Crónicas Urbanas de Chihuahua | El legado porfirista en la ciudad de Chihuahua

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Crónicas Urbanas de Chihuahua

-Última parte-

Por: Óscar A.
Viramontes Olivas

violioscar@gmail.
com

En esta segunda parte se comentaban en los periódicos los logros del porfiriato que había comenzado con el pie derecho en 1877, caracterizándose por el control de caudillos y caciques que dominaban el territorio; el fomento a la inversión extranjera en la economía, pues atrás de su gobierno no existía nada de eso; la conciliación con las potencias mundiales y la promoción de la política de comunicaciones y transportes que detonaría el desarrollo en distintas partes de la patria; la incentivación del campo, la industria y la minería, todo esto, logrado en el contexto de la segunda Revolución Industrial a finales del siglo XIX.
Así mismo, aceleró la modernización de México, mediante la introducción de 30,000 kilómetros de vías férreas, objetivo que Díaz implementó para lograr la conectividad del país con fines de industrialización.

Además, en el régimen porfirista se implementó la instalación de líneas telefónicas y la energía eléctrica, además de que lucharía por la estabilidad, promoviendo el crecimiento y hasta cierto punto la integración del país e incluso, mejoraría el Producto Interno Bruto (PIB) por persona, aunque no solucionó la situación de desigualdad.
Sin duda, en la época porfirista, se empezaba a vivir una importante transformación de cambios con la modernidad del país, sin embargo, aclaro que esto no iba correlacionado con el progreso de un pueblo que estaba totalmente empobrecido y marginado de todo progreso, ya que como se mencionó la semana pasada, el capital estaba en manos de unas cuantas familias.

Fuera de todos esos fenómenos sociales, no podemos dejar de reconocer que desde 1880 hasta antes de la Revolución en 1910, las grandes fincas se empezarían a construir en medio de terrenos rodeados de exuberantes jardines que eran regados por las sequías o ramales del acueducto; con aguas del bendito Chuvíscar; jardines que mostraban majestuosamente la influencia del dinero y el poder, los cuales se exhibían orgullosamente hacia la calle, separadas una de otra con techos en forma de “dos aguas” al estilo europeo, con miradores y torres cónicas o piramidales de muy variada ornamentación; con materiales aparentes, de piedra, ladrillo y madera.

A toda esta corriente arquitectónica se le denominó “Campestre romántica”, la cual hacía referencia a su carácter de casa de campo, aunque se encontrara en la ciudad, con potencial influencia estadounidense en boga durante el siglo XIX, incorporando rasgos de villas francesas, italianas, suizas y mezclados con elementos del “Art Nouveau”.
Sin embargo, algunas construcciones que son parte de esa época son: el Palacio Municipal, que fue inaugurado el primero de abril de 1907 por el entonces gobernador Enrique C.
Creel y por el jefe político del Distrito de Iturbide, don José Asúnsolo; el Palacio Federal, inaugurado el 16 de septiembre de 1910, con la presencia del gobernador José María Sánchez en representación del presidente Porfirio Díaz; el Palacio de Gobierno, cuya inauguración sería el 1 de junio de 1892, estando presente el gobernador Lauro Carrillo; la Quinta Gameros, cuyo propietario fue el ingeniero don Manuel Gameros y terminada oficialmente en 1911; el Instituto Científico y Literario, que desde 1827 fue impulsado y conducido en sus primeros años por los sacerdotes Antonio Cipriano Irigoyen, José María Sánchez y Faustino Irigoyen; la Escuela Industrial para Señoritas, cuyas puertas serían abiertas el 14 de septiembre de 1895 e inaugurada por el gobernador Miguel Ahumada; la Escuela de Artes y Oficios, sería el 16 de septiembre de 1897 por el mismo gobernador Ahumada; la Escuela Normal del Estado, inaugurada el 6 de enero de 1906 por el gobierno de don Enrique Creel.

