¡Gracias Claudia!

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México acabó con la absurda afirmación de que no estaba listo para ser gobernado por una mujer y lo hizo contundentemente.
La Cuarta Transformación dio un paso enorme y contundente al elegir a Claudia Sheinbaum como su futura candidata, como la continuadora de estos cambios que le han devuelto la esperanza a México, porque el trabajo sigue, los avances son evidentes, pero aún falta y su nueva dirigente es mujer y se llama Claudia.

Y en este nuevo reto, como desde hace 30 años, está el Partido del Trabajo junto a Andrés Manuel López Obrador, iniciador de este cambio junto a personajes comprometidos como Sheinbaum Pardo, personas con convicciones, sensibles, capaces y responsables, características que Claudia sin duda tiene.

La carrera por ser la continuadora de la 4T fue claramente ganada por Claudia, quien retomará el trabajo por este movimiento de regeneración nacional, que no ha hecho más que “equilibrar” las oportunidades para hombres y mujeres en el país, porque no podemos regatear el hecho de que hoy existan condiciones que nos permiten a las mujeres desempeñarnos en puestos de toma de decisiones que antes eran impensables.

La igualdad de oportunidades dará un paso enorme cuando sea una mujer la que dirija los destinos de nuestra nación, porque hay una garantía mucho más grande de que una “igual” procure esas oportunidades década tras década hemos conquistado, porque la sororidad será sin lugar a dudas una de las características que tendrá Claudia como presidenta de México.

La segunda etapa de la 4T será dirigida por una mujer y eso cobra una especial importancia, la transformación muy seguramente tendrá la agenda de las mujeres en su prioridad, la igualdad de oportunidades, la paridad en los puestos de elección popular y en todas los espacios públicos, la disminución de las brechas salariales, la puesta de un piso parejo o la rotura de techos de cristal, el reconocimiento y consolidación del sistema de cuidados, entre muchos otros, avanzarán con pasos firmes que permitan disminuir las desigualdades de género que aún no nos permite tener ese 50 por ciento de representación que somos.

Los tiempos en que las mujeres y las niñas tengan en sus metas ser presidentas, ser líderes, están aquí, con un techo de cristal se rompió el jueves pasado cuando Claudia fue la designada por las personas para continuar con esta revolución que se encamina a ser un periodo histórico para México.

Lo hemos venido anunciando: es tiempo de las mujeres, pero no de cualquiera, es tiempo de una mujer capaz de comprender y facilitar el desarrollo de una sociedad diversa e incluyente, necesitamos mirar hacía adelante, el futuro de México continuará llevándose con dirigentes y líderes de Morena y del Partido del Trabajo, y en estados como Chihuahua, se cocina poco a poco el cambio hacia esa misma dirección y ahí estaremos para continuar con este movimiento que está cambiando el rumbo del país, y a partir del 2024, con Claudia.

México acabó con la absurda afirmación de que no estaba listo para ser gobernado por una mujer y lo hizo contundentemente.
La Cuarta Transformación dio un paso enorme y contundente al elegir a Claudia Sheinbaum como su futura candidata, como la continuadora de estos cambios que le han devuelto la esperanza a México, porque el trabajo sigue, los avances son evidentes, pero aún falta y su nueva dirigente es mujer y se llama Claudia.

Y en este nuevo reto, como desde hace 30 años, está el Partido del Trabajo junto a Andrés Manuel López Obrador, iniciador de este cambio junto a personajes comprometidos como Sheinbaum Pardo, personas con convicciones, sensibles, capaces y responsables, características que Claudia sin duda tiene.

La carrera por ser la continuadora de la 4T fue claramente ganada por Claudia, quien retomará el trabajo por este movimiento de regeneración nacional, que no ha hecho más que “equilibrar” las oportunidades para hombres y mujeres en el país, porque no podemos regatear el hecho de que hoy existan condiciones que nos permiten a las mujeres desempeñarnos en puestos de toma de decisiones que antes eran impensables.

La igualdad de oportunidades dará un paso enorme cuando sea una mujer la que dirija los destinos de nuestra nación, porque hay una garantía mucho más grande de que una “igual” procure esas oportunidades década tras década hemos conquistado, porque la sororidad será sin lugar a dudas una de las características que tendrá Claudia como presidenta de México.

La segunda etapa de la 4T será dirigida por una mujer y eso cobra una especial importancia, la transformación muy seguramente tendrá la agenda de las mujeres en su prioridad, la igualdad de oportunidades, la paridad en los puestos de elección popular y en todas los espacios públicos, la disminución de las brechas salariales, la puesta de un piso parejo o la rotura de techos de cristal, el reconocimiento y consolidación del sistema de cuidados, entre muchos otros, avanzarán con pasos firmes que permitan disminuir las desigualdades de género que aún no nos permite tener ese 50 por ciento de representación que somos.

Los tiempos en que las mujeres y las niñas tengan en sus metas ser presidentas, ser líderes, están aquí, con un techo de cristal se rompió el jueves pasado cuando Claudia fue la designada por las personas para continuar con esta revolución que se encamina a ser un periodo histórico para México.

Lo hemos venido anunciando: es tiempo de las mujeres, pero no de cualquiera, es tiempo de una mujer capaz de comprender y facilitar el desarrollo de una sociedad diversa e incluyente, necesitamos mirar hacía adelante, el futuro de México continuará llevándose con dirigentes y líderes de Morena y del Partido del Trabajo, y en estados como Chihuahua, se cocina poco a poco el cambio hacia esa misma dirección y ahí estaremos para continuar con este movimiento que está cambiando el rumbo del país, y a partir del 2024, con Claudia.

Osvaldo

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Relato empírico

lun Sep 11 , 2023
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