Cascada de Basaseachi: La leyenda de amor que ocurrió en la Sierra Tarahumara

Las aguas cristalinas de la cascada de Basaseachi tienen una historia de amor y tragedia que han traspasado los años y las generaciones en la Sierra Tarahumara

La gran cascada de Basaseachi es uno de los lugares más bellos de la Sierra Tarahumara, su grandeza y majestuosidad impacta a todos los viajeros que exploran sus terrenos y aguas.

Ubicada en lo alto de la Sierra Madre Occidental, en el municipio de Ocampo, a 3 kilómetros de la población de Basaseachi y a unos 265 km al oeste de la ciudad de Chihuahua es una área protegida y conocida internacionalmente por ser la segunda más alta del país, con 246 metros de caída libre sobre la Barranca de Candameña, lo cual la convierte en la quinta más grande de América y la vigésima primera a nivel mundial.

Además de su belleza, entre las llanuras y sus paisajes ha sobrevivido una historia que luego con el pasar de los años se convirtió en leyenda y esta tiene que ver con las aguas de la cascada de Basaseachi.

Cuenta la leyenda que antes de la llegada de los españoles a nuestro país en Chihuahua gobernaba el gran jefe Candameña, quien era el gobernante de la Alta Tarahumara, con quien logró bonanza y prosperidad en su pueblo.

Sin embargo, el jefe Candameña era un hombre ambicioso y sus aspiraciones crecían para poder extender su reinado y convertirse en el líder más poderoso, por lo que envió a sus hombres a explorar las zonas más inhóspitas de las Sierra Tarahumara y pese a que conocía las consecuencia de abarcar más territorio para hacerlo suyo, siguió adelante con su plan aún sabiendo que se derramaría sangre inocente en riñas y guerras contra otros pueblos.

Sin embargo, el tiempo pasó y su conciencia le decía que esta no era la forma para extender su reinado, finalmente mientras pensaba en otra estrategia, a su vista se cruzó su hija y fue ella la respuesta de lo que tanto buscaba.

La belleza de su hija fue lo que vio para poder frenar riñas y guerras sino hacer alianzas estables.

Basaseachi era una joven muy bella, de piel tostada de cabello largo y negro, impactaba a todos los que la conocían, ya que se corre la voz que su belleza era de otro mundo.
Tanto así que no era uno o dos los interesados en quererse casarse con ella, eran muchísimos los hombres que buscaban su amor.

Sin embargo, para lograr esto, su padre tuvo como idea elegir al joven que pudiera tener el amor de Basaseachi, el jefe buscaba aquel hombre con grandes riquezas que pudieran darle a su hija, seguridad y felicidad y aunque disfrazó esta futura unión por amor, la realidad es que tenía un trasfondo oscuro y pese a eso el jefe continuó con su propia misión.

Fueron muchos los días y los pretendientes que acudieron a un una clase de casting para convertirse en candidatos merecedores del amor de Basaseachi, sin embargo, resaltaron entre ellos Tónachi, el señor de las cimas; Pamachi, el hombre que viene de más allá de las barrancas; Areponápuchi, el de los valles verdes; y Carichí, aquel de las filigranas de la cara del viento.

Al ya tener a los elegidos el jefe Candameña le puso a estos hombres distintas y difíciles pruebas que tenían que superar para poder decidir entre ellos y así uno pudiera convertirse el merecedor del amor de Basaseachi.

Tras días difíciles, los jóvenes fueron superando las extenuantes pruebas, pero una de ellas fue la que acabó con ellos, arrebatandoles la vida a cada uno.
Tanta fue la tristeza de Basaseachi que el solo pensar que jamás podría desposarse y encontrar el amor verdadero la hicieron tomar una decisión fatal.

Incluso, se dice que Basaseachi estaba enamorada de uno de los jovenes hombres y su muerte solo la orillo a una profunda depresión y desamor.

La joven mujer subió a la parte más alta de los cerros de la Alta Tarahumara e inundada de dolor y tristeza se posó en la orilla para lanzarse al vacío.

Su padre, al intuir esta situación, las buscó por todas partes, hasta que al hallarla y siendo testigo de lo que su hija estaba haciendo, el jefe Candameña le ordenó a un brujo de su pueblo que lanzará un hechizo a su hija para que ella no muriera.

Pese a que la joven se posaba y levantó sus pies para lanzarse al barranco, el brujo sacó de entre sus hechizos uno que justo logró que Basaseachi se convirtiera en un enorme cascada.
Desde entonces, Basaseachi corre con libertad en una fuerte corriente de agua cristalina y profunda.

Actualmente, Basaseachi sigue viva fluyendo en una cascada con una caída de 246 metros.

