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El entretenimiento ha sido fundamental en la vida de la sociedad, es parte importante de nuestra existencia y cultura como Homo ludens que somos.
No obstante, estas formas de recreación han venido acompañadas con el desarrollo tecnológico, una de las más importantes ha sido el cine, que en poco más de un siglo se ha posicionado como una de las actividades más comunes de esparcimiento.
En México, a finales del siglo pasado empezaron a llegar los primeros filmes de los hermanos Lumière.
A partir de ese momento el cine tendría una importante presencia en todo el país, incluso en las zonas rurales.
En Parral, las primeras funciones de cine registradas se remontan a 1911, según información de Tesorería de octubre de ese año.
Las proyecciones se realizaban en el Teatro Hidalgo y en ellas se contrataba por 30 pesos un pianista que amenizaba los filmes, por otro lado, por la iluminación se solicitaba el apoyo por quince pesos a la empresa "Parral Electric and Water Company".
Antes de que se fundara el cine Alcázar, este local, que se encuentra a unos pasos de la Plaza Principal, en 1912 ya operaba como un “Cine Club”, el cual era organizado por los señores Leonardo García y Manuel F.
Gómez.
El espacio donde se proyectaban las películas era una sala, en la cual hasta la misma ciudadanía llevaba sus propias sillas.
Tanto en el Teatro Hidalgo como en el Cine Alcázar, se dieron las primeras funciones de cine en nuestra ciudad, incluso ambos recintos llegaron a mantener una dura competencia, según cuenta Rubén Rocha Chávez: “En aquellos días el “Alcázar” y el “Hidalgo” sostuvieron tan dura competencia que se llegaron a cobrar hasta cinco y diez centavos la entrada, pero perdió la partida del empresario del Hidalgo, señor Sánchez quien abandonó la plaza”.
Además, dentro de esos recintos, principalmente el Hidalgo, se presentaban también conciertos, óperas, obras de teatro, conferencias, entre otras actividades culturales.
El 31 de enero de 1928 se firmó un contrato en el cual se establece el reglamento para la construcción del Cine Alcázar.
Sin embargo, este recinto se había empezado a construir un año antes, aunque se desconoce cuáles fueron los motivos por los cuales se detuvo la obra.
El propietario de esta sala de cine sería el empresario Juan Salas Porras, quien se encargaría de administrar este cine.
Poco más de dos semanas, antes de que iniciara la primera función del cine Alcázar, el Teatro Hidalgo había sufrido un incendio en la madrugada del 15 de noviembre de 1928, lo cual implico que este inmueble dejara de funcionar.
Sobre aquel percance se desconoce los motivos y si fue intencionado.
Anteriormente en ese recinto, en 1926, se había proyectado el estreno de la película Ben-Hur, en la cual el papel protagónico fue de Ramón Navarro, un actor mexicano y de los primeros “latin lovers”.
El cine Alcázar abrió sus puertas a inicios de diciembre de 1928, la fachada, de ser un edificio llano y sencillo, pasó a una construcción más prominente y con más ornamento que ahora coincidía con la estética colonial del Centro de la ciudad, con altas ventanas y una puerta ancha para recibir a los comensales.
Su fachada aún es la misma, aunque actualmente sea parte de una empresa mexicana que se dedica a la venta de electrodomésticos, muebles, celulares, entre otros artículos.
El dos de diciembre de ese año, aquel cine que se encontraría frente a la Plaza Principal, proyectó la película “La vida privada de Elena de Troya”.
Dos años después se estrenó la primera película sonora en español: “Sombras Habaneras”.
También ahí se miraron las películas de la Época del Cine de Oro Mexicano, los primeros filmes a color, entre muchas más joyas del sétimo Arte, en el cual fue posible vivir el cine desde sus inicios mudo y con un piano amenizando los funciones hasta por lo menos los años 80s, donde las películas eran ya a color y sonoras.
Con el tiempo fueron surgiendo otras salas de cine como el Teatro Quiñonez en la década de los treinta (el cual pasó a llamarse después Cine Rex), el cine Reforma a finales de 1940 y que terminó con un destino similar al Teatro Hidalgo, sufriendo un incendio.
