Fake News o desinformación, creciente amenaza

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Las tecnologías de la información, la ética y el respeto a las leyes que promueven la libertad de expresión, han influido para tener un mejor desarrollo del periodismo, es decir creíble y con sentido de responsabilidad social.
Además de luchar contra la desinformación o fake news.

Una prensa libre, influye determinantemente en la participación de la sociedad con el establecimiento de foros de opinión pública independientes de los grandes poderes.

La ciudadanía también ha logrado fortalecer la democracia a través de los foros de opinión pública.
La penetración y poder de convocatoria se mide por la cantidad de accesos a páginas web, bitácoras electrónicas (blogs), redes sociales y periódicos digitales independientes.

El periodismo es baluarte de la democracia, por lo que tiene muchos enemigos, como falsos gobernantes, populistas y delincuentes, pero a últimas fechas ha surgido nueva amenaza, exageradamente fuerte, conocida como las fake news o desinformación.

Normalmente al fenómeno de la desinformación le decíamos argucia, chisme, murmuración o bulo, pero recientemente se cobija en el eufemismo conocido como fake news pero no deja ser mentira, que se ha “fortalecido” en las llamadas redes sociales.

Los trabajadores del buen periodismo (escrito, televisivo, radio, digital) que promueven una información veraz, de calidad y con sentido social, están en constante riesgo, no solo en su integridad física, sino su empleo, máxime con la acelerada crisis económica.

Científicos de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y del Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona, encabezados por Ramón Salaverría, realizaron una investigación sobre la tipología y la dinámica de divulgación de las noticias falsas .

Tan solo en España, durante en los meses de confinamiento por el covid, un tercio corresponden a noticias falsas sobre salud o del ámbito político, vinculadas a la pandemia y el último tercio a suplantación de identidad, phishing, bulos etc.
Las redes sociales que propagan las mentiras, según el estudio son: el WhatsApp a la cabeza, seguida de Twitter y luego, Facebook y YouTube.

Salaverria, dijo: “cuando para un sector de la sociedad la mentira, es más verosímil que la verdad es que estamos viviendo cerca del abismo y del desvarío”.

La ciudadanía debe estar pendiente de la información de los temas de su conveniencia, pero muchas veces “abren sus almas a los bulos” y de ahí los conflictos de opinión, llegando a poner duda a la ciencia, como ocurrió con el coronavirus.

Ante este “descomunal” consumo de fake news, necesitamos revertir el fenómeno, empezando con el fomento de la educación digital y evitar compartir noticias que no tengan fuente oficial.
Respaldar a los medios con credibilidad.

Ha habido en el mundo, empresarios de medios, intelectuales, periodistas y la misma sociedad, que han lanzado una gran cruzada por salvar el periodismo de calidad, como recientemente sucedió en España que a través de la Asociación de Medios de Información (AMI) que emprendió una campaña con el mensaje “Creemos en el periodismo”.

La idea principal, es reivindicar la excelencia periodística, sustentada en la profesionalidad de los comunicadores y el cumplimento de su misión informativa, con lo que se estaría apoyando la democracia y combatiendo, entre otras cosas, las noticias falsas.
Movimiento, que necesariamente debe seguirse en México.

Las tecnologías de la información, la ética y el respeto a las leyes que promueven la libertad de expresión, han influido para tener un mejor desarrollo del periodismo, es decir creíble y con sentido de responsabilidad social.
Además de luchar contra la desinformación o fake news.

Una prensa libre, influye determinantemente en la participación de la sociedad con el establecimiento de foros de opinión pública independientes de los grandes poderes.

La ciudadanía también ha logrado fortalecer la democracia a través de los foros de opinión pública.
La penetración y poder de convocatoria se mide por la cantidad de accesos a páginas web, bitácoras electrónicas (blogs), redes sociales y periódicos digitales independientes.

El periodismo es baluarte de la democracia, por lo que tiene muchos enemigos, como falsos gobernantes, populistas y delincuentes, pero a últimas fechas ha surgido nueva amenaza, exageradamente fuerte, conocida como las fake news o desinformación.

Normalmente al fenómeno de la desinformación le decíamos argucia, chisme, murmuración o bulo, pero recientemente se cobija en el eufemismo conocido como fake news pero no deja ser mentira, que se ha “fortalecido” en las llamadas redes sociales.

Los trabajadores del buen periodismo (escrito, televisivo, radio, digital) que promueven una información veraz, de calidad y con sentido social, están en constante riesgo, no solo en su integridad física, sino su empleo, máxime con la acelerada crisis económica.

Científicos de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y del Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona, encabezados por Ramón Salaverría, realizaron una investigación sobre la tipología y la dinámica de divulgación de las noticias falsas .

Tan solo en España, durante en los meses de confinamiento por el covid, un tercio corresponden a noticias falsas sobre salud o del ámbito político, vinculadas a la pandemia y el último tercio a suplantación de identidad, phishing, bulos etc.
Las redes sociales que propagan las mentiras, según el estudio son: el WhatsApp a la cabeza, seguida de Twitter y luego, Facebook y YouTube.

Salaverria, dijo: “cuando para un sector de la sociedad la mentira, es más verosímil que la verdad es que estamos viviendo cerca del abismo y del desvarío”.

La ciudadanía debe estar pendiente de la información de los temas de su conveniencia, pero muchas veces “abren sus almas a los bulos” y de ahí los conflictos de opinión, llegando a poner duda a la ciencia, como ocurrió con el coronavirus.

Ante este “descomunal” consumo de fake news, necesitamos revertir el fenómeno, empezando con el fomento de la educación digital y evitar compartir noticias que no tengan fuente oficial.
Respaldar a los medios con credibilidad.

Ha habido en el mundo, empresarios de medios, intelectuales, periodistas y la misma sociedad, que han lanzado una gran cruzada por salvar el periodismo de calidad, como recientemente sucedió en España que a través de la Asociación de Medios de Información (AMI) que emprendió una campaña con el mensaje “Creemos en el periodismo”.

La idea principal, es reivindicar la excelencia periodística, sustentada en la profesionalidad de los comunicadores y el cumplimento de su misión informativa, con lo que se estaría apoyando la democracia y combatiendo, entre otras cosas, las noticias falsas.
Movimiento, que necesariamente debe seguirse en México.

Osvaldo

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