Bien dicen que se debe tener cuidado con lo que se desea y más si conllevan sentimientos de poder y ambición.

La gran cascada de Basaseachi es uno de los lugares más bellos de la Sierra Tarahumara, su grandeza y majestuosidad impacta a todos los viajeros que exploran sus terrenos y aguas.

Ubicada en lo alto de la Sierra Madre Occidental, en el municipio de Ocampo, a 3 kilómetros de la población de Basaseachi y a unos 265 km al oeste de la ciudad de Chihuahua es una área protegida y conocida internacionalmente por ser la segunda más alta del país, con 246 metros de caída libre sobre la Barranca de Candameña, lo cual la convierte en la quinta más grande de América y la vigésima primera a nivel mundial.

Además de su belleza, entre las llanuras y sus paisajes ha sobrevivido una historia que luego con el pasar de los años se convirtió en leyenda y esta tiene que ver con las aguas de la cascada de Basaseachi.

Cuenta la leyenda que antes de la llegada de los españoles a nuestro país en Chihuahua gobernaba el gran jefe Candameña, quien era el gobernante de la Alta Tarahumara, con quien logró bonanza y prosperidad en su pueblo.

Sin embargo, el jefe Candameña era un hombre ambicioso y sus aspiraciones crecían para poder extender su reinado y convertirse en el líder más poderoso, por lo que envió a sus hombres a explorar las zonas más inhóspitas de las Sierra Tarahumara y pese a que conocía las consecuencia de abarcar más territorio para hacerlo suyo, siguió adelante con su plan aún sabiendo que se derramaría sangre inocente en riñas y guerras contra otros pueblos.

Sin embargo, el tiempo pasó y su conciencia le decía que esta no era la forma para extender su reinado, finalmente mientras pensaba en otra estrategia, a su vista se cruzó su hija y fue ella la respuesta de lo que tanto buscaba.

La belleza de su hija fue lo que vio para poder frenar riñas y guerras sino hacer alianzas estables.

Basaseachi era una joven muy bella, de piel tostada de cabello largo y negro, impactaba a todos los que la conocían, ya que se corre la voz que su belleza era de otro mundo.
Tanto así que no era uno o dos los interesados en quererse casarse con ella, eran muchísimos los hombres que buscaban su amor.

Sin embargo, para lograr esto, su padre tuvo como idea elegir al joven que pudiera tener el amor de Basaseachi, el jefe buscaba aquel hombre con grandes riquezas que pudieran darle a su hija, seguridad y felicidad y aunque disfrazó esta futura unión por amor, la realidad es que tenía un trasfondo oscuro y pese a eso el jefe continuó con su propia misión.

Fueron muchos los días y los pretendientes que acudieron a un una clase de casting para convertirse en candidatos merecedores del amor de Basaseachi, sin embargo, resaltaron entre ellos Tónachi, el señor de las cimas; Pamachi, el hombre que viene de más allá de las barrancas; Areponápuchi, el de los valles verdes; y Carichí, aquel de las filigranas de la cara del viento.

Al ya tener a los elegidos el jefe Candameña le puso a estos hombres distintas y difíciles pruebas que tenían que superar para poder decidir entre ellos y así uno pudiera convertirse el merecedor del amor de Basaseachi.

Tras días difíciles, los jóvenes fueron superando las extenuantes pruebas, pero una de ellas fue la que acabó con ellos, arrebatandoles la vida a cada uno.
Tanta fue la tristeza de Basaseachi que el solo pensar que jamás podría desposarse y encontrar el amor verdadero la hicieron tomar una decisión fatal.

Incluso, se dice que Basaseachi estaba enamorada de uno de los jovenes hombres y su muerte solo la orillo a una profunda depresión y desamor.

La joven mujer subió a la parte más alta de los cerros de la Alta Tarahumara e inundada de dolor y tristeza se posó en la orilla para lanzarse al vacío.

Su padre, al intuir esta situación, las buscó por todas partes, hasta que al hallarla y siendo testigo de lo que su hija estaba haciendo, el jefe Candameña le ordenó a un brujo de su pueblo que lanzará un hechizo a su hija para que ella no muriera.

Pese a que la joven se posaba y levantó sus pies para lanzarse al barranco, el brujo sacó de entre sus hechizos uno que justo logró que Basaseachi se convirtiera en un enorme cascada.
Desde entonces, Basaseachi corre con libertad en una fuerte corriente de agua cristalina y profunda.

Actualmente, Basaseachi sigue viva fluyendo en una cascada con una caída de 246 metros.

Bien dicen que se debe tener cuidado con lo que se desea y más si conllevan sentimientos de poder y ambición.

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