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Por: Mario Mata Carrasco
Siguiendo con el documento de la UNESCO, podemos analizar en él cómo conceptualizar de la mejor manera, el valor del agua, sobre todo en regiones como la nuestra, Chihuahua, donde hay una escasez de la misma y que cada año su demanda crece sustantivamente, lo cual al depender del agua subterránea, proveniente de acuíferos sobreexplotados; (42 de los 61, con uno totalmente agotado), nos lleva directamente al “día cero”, hasta que logremos el equilibrio hídrico, las recargas iguales o mayores a las extracciones.
“El estado actual de los recursos hídricos pone de relieve la necesidad de mejorar su gestión.
Reconocer, medir y expresar el valor del agua, e incorporarlo a la toma de decisiones es fundamental para lograr una gestión sostenible y equitativa de los recursos hídricos y para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda para el Desarrollo Sostenible de 2030 de las Naciones Unidas”.
El valor del agua tiene muchas formas de ser medido.
Es diferente cuando se trata de cumplir el derecho humano al agua (acceso universal), que es el uso doméstico, que cuando hablamos del uso público urbano (parques, jardines, limpieza de infraestructura), que cuando ya es para uso comercial o industrial.
Mucho más cuando se usa como insumo; minas, cerveceras, refresqueras y sobre todo en la actividad agropecuaria, que es la que más consume a nivel mundial.
Entre el 70% y el 80%, dependiendo del país y de las técnicas utilizadas.
Además ¿Qué valor se le puede poner para mantener el equilibrio ecológico.
La mayoría de la gente confunde el derecho humano al agua potable y saneamiento, con el no pagar por este anterior servicio, incluso la legislación actual lo dice claramente; en forma “accesible”, en la casa y “asequible”, que pueda y se realice el pagarse.
Sería imposible el aspirar a una cobertura al 100% en cantidad, calidad y regularidad, si no hay recursos para la infraestructura y operación de los Organismos Operadores que se encarguen de la gestión del agua.
Cuando en alguna región falta agua, hubo una mala gestión y administración de la misma.
“También existen diferentes métodos para calcular el valor y diferentes métricas para expresarlo.
Existen diferencias en la forma de valorar el agua entre los grupos de partes interesadas, y al mismo tiempo dentro de los mismos grupos.
Dichas perspectivas divergentes sobre el valor del agua y la mejor manera de calcularlo y expresarlo, junto con el conocimiento limitado del recurso real, presentan un panorama desafiante para una rápida mejoría del valor del agua“.
Lo importante es que el valor del agua siempre sea comprendido por quienes la utilizamos, para que podamos darle la importancia necesaria para cuidarla y siempre estar optimizando todo el ciclo que corresponde a nosotros, la humanidad, porque al final de cuenta somos nosotros los que hemos interrumpido el ciclo hidrológico; el consumirla acelerando su regreso al mar y cuando la regresamos lleva contaminantes que nos inutiliza muchos cuerpos de agua y afectando el entorno ecológico.
La buena gobernanza del agua nos enseña que la optimización en su uso y un buen tratamiento ayuda a evitar la debacle que pueda darse en el mundo.
Por: Mario Mata Carrasco
Siguiendo con el documento de la UNESCO, podemos analizar en él cómo conceptualizar de la mejor manera, el valor del agua, sobre todo en regiones como la nuestra, Chihuahua, donde hay una escasez de la misma y que cada año su demanda crece sustantivamente, lo cual al depender del agua subterránea, proveniente de acuíferos sobreexplotados; (42 de los 61, con uno totalmente agotado), nos lleva directamente al “día cero”, hasta que logremos el equilibrio hídrico, las recargas iguales o mayores a las extracciones.
“El estado actual de los recursos hídricos pone de relieve la necesidad de mejorar su gestión.
Reconocer, medir y expresar el valor del agua, e incorporarlo a la toma de decisiones es fundamental para lograr una gestión sostenible y equitativa de los recursos hídricos y para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda para el Desarrollo Sostenible de 2030 de las Naciones Unidas”.
El valor del agua tiene muchas formas de ser medido.
Es diferente cuando se trata de cumplir el derecho humano al agua (acceso universal), que es el uso doméstico, que cuando hablamos del uso público urbano (parques, jardines, limpieza de infraestructura), que cuando ya es para uso comercial o industrial.
Mucho más cuando se usa como insumo; minas, cerveceras, refresqueras y sobre todo en la actividad agropecuaria, que es la que más consume a nivel mundial.
Entre el 70% y el 80%, dependiendo del país y de las técnicas utilizadas.
Además ¿Qué valor se le puede poner para mantener el equilibrio ecológico.
La mayoría de la gente confunde el derecho humano al agua potable y saneamiento, con el no pagar por este anterior servicio, incluso la legislación actual lo dice claramente; en forma “accesible”, en la casa y “asequible”, que pueda y se realice el pagarse.
Sería imposible el aspirar a una cobertura al 100% en cantidad, calidad y regularidad, si no hay recursos para la infraestructura y operación de los Organismos Operadores que se encarguen de la gestión del agua.
Cuando en alguna región falta agua, hubo una mala gestión y administración de la misma.
“También existen diferentes métodos para calcular el valor y diferentes métricas para expresarlo.
Existen diferencias en la forma de valorar el agua entre los grupos de partes interesadas, y al mismo tiempo dentro de los mismos grupos.
Dichas perspectivas divergentes sobre el valor del agua y la mejor manera de calcularlo y expresarlo, junto con el conocimiento limitado del recurso real, presentan un panorama desafiante para una rápida mejoría del valor del agua“.
Lo importante es que el valor del agua siempre sea comprendido por quienes la utilizamos, para que podamos darle la importancia necesaria para cuidarla y siempre estar optimizando todo el ciclo que corresponde a nosotros, la humanidad, porque al final de cuenta somos nosotros los que hemos interrumpido el ciclo hidrológico; el consumirla acelerando su regreso al mar y cuando la regresamos lleva contaminantes que nos inutiliza muchos cuerpos de agua y afectando el entorno ecológico.
La buena gobernanza del agua nos enseña que la optimización en su uso y un buen tratamiento ayuda a evitar la debacle que pueda darse en el mundo.
Osvaldo
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