Economía verde, una transición justa para nuestro futuro

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El estado de Chihuahua está viviendo una de etapas más complicadas en materia ambiental, los presentes registros de olas de calor extremas que registran temperaturas de casi 40 grados, han ocasionado una alteración importante en los sectores productivos, y socioeconómicos a lo ancho del territorio.

Estos efectos no han sido ajenos en otras latitudes, que están sufriendo los mismos estragos, como lo es el caso de Chile, que, en plena temporada invernal, ha alcanzado los 39 grados, lo mismo está sucediendo en España y China, con 45 grados, además de que, a finales de julio, Estados Unidos tuvo un récord histórico de 55 grados en el desierto del sur del país.

Las consecuencias que está dejando esta ebullición global son drásticas, tanto para individuos como para la biodiversidad e incluso la economía de los países.

Es por ello y ante esto, que el esfuerzo de varios gobiernos alrededor del mundo, ha incursionado una mejor práctica gubernamental para contener, retrasar y hacer frente a dichos efectos climatológicos; la Economía Verde, la cual la misma ONU, dentro de su programa para el Medio Ambiente (PNUMA) define como “aquella economía que resulta en un mejor bienestar humano y equidad social, reduciendo significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas”.

Todas las alteraciones que se registran en materia medioambiental, son determinantes, para el bienestar futuro de las próximas generaciones, para la cual se debe accionar ya, estamos dejando un mundo con daños en los recursos naturales irreversibles, sin poca capacidad de regenerarse.

En el caso de Chihuahua, se está creando una inseguridad alimentaria y productiva, puesto que las altas temperaturas propician sequías cada vez más extensas, poniendo en riesgo al sector productivo y agrícola, de dónde emanan alimentos para la sociedad.

No solo eso, las altas temperaturas afectan la salud de los humanos, especialmente en niños y adultos mayores, los océanos cada vez son más impredecibles, ciclones, tormentas, granizadas; efectos que dañan o alteran el ciclo hídrico.

Por tanto, la Economía Verde, debe ser adoptada como una práctica continua en México, pues a través de ella se promueve cultura de bajo impacto ambiental desde el nivel personal hasta el industrial.
Ya que es importante llevar a cabo la transición a las energías verdes, para disminuir los gases efecto invernadero y con ello lograr cero emisiones, pues es una realidad que todo lo que como seres humanos demandamos requiere de energéticos, y lamentablemente todavía hay muchos países, incluyendo el nuestro, que les urge mejorar y disminuir la dependencia de combustibles fósiles.

Como podemos ver, la Economía Verde, no sólo considera el aspecto económico, también integra en sus objetivos el desarrollo sostenible, pues va más allá del medio ambiente, e incluye la mejora del bienestar social, mediante la creación de mecanismos que permitan el acceso a todo lo que hoy tenemos, pero con una visión de futuro para nuestras hijas e hijos.

Es decir, lograr adoptar un nuevo modelo de desarrollo económico que busca elevar la calidad de vida de las personas y proteger el medio ambiente, así como la conservación de los recursos naturales, la producción de alimentos y productos de manera sostenible.

Aunque esto, no es del agrado de muchos países que aún se rehúsan en adoptar la economía verde, pues el conflicto radica en que esto conlleva limitar su producción, y por ende, disminución de sus ingresos.

Aún y cuando representa una oportunidad para generar empleos con nuevos proyectos, como son: las energías renovables y limpias, turismo sostenible, así como considerar a su vez el tránsito hacia una movilidad más limpia en la ciudad, en dónde las urbes se piensen para el ciudadano y no para los automóviles, el desarrollo de la industria farmacéutica y agropecuaria.

Pese a ello, debemos considerar que a futuro no se contarán con las mismas condiciones, de ahí la importancia de generar mejores mecanismos de acción, con mejores tomas de decisiones, aunque esto implique transformar las economías y sociedades, asegurando que dicha evolución sea benéfica al medio ambiente, para la economía y para la sociedad, sólo así podremos llamar a la Economía Verde, una transición justa, pues, aunque suene trillado, debemos garantizar un mejor mundo para los que vienen.

Chihuahua tiene futuro y desde luego tiene futuro verde.

