Empresas de Chihuahua: El Heraldo cumple 96 años de existencia | Primera parte

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Crónicas Urbanas de Chihuahua

Pronto, la empresa periodística El Heraldo de Chihuahua, mi casa de muchos años, cumplirá 96 años de existencia y es para mí un verdadero privilegio poder escribir estas líneas haciendo un reconocimiento a un periódico que ha informado a Chihuahua y el mundo durante 96 años, pero, además, es también un honor ser parte de este medio de comunicación que me ha abierto sus puertas durante casi dos décadas.
Felicito a su amplio equipo de profesionales que día a día hacen posible que El Heraldo de Chihuahua aparezca en cada uno de los rincones de la ciudad de Chihuahua y más allá de sus fronteras, por ello, recordamos con cariño la evolución del periódico en la ciudad.

En los tiempos de la Revolución Mexicana, muchas familias se habían cubierto con la sombra de la miseria y enfermedad, aunque en contraste con otras aún pudientes, se reponían del enorme golpe que habían sufrido por culpa de la guerra al ser despojadas de inmensas propiedades como castigo a una larga tradición de explotación y vejación.
En toda esa época de calamidades, también había indicios de cosas distintas, de aquellas que harían la diferencia a lo largo de los años venideros donde los acontecimientos de ese Chihuahua que buscaba su pacificación, encontrarían un medio que anunciaría a sus habitantes las noticias más sobresalientes ocurridas en esta tierra arenosa y sedienta.
Algo nuevo llegaría a Chihuahua aún y con toda la posible competencia que existía en ese tiempo de medios de comunicación.

Los años darían justicia a un nuevo periódico, uno que llevaría el nombre de “mensajero”, aquel que anunciaría lo que sucedería en Chihuahua y fue así que, “El Heraldo de Chihuahua” sería fundado por don Alberto Ruiz Sandoval, quien asomaría por primera vez sus notas periodísticas en el verano de 1927.
Era el día 14 de julio, cuando el sol se tornaba muy caliente en medio de la miseria y del conflicto pos revolucionario, cuando el caldo de cultivo de otra guerra, la “Cristera” amenazaba la estabilidad en México y el estado de Chihuahua, la cual llegaba a un punto tenso que auguraba muerte y desgracia en la precaria vida chihuahuense, con un cúmulo de problemas y eventos que se suscitaban a diario, don Alberto Ruiz Sandoval sentía que su proyecto era toda una realidad y buscaría que su producto perdurara por muchos años.
Fue así que de las entrañas de la antiquísima imprenta que tenía, salía el primer ejemplar para ser mostrado a todos los que colaboraban en el precario periódico.
Con todo y eso, el novedoso órgano informativo se alzaría para pelear el mercado de la noticia; no aparecía diariamente de inicio, como para agarrar fuerza, empezó a circular tres veces por semana en la tarde y cuando aparecían, los “gritones” aquellos niños voceadores con toda fuerza anunciaban a partir de las 12 horas, la aparición de “¡El Heraldo, El Heraldo!, llévelo y conocerá todo lo que sucede en nuestra ciudad y el país”.
Al llamado de los niños, la población acababa con la edición, por lo que pasarían cuatro o cinco meses para que “El Heraldo de Chihuahua” dejara de ser tan sólo un periódico vespertino, sino matutino, luchando por sobrevivir, debido a la fuerte competencia de dos periódicos que ya tenían arraigo en la ciudad, los cuales eran: “El Correo de Chihuahua” de don Silvestre Terrazas y “La Voz de Chihuahua” de José Reyes Estrada, que tenían en parte acaparado el mercado de la noticia.

Un año después, el 18 de julio de 1928, ya se había convertido en el periódico líder en la ciudad de Chihuahua y en otras regiones del estado; sus oficinas estaban ubicadas inicialmente en la calle Aldama y 13a.
, sin embargo, surgieron eventos intempestivos como el extraordinario esfuerzo y actividades desarrolladas no sólo por su director, sino también en forma valiosa por todos los elementos que participarían en los diferentes departamentos, entre los que destacaron Gilberto E.
Tapia, Rodolfo Fuentes López, Luis M.
Trillo, los hermanos Bustamante y José Guadalupe Sosa en el taller y otros muchos que, aunque ingresaron cuando la vida del periódico ya estaba asegurada, contribuyeron de manera eficiente para que “El Heraldo de Chihuahua” empezara a tener una posición más desahogada en el mercado periodístico.

