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Por: Roberta Cortazar
La casa que habitamos es refugio, nos protege, es el lugar donde pasamos la mayoría del tiempo, ¿será importante revisar qué energía fluye dentro, desde dónde, por qué y cómo esa energía natural o artificial nos impacta?
Estoy en el aprendizaje de apreciar las energías que nos rodean, esas que son muy ignoradas porque no se ven, pero sensibilizarse ante ellas y desde ellas es sentir una fuente muy poderosa que está en todo.
Muchas veces sentimos buena vibra o mala vibra ¡Y sí, ese sentimiento es real! Pero cuando conoces más el tema y te enseñan a apreciar la energía te vuelves más sensible ante su flujo.
En la casa dormimos, descansamos, comemos, y muchas personas trabajamos desde el domicilio, por eso es tan importante saber qué energía sale de los suelos donde se yergue la construcción en la que pasamos más tiempo, ubicar la que está en los alrededores, y sobre todo revisar esos lugares donde nos estacionamos seguido, para asegurarnos de que estén libres de emanaciones dañinas.
Hace años, fuimos a ver una casa con la idea de comprarla, así que pedimos el apoyo de un valuador.
Llegamos antes que él y admiramos el lugar, colonia privada, vigilancia, un parquecito enfrente, todo en orden, limpio, tranquilo, etc.
Pero cuando el ingeniero se bajó del auto, ni siquiera quiso entrar a ver la casa y nos dijo enfático: ¡No compren esta casa, no les conviene! Y con asombro preguntamos ¿Por qué? Y nos señaló una hilera de torres de alta tensión que pasaban a unos cuantos metros de la parte trasera de la vivienda.
Imaginen si todos los dedicados a la construcción supieran lo básico de las energías naturales y artificiales antes de desarrollar.
¡Podrían hacer mejor su trabajo! Sabrían dónde no se debe construir y hacer edificaciones lo más seguras posibles en cuestión de emisión energética.
Además, la ubicación de ventanas ayuda a aprovechar la luz del sol, para tener un lugar alumbrado y ventilado adecuadamente.
Tampoco es bueno construir arriba de venas, pozos o corrientes de agua y los aljibes nunca deben estar en el suelo que da a una recámara o un sitio donde se está mucho tiempo.
A veces sólo se necesita cambiar la ubicación de los muebles para no estar expuestos a cruces energéticos muy fuertes, que con el tiempo afectan nuestra salud.
La ventaja de los que apenas van a adquirir o construir es que tienen la oportunidad de revisar qué tan conveniente es la energía del lugar y planear el acomodo de cuartos y muebles.
La industria de la construcción, desde los materiales y el automático de seguir el rumbo del crecimiento “conveniente” para el negocio, se ha convertido en un monstruo escandalosamente destructivo, no hay consideración hacia la naturaleza y el ansia de hacer dinero deja de lado la importancia de la vida natural, que es la nuestra.
Recordemos que cada sitio donde se alteran los ecosistemas es fuente de deterioro para todo el planeta.
Los seres humanos emanamos energía y la creamos con pensamientos, sentimientos y acciones, para después alimentarnos de ella y compartirla con los demás ¿Cuál es su calidad? Una buena energía personal es protección ¡Promovámosla en bien de todos y todo!
ROBERTA CORTAZAR B.
Por: Roberta Cortazar
La casa que habitamos es refugio, nos protege, es el lugar donde pasamos la mayoría del tiempo, ¿será importante revisar qué energía fluye dentro, desde dónde, por qué y cómo esa energía natural o artificial nos impacta?
Estoy en el aprendizaje de apreciar las energías que nos rodean, esas que son muy ignoradas porque no se ven, pero sensibilizarse ante ellas y desde ellas es sentir una fuente muy poderosa que está en todo.
Muchas veces sentimos buena vibra o mala vibra ¡Y sí, ese sentimiento es real! Pero cuando conoces más el tema y te enseñan a apreciar la energía te vuelves más sensible ante su flujo.
En la casa dormimos, descansamos, comemos, y muchas personas trabajamos desde el domicilio, por eso es tan importante saber qué energía sale de los suelos donde se yergue la construcción en la que pasamos más tiempo, ubicar la que está en los alrededores, y sobre todo revisar esos lugares donde nos estacionamos seguido, para asegurarnos de que estén libres de emanaciones dañinas.
Hace años, fuimos a ver una casa con la idea de comprarla, así que pedimos el apoyo de un valuador.
Llegamos antes que él y admiramos el lugar, colonia privada, vigilancia, un parquecito enfrente, todo en orden, limpio, tranquilo, etc.
Pero cuando el ingeniero se bajó del auto, ni siquiera quiso entrar a ver la casa y nos dijo enfático: ¡No compren esta casa, no les conviene! Y con asombro preguntamos ¿Por qué? Y nos señaló una hilera de torres de alta tensión que pasaban a unos cuantos metros de la parte trasera de la vivienda.
Imaginen si todos los dedicados a la construcción supieran lo básico de las energías naturales y artificiales antes de desarrollar.
¡Podrían hacer mejor su trabajo! Sabrían dónde no se debe construir y hacer edificaciones lo más seguras posibles en cuestión de emisión energética.
Además, la ubicación de ventanas ayuda a aprovechar la luz del sol, para tener un lugar alumbrado y ventilado adecuadamente.
Tampoco es bueno construir arriba de venas, pozos o corrientes de agua y los aljibes nunca deben estar en el suelo que da a una recámara o un sitio donde se está mucho tiempo.
A veces sólo se necesita cambiar la ubicación de los muebles para no estar expuestos a cruces energéticos muy fuertes, que con el tiempo afectan nuestra salud.
La ventaja de los que apenas van a adquirir o construir es que tienen la oportunidad de revisar qué tan conveniente es la energía del lugar y planear el acomodo de cuartos y muebles.
La industria de la construcción, desde los materiales y el automático de seguir el rumbo del crecimiento “conveniente” para el negocio, se ha convertido en un monstruo escandalosamente destructivo, no hay consideración hacia la naturaleza y el ansia de hacer dinero deja de lado la importancia de la vida natural, que es la nuestra.
Recordemos que cada sitio donde se alteran los ecosistemas es fuente de deterioro para todo el planeta.
Los seres humanos emanamos energía y la creamos con pensamientos, sentimientos y acciones, para después alimentarnos de ella y compartirla con los demás ¿Cuál es su calidad? Una buena energía personal es protección ¡Promovámosla en bien de todos y todo!
ROBERTA CORTAZAR B.
Osvaldo
Cartones
