerdo que al observar la salida de la primera caravana migrante del año 2020 en San Pedro Sula, Honduras, la única pertenencia que llevaban las personas mientras brincaban a la plataforma de un tráiler en movimiento, era una mochila al hombro.
Dejan todo atrás y su patrimonio se reduce a un par de calzoncillos, unos jeans, ungüentos para dolores musculares, una gorra, medicamento, agua y un celular.
Bastantes deben dormir a la intemperie e intentar cubrirse de la lluvia.
Suena irrisorio e increíble el relato de las chicas de la Ibero, pero es correcto.

El problema migratorio es complejo.
Cada vez son más las personas que se ven obligadas a abandonan sus hogares debido a una complejidad de factores económicos, políticos y sociales, que los coloca en estado de vulnerabilidad.
Desde el momento que deciden migrar, se convierten en un número estadístico cuya marca distintiva son las constantes violaciones a los derechos humanos.
Vale la pena ver este video, reír un poco, pero darse cuenta de que lo que dicen es la realidad de una persona que migra, por más “peliculesca” que se escuche.

Osvaldo

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Yo también me bajo

mar Jul 4 , 2023
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