El padre del Quevedismo: La herencia oscura del poder político en Casas Grandes 

Al ser nombrado alcalde de Casas Grandes y de acuerdo a las actas de cabildo de 1890 a 1903 jefe político sugería constantemente aumentos salariales, así nacieron un montón de “nuevos ricos”

José Quevedo nació en Casas Grandes en 1863, heredó de su padre el temple empresarial.
Quevedo fue nombrado jefe político y presidente de Casas Grandes en 1890, esto lo llevó a la cúspide del poder en el noroeste del estado de Chihuahua.
Como gran ejemplo de la habilidad política de José Quevedo, exponemos el acta de Cabildo del día 12 de octubre de 1898 de Casas Grandes que, bajo extrañas circunstancias, en una sesión extraordinaria en el salón del honorable ayuntamiento, se dio cita al señor gobernador del estado, el coronel Miguel Ahumada, en donde con unanimidad por petición del jefe político José Quevedo fue nombrado por un día como “presidente municipal” el señor gobernador Miguel Ahumada.

Después de ese gesto exagerado, el jefe político José Quevedo toma la palabra y hace mención del peligro que implica que se creé un nuevo municipio a las orillas de la recién construida estación del ferrocarril de la línea del Pacífico (en lo que hoy es el actual municipio de Nuevo Casas Grandes) a 7 kilómetros de distancia de la cabecera de distrito, por lo cual le solicitó al ahora presidente municipal y gobernador del estado — quien gustoso había aceptado el cargo— le proporcionará al municipio los medios necesarios para la construcción de un puente que atravesara el río Casas Grandes, una extensión de vías para que partiera un tranvía de la estación del ferrocarril y con esto facilitar el desplazamiento de la población, reafirmando el control y poder de la cabecera de distrito; también se menciona que las líneas de telégrafo estuvieran conectadas con la estación y que exentara al distrito y al municipio de Casas Grandes de todo tipo de impuesto durante 5 años.

El coronel Ahumada “otorgó su sí” y cumplió con todos los requerimientos del señor Quevedo, quedando solamente inconcluso el proyecto del tranvía que jamás se ejecutaría, por lo cual, 25 años después en 1923, se realiza la municipalización de Nuevo Casas Grandes, tal como el señor Quevedo lo había anticipado.

En las actas de Cabildo de 1890 a 1903 es imposible no notar los incrementos salariales que el jefe político sugería al honorable Cabildo, quienes aprobaban todo lo que el proponía, con lo cual se constituyó en esos años una política de amigos, donde, de la noche a la mañana aparecían nuevos ricos: los amigos de los Quevedo.

José Quevedo, comenzaría desde el principio de su administración el proceso de construcción del poder personal casi teatral desde sus inicios despertando el miedo en sus adversarios políticos.
Por breves instantes permitió que su compadre, Mapula, tomara el poder, sin embargo, Quevedo siempre volvía después de terminar sus asuntos privados, pero, durante 13 años y aún después de ese periodo, seguía teniendo mucha injerencia en los temas políticos y económicos.

La desigualdad social comenzaba a notarse con la aparición del “Periódico Regeneración” de los hermanos Flores Magón, lo cual representó un presagio para Quevedo, quien instruyó a sus hijos para que se plagaran de las ideas magonistas.

El ojo crítico que poseía José Quevedo le permitió notar las profundas e irreparables grietas del régimen porfirista, es ahí cuando sugirió a sus hijos dedicarse a otras labores más estables fuera del porfiriato, así ellos, congeniando con las ideas revolucionarias de Práxedis G.
Guerrero y siguiendo el abrumador consejo de su padre, emprendieron su carrera revolucionaria.
Mientras que el padre de estos revolucionarios perdía poder, sus hijos y hermano Silvestre Quevedo ascendían con gran rapidez.

A finales de la Revolución, alcanzaran altos puestos públicos, dando paso a la oscura herencia del hijo predilecto de Casas Grandes: José Quevedo para el estado de Chihuahua, sus 12 hijos entre los que destacan el que sería gobernador del estado de Chihuahua durante el cuatrienio del 04 de octubre de 1932 al 3 de octubre de 1936, el general Rodrigo M.
Quevedo y su hijo menor José Quevedo Jr.
, quien fue presidente municipal de Ciudad Juárez, y otros parientes quienes serían los futuros protagonistas de la vida pública y política del estado grande.