Maestro en Internacionalización del Desarrollo Local.
Diputado local

edgarpinond21@gmail.
com

El estado de Chihuahua está viviendo una de etapas más complicadas en materia ambiental, los presentes registros de olas de calor extremas que registran temperaturas de casi 40 grados, han ocasionado una alteración importante en los sectores productivos, y socioeconómicos a lo ancho del territorio.

Estos efectos no han sido ajenos en otras latitudes, que están sufriendo los mismos estragos, como lo es el caso de Chile, que, en plena temporada invernal, ha alcanzado los 39 grados, lo mismo está sucediendo en España y China, con 45 grados, además de que, a finales de julio, Estados Unidos tuvo un récord histórico de 55 grados en el desierto del sur del país.

Las consecuencias que está dejando esta ebullición global son drásticas, tanto para individuos como para la biodiversidad e incluso la economía de los países.

Es por ello y ante esto, que el esfuerzo de varios gobiernos alrededor del mundo, ha incursionado una mejor práctica gubernamental para contener, retrasar y hacer frente a dichos efectos climatológicos; la Economía Verde, la cual la misma ONU, dentro de su programa para el Medio Ambiente (PNUMA) define como “aquella economía que resulta en un mejor bienestar humano y equidad social, reduciendo significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas”.

Todas las alteraciones que se registran en materia medioambiental, son determinantes, para el bienestar futuro de las próximas generaciones, para la cual se debe accionar ya, estamos dejando un mundo con daños en los recursos naturales irreversibles, sin poca capacidad de regenerarse.

En el caso de Chihuahua, se está creando una inseguridad alimentaria y productiva, puesto que las altas temperaturas propician sequías cada vez más extensas, poniendo en riesgo al sector productivo y agrícola, de dónde emanan alimentos para la sociedad.

No solo eso, las altas temperaturas afectan la salud de los humanos, especialmente en niños y adultos mayores, los océanos cada vez son más impredecibles, ciclones, tormentas, granizadas; efectos que dañan o alteran el ciclo hídrico.

Por tanto, la Economía Verde, debe ser adoptada como una práctica continua en México, pues a través de ella se promueve cultura de bajo impacto ambiental desde el nivel personal hasta el industrial.
Ya que es importante llevar a cabo la transición a las energías verdes, para disminuir los gases efecto invernadero y con ello lograr cero emisiones, pues es una realidad que todo lo que como seres humanos demandamos requiere de energéticos, y lamentablemente todavía hay muchos países, incluyendo el nuestro, que les urge mejorar y disminuir la dependencia de combustibles fósiles.

Como podemos ver, la Economía Verde, no sólo considera el aspecto económico, también integra en sus objetivos el desarrollo sostenible, pues va más allá del medio ambiente, e incluye la mejora del bienestar social, mediante la creación de mecanismos que permitan el acceso a todo lo que hoy tenemos, pero con una visión de futuro para nuestras hijas e hijos.

Es decir, lograr adoptar un nuevo modelo de desarrollo económico que busca elevar la calidad de vida de las personas y proteger el medio ambiente, así como la conservación de los recursos naturales, la producción de alimentos y productos de manera sostenible.

Aunque esto, no es del agrado de muchos países que aún se rehúsan en adoptar la economía verde, pues el conflicto radica en que esto conlleva limitar su producción, y por ende, disminución de sus ingresos.

Aún y cuando representa una oportunidad para generar empleos con nuevos proyectos, como son: las energías renovables y limpias, turismo sostenible, así como considerar a su vez el tránsito hacia una movilidad más limpia en la ciudad, en dónde las urbes se piensen para el ciudadano y no para los automóviles, el desarrollo de la industria farmacéutica y agropecuaria.

Pese a ello, debemos considerar que a futuro no se contarán con las mismas condiciones, de ahí la importancia de generar mejores mecanismos de acción, con mejores tomas de decisiones, aunque esto implique transformar las economías y sociedades, asegurando que dicha evolución sea benéfica al medio ambiente, para la economía y para la sociedad, sólo así podremos llamar a la Economía Verde, una transición justa, pues, aunque suene trillado, debemos garantizar un mejor mundo para los que vienen.

Chihuahua tiene futuro y desde luego tiene futuro verde.

Maestro en Internacionalización del Desarrollo Local.
Diputado local

edgarpinond21@gmail.
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Colectivo por la Educación y la Infancia

vie Ago 25 , 2023
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