Otros edificios importantes, fueron: la Escuela Modelo No.
141, inaugurada el 7 de enero de 1907; la Escuela Oficial 225, antes Porfirio Díaz (hoy Museo Mamut), inaugurada por el propio don Porfirio Díaz el 14 de octubre de 1909 en su última visita a Chihuahua; el Hospital Central, antes Hospital Porfirio Díaz, inaugurado en 1897 por el gobernador don Miguel Ahumada; el Teatro de los Héroes, el 9 de septiembre de 1901, también por el coronel Miguel Ahumada; la Penitenciaría del Estado, el 16 de septiembre de 1908 por el gobernador Enrique C.
Creel; la Comisaría de Policía, concluida el 21 de marzo de 1906, quedando en la actualidad únicamente la fachada del edificio Banamex de la calle Doblado, en ocasión del aniversario del nacimiento de don Benito Juárez; la Fundación de Ávalos de la poderosa empresa American Smelting and Refining Company y cuyas funciones empezarían ya de manera formal el 1 de mayo de 1908.

Todo esto se decía de los logros de don Porfirio, aunque en muchos rincones del país no había llegado ese beneficio.
Sin embargo, fuera de todo eso, la gente de Chihuahua estaría más que “puesta” para abrirle las puertas a su presidente como se merecía, pues algunas de las obras que se habían construido desde años atrás iban a ser algunas reinauguradas y otras inauguradas por don Porfirio.
Era la noticia de la década, don Enrique C.
Creel, quien fuera gobernador de Chihuahua, redactaría una invitación para el ilustre personaje para que viniera a Chihuahua, registrándose la invitación el 30 de julio de 1909, donde expondría el cariño de todos los chihuahuenses para recibirlo con “pompa y platillo”, argumentando el enorme deseo de reconocer la figura de don Porfirio Díaz Mori con el inmenso respeto, gratitud y enorme simpatía de cada habitante a su investidura; reconociendo de antemano, los grandes avances que se habían tenido en el país a lo largo de su presidencia y particularmente en Chihuahua.

“El legado porfirista en la ciudad de Chihuahua” forma parte de los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua.
Si desea la colección de libros “Los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua”, tomos I al XIII, adquiéralos en Librería Kosmos (Josué Neri Santos No.
111), Bodega de Libros y si está interesado mande un WhatsAap al 614 148 85 03 y con gusto le brindamos información.

Fuentes de Investigación:

Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua Tomos del I al XII

Fotos INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia).

Los Constructores de la Ciudad Moderna de Esther Enríquez Portillo (2004).

Crónicas Urbanas de Chihuahua

-Última parte-

Por: Óscar A.
Viramontes Olivas

violioscar@gmail.
com

En esta segunda parte se comentaban en los periódicos los logros del porfiriato que había comenzado con el pie derecho en 1877, caracterizándose por el control de caudillos y caciques que dominaban el territorio; el fomento a la inversión extranjera en la economía, pues atrás de su gobierno no existía nada de eso; la conciliación con las potencias mundiales y la promoción de la política de comunicaciones y transportes que detonaría el desarrollo en distintas partes de la patria; la incentivación del campo, la industria y la minería, todo esto, logrado en el contexto de la segunda Revolución Industrial a finales del siglo XIX.
Así mismo, aceleró la modernización de México, mediante la introducción de 30,000 kilómetros de vías férreas, objetivo que Díaz implementó para lograr la conectividad del país con fines de industrialización.

Además, en el régimen porfirista se implementó la instalación de líneas telefónicas y la energía eléctrica, además de que lucharía por la estabilidad, promoviendo el crecimiento y hasta cierto punto la integración del país e incluso, mejoraría el Producto Interno Bruto (PIB) por persona, aunque no solucionó la situación de desigualdad.
Sin duda, en la época porfirista, se empezaba a vivir una importante transformación de cambios con la modernidad del país, sin embargo, aclaro que esto no iba correlacionado con el progreso de un pueblo que estaba totalmente empobrecido y marginado de todo progreso, ya que como se mencionó la semana pasada, el capital estaba en manos de unas cuantas familias.

Fuera de todos esos fenómenos sociales, no podemos dejar de reconocer que desde 1880 hasta antes de la Revolución en 1910, las grandes fincas se empezarían a construir en medio de terrenos rodeados de exuberantes jardines que eran regados por las sequías o ramales del acueducto; con aguas del bendito Chuvíscar; jardines que mostraban majestuosamente la influencia del dinero y el poder, los cuales se exhibían orgullosamente hacia la calle, separadas una de otra con techos en forma de “dos aguas” al estilo europeo, con miradores y torres cónicas o piramidales de muy variada ornamentación; con materiales aparentes, de piedra, ladrillo y madera.