Muchas personas empezaron a visitar la Redacción y los talleres de la casa editora, escuelas, jardines de niños, obreros, deportistas, policías y gente del pueblo con el solo fin, de conocer las actividades que se desarrollaban a diario o bien, iban a las oficinas a poner alguna denuncia en contra de los abusos del poder, sí, estaba abierto para el pueblo, pues era un periódico del mismísimo pueblo, ya que sus raíces surgieron de los dolores de una sociedad que se quería olvidar de sus tragedias.
Otros visitantes fueron famosos y distinguidos actores como Cantinflas, quien dio muestras de alegría al posar para las cámaras del matutino más importante de la ciudad: “Me siento complacido -decía Cantinflas- de estar en la ciudad de Chihuahua y además, compartir con esta casa momentos especiales y reconocer el prestigio de este medio de comunicación de gran importancia para la vida de norte de México”.
Tiempo después, vendría a las instalaciones de esta casa editora la famosa niña de los “Ricos también lloran”, Chachita, quien desde que entró se emocionó tanto con las máquinas del periódico que se sentó a “tipear” algunas notas de su estancia en Chihuahua: “Me emociona la idea de estar con ustedes, siento gran complacencia de haber sido recibida por gente tan hospitalaria como lo es la de Chihuahua”.
Se podrían contar otros, como: David Silva, Pedro Infante, los hermanos Soler y muchos más, incluyendo a importantes políticos como senadores, diputados, gobernadores y funcionarios de todos los niveles.

Ya cuando El Heraldo estaba en su décimo octavo año (1945), fue adquirido por el coronel don José García Valseca, recibiendo así un impulso eficiente no sólo por el aspecto económico, sino que se mejoraría en sus servicios, procediendo luego a dotarle de información nacional y extranjera de las más prestigiadas agencias noticiosas, así como servicios gráficos que llevaron a esta publicación a la altura en la que ahora se encuentra, que a no dudarlo, se destaca en los primeros lugares entre los periódicos que existían en el norte de la República Mexicana.
El Heraldo sería un eslabón de la cadena de periódicos “García Valseca”.
En esa época, para ser más precisos en 1947, surgiría una nueva competencia para este diario con la aparición de “El Tribuna”, que fuera financiado por algunos banqueros y cuya dirección estaría en manos del señor Luis Fuentes Saucedo.
Sin embargo, el arraigo de El Heraldo era tan firme que el nuevo periódico a pesar de sus enormes fuentes económicas que lo respaldaron, no logró llegar siquiera a la mitad del tiraje del primero, muriendo “El Tribuna” en 1953, cuando Fuentes Saucedo había dejado la dirección del mismo y El Tribuna sufriría un terrible incendio.
Un año más tarde, nacería otro periódico en Chihuahua y que también sería fuerte competencia y en 1954, nacería “El Norte de Chihuahua”, fundado por el ex director de Tribuna don Luis Fuentes Saucedo, sobrepasando su tiraje de 20 mil ejemplares a principios de 1955, aunque no logró sostenerlo.
El Heraldo, siguió dando la batalla manteniendo su fuerte tiraje diario.
En los últimos años de El Norte, el tiraje llegó hasta los 1,000 ejemplares, de los cuales sólo se vendía la cuarta parte, muriendo a principios de los años noventa en el siglo pasado.

El tiempo seguía su marcha y fue entonces que el reconocimiento de la sociedad hacia El Heraldo era evidente, pues se incrementaba su tiraje de manera importante, lo que exigía que la empresa creciera y se buscara una nueva casa.
Fue entonces que el mismo periódico anunciaría en el fresco día del domingo 16 de septiembre de 1956 por acuerdo del coronel don José García Valseca, director y propietario de la cadena de periódicos “García Valseca”, fuera colocada la primera piedra de lo que sería su nuevo edificio, un local más amplio que respondería a las exigencias de la creciente empresa periodística.
En ese evento se habían dado cita dos altos representantes del progreso chihuahuense, se trataba de los acaudalados señores don Eloy S.
Vallina, el general don Antonio Guerrero y el mismísimo antiguo dueño don Alberto Ruiz Sandoval, este último, a quien se le había ocurrido la idea de haber fundado el 14 de julio de 1927 uno de los diarios con mayor fuerza en el estado de Chihuahua y que veía y sentía con entusiasmo el fruto de ese enorme esfuerzo…Esta crónica continuará.

“Empresas de Chihuahua: El Heraldo cumple 96 años de existencia”, forman parte de los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua.
Si desea la colección de libros “Los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua”, tomos del I al XIII, adquiéralos en Librería Kosmos (Josué Neri Santos No.
111) y si está interesado en los libros, mande un WhatsApp al 614 148 85 03 y con gusto le brindamos información.

FUENTES.

Heraldo de Chihuahua, 1927, 1928, 1930, 1941, 1950, 1955, 1956, 1957, 1979 y 1994, 2007 y 2009.