El entretenimiento ha sido fundamental en la vida de la sociedad, es parte importante de nuestra existencia y cultura como Homo ludens que somos.
No obstante, estas formas de recreación han venido acompañadas con el desarrollo tecnológico, una de las más importantes ha sido el cine, que en poco más de un siglo se ha posicionado como una de las actividades más comunes de esparcimiento.
En México, a finales del siglo pasado empezaron a llegar los primeros filmes de los hermanos Lumière.
A partir de ese momento el cine tendría una importante presencia en todo el país, incluso en las zonas rurales.
En Parral, las primeras funciones de cine registradas se remontan a 1911, según información de Tesorería de octubre de ese año.
Las proyecciones se realizaban en el Teatro Hidalgo y en ellas se contrataba por 30 pesos un pianista que amenizaba los filmes, por otro lado, por la iluminación se solicitaba el apoyo por quince pesos a la empresa "Parral Electric and Water Company".
Antes de que se fundara el cine Alcázar, este local, que se encuentra a unos pasos de la Plaza Principal, en 1912 ya operaba como un “Cine Club”, el cual era organizado por los señores Leonardo García y Manuel F.
Gómez.
El espacio donde se proyectaban las películas era una sala, en la cual hasta la misma ciudadanía llevaba sus propias sillas.
Tanto en el Teatro Hidalgo como en el Cine Alcázar, se dieron las primeras funciones de cine en nuestra ciudad, incluso ambos recintos llegaron a mantener una dura competencia, según cuenta Rubén Rocha Chávez: “En aquellos días el “Alcázar” y el “Hidalgo” sostuvieron tan dura competencia que se llegaron a cobrar hasta cinco y diez centavos la entrada, pero perdió la partida del empresario del Hidalgo, señor Sánchez quien abandonó la plaza”.
Además, dentro de esos recintos, principalmente el Hidalgo, se presentaban también conciertos, óperas, obras de teatro, conferencias, entre otras actividades culturales.
El 31 de enero de 1928 se firmó un contrato en el cual se establece el reglamento para la construcción del Cine Alcázar.
Sin embargo, este recinto se había empezado a construir un año antes, aunque se desconoce cuáles fueron los motivos por los cuales se detuvo la obra.
El propietario de esta sala de cine sería el empresario Juan Salas Porras, quien se encargaría de administrar este cine.
Poco más de dos semanas, antes de que iniciara la primera función del cine Alcázar, el Teatro Hidalgo había sufrido un incendio en la madrugada del 15 de noviembre de 1928, lo cual implico que este inmueble dejara de funcionar.
Sobre aquel percance se desconoce los motivos y si fue intencionado.
Anteriormente en ese recinto, en 1926, se había proyectado el estreno de la película Ben-Hur, en la cual el papel protagónico fue de Ramón Navarro, un actor mexicano y de los primeros “latin lovers”.
El cine Alcázar abrió sus puertas a inicios de diciembre de 1928, la fachada, de ser un edificio llano y sencillo, pasó a una construcción más prominente y con más ornamento que ahora coincidía con la estética colonial del Centro de la ciudad, con altas ventanas y una puerta ancha para recibir a los comensales.
Su fachada aún es la misma, aunque actualmente sea parte de una empresa mexicana que se dedica a la venta de electrodomésticos, muebles, celulares, entre otros artículos.
El dos de diciembre de ese año, aquel cine que se encontraría frente a la Plaza Principal, proyectó la película “La vida privada de Elena de Troya”.
Dos años después se estrenó la primera película sonora en español: “Sombras Habaneras”.
También ahí se miraron las películas de la Época del Cine de Oro Mexicano, los primeros filmes a color, entre muchas más joyas del sétimo Arte, en el cual fue posible vivir el cine desde sus inicios mudo y con un piano amenizando los funciones hasta por lo menos los años 80s, donde las películas eran ya a color y sonoras.
Con el tiempo fueron surgiendo otras salas de cine como el Teatro Quiñonez en la década de los treinta (el cual pasó a llamarse después Cine Rex), el cine Reforma a finales de 1940 y que terminó con un destino similar al Teatro Hidalgo, sufriendo un incendio.
