Exhorta arzobispo de Chihuahua a los cristianos a transformar el mundo

Los conminó a no esperar una luz brillante que les reconforte ante los sufrimientos y la cruz de la vida

“Este es mi hijo amado, escúchenlo con el corazón”, fue la invitación que este II Domingo de Cuaresma, se extendió a la comunidad católica reunida en la Catedral Metropolitana de Chihuahua, como parte de la preparación hacia la Semana Santa.

Monseñor Constancio Miranda Weckmann, arzobispo de Chihuahua, exhortó a los católicos a no dejar que lo malo, lo feo y lo adverso los desaliente en la escucha y seguimiento de Jesús, “Estamos llamados a transformar y transfigurar al mundo en algo más hermoso, justo, habitable y divino”.

Este camino de Cuaresma es una llamada a seguir con mayor fidelidad a Jesucristo, quien entregó su vida al servicio de Dios y de los demás, esa entrega lo llevará a la cruz, por lo que este tiempo durante cada domingo se contempla su camino, donde se descubre el amor, la grandeza y la fuerza de Dios.

El jerarca de la Iglesia Católica hizo referencia al evangelio de este domingo que presenta la transfiguración de Jesús en el monte Tabor, donde Jesús y tres de sus apóstoles - Pedro, Santiago y Juan- se van a orar al monte donde sus vestiduras se volvieron resplandecientes, esplendorosamente blancas, entonces los profetas Moisés y Elías aparecen conversando con Jesús.
Una nube los envolvió y de ella salió la voz de Dios que les dijo: Este es mi hijo amado, escúchenlo.

“El Señor nos invita a dejarnos conducir por Jesús, que nos quiere llevar al monte donde aparece la presencia de Dios, nos quiere abrir los ojos para que podamos contemplar la gloria de su hijo, pero sobre todo a estar atentos a lo que nos quiere decir”.

Los invitó a no caer en la tentación de quedarse en lo bueno y lo agradable, sino a que abran su corazón para escuchar la palabra de Dios y se animen a ir por el camino del bien y la verdad.

Los conminó a no esperar una luz brillante que les reconforte ante los sufrimientos y la cruz de la vida, pues hay muchas situaciones malas y desagradables, como son los indígenas maltratados, los niños de la calle, los adultos empobrecidos o que viven en la soledad, problemas familiares, enfermedades incurables que aquejan, la violencia, entre otras.

Señaló que la fe pide que descubran la presencia de Dios en lo bueno, entre ello mencionó a las familias unidas, a la generosidad, la solidaridad de quienes piensan en los demás y hacen una obra social, a quien hace caridad y a quienes logran perdonar de corazón.

Los católicos oraron para que la Virgen María les acompañe en su caminar hacia el monte donde está Dios, siempre siguiendo las huellas de su hijo amado.

“Este es mi hijo amado, escúchenlo con el corazón”, fue la invitación que este II Domingo de Cuaresma, se extendió a la comunidad católica reunida en la Catedral Metropolitana de Chihuahua, como parte de la preparación hacia la Semana Santa.

Monseñor Constancio Miranda Weckmann, arzobispo de Chihuahua, exhortó a los católicos a no dejar que lo malo, lo feo y lo adverso los desaliente en la escucha y seguimiento de Jesús, “Estamos llamados a transformar y transfigurar al mundo en algo más hermoso, justo, habitable y divino”.

Este camino de Cuaresma es una llamada a seguir con mayor fidelidad a Jesucristo, quien entregó su vida al servicio de Dios y de los demás, esa entrega lo llevará a la cruz, por lo que este tiempo durante cada domingo se contempla su camino, donde se descubre el amor, la grandeza y la fuerza de Dios.

El jerarca de la Iglesia Católica hizo referencia al evangelio de este domingo que presenta la transfiguración de Jesús en el monte Tabor, donde Jesús y tres de sus apóstoles - Pedro, Santiago y Juan- se van a orar al monte donde sus vestiduras se volvieron resplandecientes, esplendorosamente blancas, entonces los profetas Moisés y Elías aparecen conversando con Jesús.
Una nube los envolvió y de ella salió la voz de Dios que les dijo: Este es mi hijo amado, escúchenlo.

“El Señor nos invita a dejarnos conducir por Jesús, que nos quiere llevar al monte donde aparece la presencia de Dios, nos quiere abrir los ojos para que podamos contemplar la gloria de su hijo, pero sobre todo a estar atentos a lo que nos quiere decir”.

Los invitó a no caer en la tentación de quedarse en lo bueno y lo agradable, sino a que abran su corazón para escuchar la palabra de Dios y se animen a ir por el camino del bien y la verdad.

Los conminó a no esperar una luz brillante que les reconforte ante los sufrimientos y la cruz de la vida, pues hay muchas situaciones malas y desagradables, como son los indígenas maltratados, los niños de la calle, los adultos empobrecidos o que viven en la soledad, problemas familiares, enfermedades incurables que aquejan, la violencia, entre otras.

Señaló que la fe pide que descubran la presencia de Dios en lo bueno, entre ello mencionó a las familias unidas, a la generosidad, la solidaridad de quienes piensan en los demás y hacen una obra social, a quien hace caridad y a quienes logran perdonar de corazón.

Los católicos oraron para que la Virgen María les acompañe en su caminar hacia el monte donde está Dios, siempre siguiendo las huellas de su hijo amado.

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