Crónicas Urbanas de Chihuahua

Pronto, la empresa periodística El Heraldo de Chihuahua, mi casa de muchos años, cumplirá 96 años de existencia y es para mí un verdadero privilegio poder escribir estas líneas haciendo un reconocimiento a un periódico que ha informado a Chihuahua y el mundo durante 96 años, pero, además, es también un honor ser parte de este medio de comunicación que me ha abierto sus puertas durante casi dos décadas.
Felicito a su amplio equipo de profesionales que día a día hacen posible que El Heraldo de Chihuahua aparezca en cada uno de los rincones de la ciudad de Chihuahua y más allá de sus fronteras, por ello, recordamos con cariño la evolución del periódico en la ciudad.

En los tiempos de la Revolución Mexicana, muchas familias se habían cubierto con la sombra de la miseria y enfermedad, aunque en contraste con otras aún pudientes, se reponían del enorme golpe que habían sufrido por culpa de la guerra al ser despojadas de inmensas propiedades como castigo a una larga tradición de explotación y vejación.
En toda esa época de calamidades, también había indicios de cosas distintas, de aquellas que harían la diferencia a lo largo de los años venideros donde los acontecimientos de ese Chihuahua que buscaba su pacificación, encontrarían un medio que anunciaría a sus habitantes las noticias más sobresalientes ocurridas en esta tierra arenosa y sedienta.
Algo nuevo llegaría a Chihuahua aún y con toda la posible competencia que existía en ese tiempo de medios de comunicación.

Los años darían justicia a un nuevo periódico, uno que llevaría el nombre de “mensajero”, aquel que anunciaría lo que sucedería en Chihuahua y fue así que, “El Heraldo de Chihuahua” sería fundado por don Alberto Ruiz Sandoval, quien asomaría por primera vez sus notas periodísticas en el verano de 1927.
Era el día 14 de julio, cuando el sol se tornaba muy caliente en medio de la miseria y del conflicto pos revolucionario, cuando el caldo de cultivo de otra guerra, la “Cristera” amenazaba la estabilidad en México y el estado de Chihuahua, la cual llegaba a un punto tenso que auguraba muerte y desgracia en la precaria vida chihuahuense, con un cúmulo de problemas y eventos que se suscitaban a diario, don Alberto Ruiz Sandoval sentía que su proyecto era toda una realidad y buscaría que su producto perdurara por muchos años.
Fue así que de las entrañas de la antiquísima imprenta que tenía, salía el primer ejemplar para ser mostrado a todos los que colaboraban en el precario periódico.
Con todo y eso, el novedoso órgano informativo se alzaría para pelear el mercado de la noticia; no aparecía diariamente de inicio, como para agarrar fuerza, empezó a circular tres veces por semana en la tarde y cuando aparecían, los “gritones” aquellos niños voceadores con toda fuerza anunciaban a partir de las 12 horas, la aparición de “¡El Heraldo, El Heraldo!, llévelo y conocerá todo lo que sucede en nuestra ciudad y el país”.
Al llamado de los niños, la población acababa con la edición, por lo que pasarían cuatro o cinco meses para que “El Heraldo de Chihuahua” dejara de ser tan sólo un periódico vespertino, sino matutino, luchando por sobrevivir, debido a la fuerte competencia de dos periódicos que ya tenían arraigo en la ciudad, los cuales eran: “El Correo de Chihuahua” de don Silvestre Terrazas y “La Voz de Chihuahua” de José Reyes Estrada, que tenían en parte acaparado el mercado de la noticia.

Un año después, el 18 de julio de 1928, ya se había convertido en el periódico líder en la ciudad de Chihuahua y en otras regiones del estado; sus oficinas estaban ubicadas inicialmente en la calle Aldama y 13a.
, sin embargo, surgieron eventos intempestivos como el extraordinario esfuerzo y actividades desarrolladas no sólo por su director, sino también en forma valiosa por todos los elementos que participarían en los diferentes departamentos, entre los que destacaron Gilberto E.
Tapia, Rodolfo Fuentes López, Luis M.
Trillo, los hermanos Bustamante y José Guadalupe Sosa en el taller y otros muchos que, aunque ingresaron cuando la vida del periódico ya estaba asegurada, contribuyeron de manera eficiente para que “El Heraldo de Chihuahua” empezara a tener una posición más desahogada en el mercado periodístico.