José Quevedo nació en Casas Grandes en 1863, heredó de su padre el temple empresarial.
Quevedo fue nombrado jefe político y presidente de Casas Grandes en 1890, esto lo llevó a la cúspide del poder en el noroeste del estado de Chihuahua.
Como gran ejemplo de la habilidad política de José Quevedo, exponemos el acta de Cabildo del día 12 de octubre de 1898 de Casas Grandes que, bajo extrañas circunstancias, en una sesión extraordinaria en el salón del honorable ayuntamiento, se dio cita al señor gobernador del estado, el coronel Miguel Ahumada, en donde con unanimidad por petición del jefe político José Quevedo fue nombrado por un día como “presidente municipal” el señor gobernador Miguel Ahumada.

Después de ese gesto exagerado, el jefe político José Quevedo toma la palabra y hace mención del peligro que implica que se creé un nuevo municipio a las orillas de la recién construida estación del ferrocarril de la línea del Pacífico (en lo que hoy es el actual municipio de Nuevo Casas Grandes) a 7 kilómetros de distancia de la cabecera de distrito, por lo cual le solicitó al ahora presidente municipal y gobernador del estado — quien gustoso había aceptado el cargo— le proporcionará al municipio los medios necesarios para la construcción de un puente que atravesara el río Casas Grandes, una extensión de vías para que partiera un tranvía de la estación del ferrocarril y con esto facilitar el desplazamiento de la población, reafirmando el control y poder de la cabecera de distrito; también se menciona que las líneas de telégrafo estuvieran conectadas con la estación y que exentara al distrito y al municipio de Casas Grandes de todo tipo de impuesto durante 5 años.

El coronel Ahumada “otorgó su sí” y cumplió con todos los requerimientos del señor Quevedo, quedando solamente inconcluso el proyecto del tranvía que jamás se ejecutaría, por lo cual, 25 años después en 1923, se realiza la municipalización de Nuevo Casas Grandes, tal como el señor Quevedo lo había anticipado.

En las actas de Cabildo de 1890 a 1903 es imposible no notar los incrementos salariales que el jefe político sugería al honorable Cabildo, quienes aprobaban todo lo que el proponía, con lo cual se constituyó en esos años una política de amigos, donde, de la noche a la mañana aparecían nuevos ricos: los amigos de los Quevedo.

José Quevedo, comenzaría desde el principio de su administración el proceso de construcción del poder personal casi teatral desde sus inicios despertando el miedo en sus adversarios políticos.
Por breves instantes permitió que su compadre, Mapula, tomara el poder, sin embargo, Quevedo siempre volvía después de terminar sus asuntos privados, pero, durante 13 años y aún después de ese periodo, seguía teniendo mucha injerencia en los temas políticos y económicos.

La desigualdad social comenzaba a notarse con la aparición del “Periódico Regeneración” de los hermanos Flores Magón, lo cual representó un presagio para Quevedo, quien instruyó a sus hijos para que se plagaran de las ideas magonistas.

El ojo crítico que poseía José Quevedo le permitió notar las profundas e irreparables grietas del régimen porfirista, es ahí cuando sugirió a sus hijos dedicarse a otras labores más estables fuera del porfiriato, así ellos, congeniando con las ideas revolucionarias de Práxedis G.
Guerrero y siguiendo el abrumador consejo de su padre, emprendieron su carrera revolucionaria.
Mientras que el padre de estos revolucionarios perdía poder, sus hijos y hermano Silvestre Quevedo ascendían con gran rapidez.

A finales de la Revolución, alcanzaran altos puestos públicos, dando paso a la oscura herencia del hijo predilecto de Casas Grandes: José Quevedo para el estado de Chihuahua, sus 12 hijos entre los que destacan el que sería gobernador del estado de Chihuahua durante el cuatrienio del 04 de octubre de 1932 al 3 de octubre de 1936, el general Rodrigo M.
Quevedo y su hijo menor José Quevedo Jr.
, quien fue presidente municipal de Ciudad Juárez, y otros parientes quienes serían los futuros protagonistas de la vida pública y política del estado grande.

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