A toda esta corriente arquitectónica se le denominó “Campestre romántica”, la cual hacía referencia a su carácter de casa de campo, aunque se encontrara en la ciudad, con potencial influencia estadounidense en boga durante el siglo XIX, incorporando rasgos de villas francesas, italianas, suizas y mezclados con elementos del “Art Nouveau”.
Sin embargo, algunas construcciones que son parte de esa época son: el Palacio Municipal, que fue inaugurado el primero de abril de 1907 por el entonces gobernador Enrique C.
Creel y por el jefe político del Distrito de Iturbide, don José Asúnsolo; el Palacio Federal, inaugurado el 16 de septiembre de 1910, con la presencia del gobernador José María Sánchez en representación del presidente Porfirio Díaz; el Palacio de Gobierno, cuya inauguración sería el 1 de junio de 1892, estando presente el gobernador Lauro Carrillo; la Quinta Gameros, cuyo propietario fue el ingeniero don Manuel Gameros y terminada oficialmente en 1911; el Instituto Científico y Literario, que desde 1827 fue impulsado y conducido en sus primeros años por los sacerdotes Antonio Cipriano Irigoyen, José María Sánchez y Faustino Irigoyen; la Escuela Industrial para Señoritas, cuyas puertas serían abiertas el 14 de septiembre de 1895 e inaugurada por el gobernador Miguel Ahumada; la Escuela de Artes y Oficios, sería el 16 de septiembre de 1897 por el mismo gobernador Ahumada; la Escuela Normal del Estado, inaugurada el 6 de enero de 1906 por el gobierno de don Enrique Creel.

Otros edificios importantes, fueron: la Escuela Modelo No.
141, inaugurada el 7 de enero de 1907; la Escuela Oficial 225, antes Porfirio Díaz (hoy Museo Mamut), inaugurada por el propio don Porfirio Díaz el 14 de octubre de 1909 en su última visita a Chihuahua; el Hospital Central, antes Hospital Porfirio Díaz, inaugurado en 1897 por el gobernador don Miguel Ahumada; el Teatro de los Héroes, el 9 de septiembre de 1901, también por el coronel Miguel Ahumada; la Penitenciaría del Estado, el 16 de septiembre de 1908 por el gobernador Enrique C.
Creel; la Comisaría de Policía, concluida el 21 de marzo de 1906, quedando en la actualidad únicamente la fachada del edificio Banamex de la calle Doblado, en ocasión del aniversario del nacimiento de don Benito Juárez; la Fundación de Ávalos de la poderosa empresa American Smelting and Refining Company y cuyas funciones empezarían ya de manera formal el 1 de mayo de 1908.

Todo esto se decía de los logros de don Porfirio, aunque en muchos rincones del país no había llegado ese beneficio.
Sin embargo, fuera de todo eso, la gente de Chihuahua estaría más que “puesta” para abrirle las puertas a su presidente como se merecía, pues algunas de las obras que se habían construido desde años atrás iban a ser algunas reinauguradas y otras inauguradas por don Porfirio.
Era la noticia de la década, don Enrique C.
Creel, quien fuera gobernador de Chihuahua, redactaría una invitación para el ilustre personaje para que viniera a Chihuahua, registrándose la invitación el 30 de julio de 1909, donde expondría el cariño de todos los chihuahuenses para recibirlo con “pompa y platillo”, argumentando el enorme deseo de reconocer la figura de don Porfirio Díaz Mori con el inmenso respeto, gratitud y enorme simpatía de cada habitante a su investidura; reconociendo de antemano, los grandes avances que se habían tenido en el país a lo largo de su presidencia y particularmente en Chihuahua.

“El legado porfirista en la ciudad de Chihuahua” forma parte de los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua.
Si desea la colección de libros “Los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua”, tomos I al XIII, adquiéralos en Librería Kosmos (Josué Neri Santos No.
111), Bodega de Libros y si está interesado mande un WhatsAap al 614 148 85 03 y con gusto le brindamos información.

Fuentes de Investigación:

Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua Tomos del I al XII

Fotos INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia).

Los Constructores de la Ciudad Moderna de Esther Enríquez Portillo (2004).

Osvaldo

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