Muchas personas empezaron a visitar la Redacción y los talleres de la casa editora, escuelas, jardines de niños, obreros, deportistas, policías y gente del pueblo con el solo fin, de conocer las actividades que se desarrollaban a diario o bien, iban a las oficinas a poner alguna denuncia en contra de los abusos del poder, sí, estaba abierto para el pueblo, pues era un periódico del mismísimo pueblo, ya que sus raíces surgieron de los dolores de una sociedad que se quería olvidar de sus tragedias.
Otros visitantes fueron famosos y distinguidos actores como Cantinflas, quien dio muestras de alegría al posar para las cámaras del matutino más importante de la ciudad: “Me siento complacido -decía Cantinflas- de estar en la ciudad de Chihuahua y además, compartir con esta casa momentos especiales y reconocer el prestigio de este medio de comunicación de gran importancia para la vida de norte de México”.
Tiempo después, vendría a las instalaciones de esta casa editora la famosa niña de los “Ricos también lloran”, Chachita, quien desde que entró se emocionó tanto con las máquinas del periódico que se sentó a “tipear” algunas notas de su estancia en Chihuahua: “Me emociona la idea de estar con ustedes, siento gran complacencia de haber sido recibida por gente tan hospitalaria como lo es la de Chihuahua”.
Se podrían contar otros, como: David Silva, Pedro Infante, los hermanos Soler y muchos más, incluyendo a importantes políticos como senadores, diputados, gobernadores y funcionarios de todos los niveles.

Ya cuando El Heraldo estaba en su décimo octavo año (1945), fue adquirido por el coronel don José García Valseca, recibiendo así un impulso eficiente no sólo por el aspecto económico, sino que se mejoraría en sus servicios, procediendo luego a dotarle de información nacional y extranjera de las más prestigiadas agencias noticiosas, así como servicios gráficos que llevaron a esta publicación a la altura en la que ahora se encuentra, que a no dudarlo, se destaca en los primeros lugares entre los periódicos que existían en el norte de la República Mexicana.
El Heraldo sería un eslabón de la cadena de periódicos “García Valseca”.
En esa época, para ser más precisos en 1947, surgiría una nueva competencia para este diario con la aparición de “El Tribuna”, que fuera financiado por algunos banqueros y cuya dirección estaría en manos del señor Luis Fuentes Saucedo.
Sin embargo, el arraigo de El Heraldo era tan firme que el nuevo periódico a pesar de sus enormes fuentes económicas que lo respaldaron, no logró llegar siquiera a la mitad del tiraje del primero, muriendo “El Tribuna” en 1953, cuando Fuentes Saucedo había dejado la dirección del mismo y El Tribuna sufriría un terrible incendio.
Un año más tarde, nacería otro periódico en Chihuahua y que también sería fuerte competencia y en 1954, nacería “El Norte de Chihuahua”, fundado por el ex director de Tribuna don Luis Fuentes Saucedo, sobrepasando su tiraje de 20 mil ejemplares a principios de 1955, aunque no logró sostenerlo.
El Heraldo, siguió dando la batalla manteniendo su fuerte tiraje diario.
En los últimos años de El Norte, el tiraje llegó hasta los 1,000 ejemplares, de los cuales sólo se vendía la cuarta parte, muriendo a principios de los años noventa en el siglo pasado.

El tiempo seguía su marcha y fue entonces que el reconocimiento de la sociedad hacia El Heraldo era evidente, pues se incrementaba su tiraje de manera importante, lo que exigía que la empresa creciera y se buscara una nueva casa.
Fue entonces que el mismo periódico anunciaría en el fresco día del domingo 16 de septiembre de 1956 por acuerdo del coronel don José García Valseca, director y propietario de la cadena de periódicos “García Valseca”, fuera colocada la primera piedra de lo que sería su nuevo edificio, un local más amplio que respondería a las exigencias de la creciente empresa periodística.
En ese evento se habían dado cita dos altos representantes del progreso chihuahuense, se trataba de los acaudalados señores don Eloy S.
Vallina, el general don Antonio Guerrero y el mismísimo antiguo dueño don Alberto Ruiz Sandoval, este último, a quien se le había ocurrido la idea de haber fundado el 14 de julio de 1927 uno de los diarios con mayor fuerza en el estado de Chihuahua y que veía y sentía con entusiasmo el fruto de ese enorme esfuerzo…Esta crónica continuará.

“Empresas de Chihuahua: El Heraldo cumple 96 años de existencia”, forman parte de los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua.
Si desea la colección de libros “Los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua”, tomos del I al XIII, adquiéralos en Librería Kosmos (Josué Neri Santos No.
111) y si está interesado en los libros, mande un WhatsApp al 614 148 85 03 y con gusto le brindamos información.

FUENTES.

Heraldo de Chihuahua, 1927, 1928, 1930, 1941, 1950, 1955, 1956, 1957, 1979 y 1994, 2007 y 2009.

Osvaldo

Cartones

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