La actriz encarnó a Olga en la segunda parte de la telenovela Corona de lágrimas, que hoy llega a su fin
En entrevista con El Sol de México, Geraldine sostiene que el melodrama, que hoy termina, es una oda a la madre mexicana y de alguna manera, su personaje también representó ese homenaje.
“Olga siempre fue víctima de las circunstancias y de sus problemas de salud mental.
Al pasar los episodios, ella decidió no sé si su castigo, pero sí tomó lecciones de la vida y que la hicieron tomar conciencia y realmente aprender a ser una mamá con Pepita.
“Ella no maltrataba a Pepita, era una cuestión con emocional que no podía controlar, pero el amor de su hija hizo que tomara las riendas de su vida”.
Bazán reconoció que cuando entró en esta segunda temporada de Corona de lágrimas, arribó con muchas expectativas porque anteriormente Adriana Louvier, era Olga.
“Me siento muy contenta la verdad, fue un proyecto muy lindo, con un gran reto para mí.
El que salga del aire un proyecto me lleva a la melancolía y un buen sabor de boca, siempre me lo llevaré en mi corazón”, dice la actriz, quien reconoce que fue complicado encarnar a Olga por sus trastornos emocionales.
“Me veía en el espejo de Olga, de quien aprendí acerca de los errores que cometemos sin querer y también que uno va por la vida aprendiendo a ser padres.
De repente decía y en esa línea delgada de cuestionar y juzgar un poco al personaje, cómo es posible que se deje manipular por su padre, Olga refleja a muchas mujeres aún hoy en día.
Fue manipulada, sobajada, siempre hecha menos por su papá por haber sido una mujer.
Le creó una inseguridad, a pesar de tener una mamá amorosa, que la cuidaba y apoyaba.
En fin, ella se fue por el lado del padre con carencias de amor y creció con tanta falta de autoestima.
Geraldine Bazán agradeció que a 14 años que protagonizó al lado de Victoria Ruffo la telenovela Victoria, “volvimos a coincidir en un set, siempre conectamos antes como mamá e hija y en Corona de lágrimas 2, fue igual, hubo química en las escenas y más a lado de Lara, Pepita, quien para mí fue un gran descubrimiento, porque tuvimos escenas conmovedoras.
Fue igual con Ernesto Laguardia, antes de cada escena no parábamos de reír.
“Fue un gran proyecto, la gente se identificó con Olga, tal vez antes no había tanta conciencia de las enfermedades mentales que se viven ahora.
Olga hizo que el público creara empatía con ella y entendiera la enfermedad”, finalizó.
En entrevista con El Sol de México, Geraldine sostiene que el melodrama, que hoy termina, es una oda a la madre mexicana y de alguna manera, su personaje también representó ese homenaje.
“Olga siempre fue víctima de las circunstancias y de sus problemas de salud mental.
Al pasar los episodios, ella decidió no sé si su castigo, pero sí tomó lecciones de la vida y que la hicieron tomar conciencia y realmente aprender a ser una mamá con Pepita.
“Ella no maltrataba a Pepita, era una cuestión con emocional que no podía controlar, pero el amor de su hija hizo que tomara las riendas de su vida”.
Bazán reconoció que cuando entró en esta segunda temporada de Corona de lágrimas, arribó con muchas expectativas porque anteriormente Adriana Louvier, era Olga.
“Me siento muy contenta la verdad, fue un proyecto muy lindo, con un gran reto para mí.
El que salga del aire un proyecto me lleva a la melancolía y un buen sabor de boca, siempre me lo llevaré en mi corazón”, dice la actriz, quien reconoce que fue complicado encarnar a Olga por sus trastornos emocionales.
“Me veía en el espejo de Olga, de quien aprendí acerca de los errores que cometemos sin querer y también que uno va por la vida aprendiendo a ser padres.
De repente decía y en esa línea delgada de cuestionar y juzgar un poco al personaje, cómo es posible que se deje manipular por su padre, Olga refleja a muchas mujeres aún hoy en día.
Fue manipulada, sobajada, siempre hecha menos por su papá por haber sido una mujer.
Le creó una inseguridad, a pesar de tener una mamá amorosa, que la cuidaba y apoyaba.
En fin, ella se fue por el lado del padre con carencias de amor y creció con tanta falta de autoestima.
Geraldine Bazán agradeció que a 14 años que protagonizó al lado de Victoria Ruffo la telenovela Victoria, “volvimos a coincidir en un set, siempre conectamos antes como mamá e hija y en Corona de lágrimas 2, fue igual, hubo química en las escenas y más a lado de Lara, Pepita, quien para mí fue un gran descubrimiento, porque tuvimos escenas conmovedoras.
Fue igual con Ernesto Laguardia, antes de cada escena no parábamos de reír.
“Fue un gran proyecto, la gente se identificó con Olga, tal vez antes no había tanta conciencia de las enfermedades mentales que se viven ahora.
Olga hizo que el público creara empatía con ella y entendiera la enfermedad”, finalizó.
