Cartucheras al cañón… | Un Estado fallido 

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3- enero- 2023

Ernesto Visconti Elizalde

“Es un Estado fallido, un gobierno lamebotas; que a todas luces denota, incompetencia y descuido”.

Todos los gobiernos que conforman un Estado: el gobierno federal, los estatales y los municipales, se constituyen junto con las fuerzas armadas de un país en la fuerza de seguridad de un Estado.

Y en México ha sido vergonzante, manifiesta y notoria, la indolencia e incompetencia del Estado; o bien su anuencia, tolerancia y maridaje; en la inseguridad pública, mostrándose desde los tiempos de Salinas de Gortari, anuentes o incapaces de controlar a las mafias regionales del país.

Mafias y giros de actividad negra, siempre han existido, y seguirán existiendo, pero las mafias no atentaban contra el Estado, esto es, no le disputaban su autoridad y hegemonía en lo territorial y en lo social; pero fue tan atractivo y lucrativo, los narco cultivos y el narcotráfico, que muchos de los medianos y grandes políticos, locales y regionales, se empezaron a aliar con las bandas delictivas; después sería el soborno, el secuestro y el control de todo giro negro, que haría un cambio social y alteraría los poderes fácticos y reales; hoy manipulado por grandes mafias.
Los intereses internacionales de países vecinos como USA, nos dan a entender que combaten al narcotráfico, pero lo arman y lo usan en nuestra contra si no nos avenimos a sus intereses; mientras que en su país, no detienen ni detendrán, la comercialización de todas las drogas que llegan de todo el mundo; pues han descollado como los mayores consumidores de estupefacientes en el orbe.

Ya hace muchos años que con tristeza hemos podido constatar la balcanización virtual de los diversos municipios nacionales, con aparentes autoridades formales del Estado, y son otras autoridades reales de las mafias, que patrullan caminos y carreteras, vigilando sus cotos de poder, mientras el “Estado fallido”, no hace absolutamente nada.
Y ha llegado a tal grado la desorganización social, que ya de manera cotidiana se enfrentan las mafias, uniformadas, armadas y en vehículos blindados, a la autoridad formal; atacando pueblos, comisarías, penitenciarías y patrullas oficiales, en todo el país; la mejor muestra de un Estado fallido.
Soy López Obradorista, pero no coincido con la política de “abrazos y no balazos”, que resulta el colmo de la ingenuidad; ni coincido con las idealistas compatriotas que nombran como sus candidatas a los gobiernos a delicadas damas de apariencia y actitud, cándida y benevolente.
Necesitamos autoridades más duras que las mafias, a las que no les reconozcan los “derechos humanos” a los que no deben acceder.
Estamos urgidos de Departamentos de Inteligencia contra los delitos; que actúe con solvencia moral y económica, no para contestar la agresión, sino para prevenirla; con tiempo, investigación y decisión de exterminio en lo posible.
Y seamos sinceros, no podemos acabar con las bandas delincuentes, pero sí infundirles la certeza, de que no pueden medrar sobre la autoridad del Estado.
Debía haber Comisiones de Revisión, del Ejército Mexicano y los cuerpos de seguridad, por lo menos una vez al mes, en todas las penitenciarías nacionales, para evitar las cárceles de privilegios, que actúen como centros de planeación y comisión delictiva.
Otros temas y poemas en “Facebook” Ernesto Visconti.

3- enero- 2023

Ernesto Visconti Elizalde

“Es un Estado fallido, un gobierno lamebotas; que a todas luces denota, incompetencia y descuido”.

Todos los gobiernos que conforman un Estado: el gobierno federal, los estatales y los municipales, se constituyen junto con las fuerzas armadas de un país en la fuerza de seguridad de un Estado.

Y en México ha sido vergonzante, manifiesta y notoria, la indolencia e incompetencia del Estado; o bien su anuencia, tolerancia y maridaje; en la inseguridad pública, mostrándose desde los tiempos de Salinas de Gortari, anuentes o incapaces de controlar a las mafias regionales del país.

Mafias y giros de actividad negra, siempre han existido, y seguirán existiendo, pero las mafias no atentaban contra el Estado, esto es, no le disputaban su autoridad y hegemonía en lo territorial y en lo social; pero fue tan atractivo y lucrativo, los narco cultivos y el narcotráfico, que muchos de los medianos y grandes políticos, locales y regionales, se empezaron a aliar con las bandas delictivas; después sería el soborno, el secuestro y el control de todo giro negro, que haría un cambio social y alteraría los poderes fácticos y reales; hoy manipulado por grandes mafias.
Los intereses internacionales de países vecinos como USA, nos dan a entender que combaten al narcotráfico, pero lo arman y lo usan en nuestra contra si no nos avenimos a sus intereses; mientras que en su país, no detienen ni detendrán, la comercialización de todas las drogas que llegan de todo el mundo; pues han descollado como los mayores consumidores de estupefacientes en el orbe.

Ya hace muchos años que con tristeza hemos podido constatar la balcanización virtual de los diversos municipios nacionales, con aparentes autoridades formales del Estado, y son otras autoridades reales de las mafias, que patrullan caminos y carreteras, vigilando sus cotos de poder, mientras el “Estado fallido”, no hace absolutamente nada.
Y ha llegado a tal grado la desorganización social, que ya de manera cotidiana se enfrentan las mafias, uniformadas, armadas y en vehículos blindados, a la autoridad formal; atacando pueblos, comisarías, penitenciarías y patrullas oficiales, en todo el país; la mejor muestra de un Estado fallido.
Soy López Obradorista, pero no coincido con la política de “abrazos y no balazos”, que resulta el colmo de la ingenuidad; ni coincido con las idealistas compatriotas que nombran como sus candidatas a los gobiernos a delicadas damas de apariencia y actitud, cándida y benevolente.
Necesitamos autoridades más duras que las mafias, a las que no les reconozcan los “derechos humanos” a los que no deben acceder.
Estamos urgidos de Departamentos de Inteligencia contra los delitos; que actúe con solvencia moral y económica, no para contestar la agresión, sino para prevenirla; con tiempo, investigación y decisión de exterminio en lo posible.
Y seamos sinceros, no podemos acabar con las bandas delincuentes, pero sí infundirles la certeza, de que no pueden medrar sobre la autoridad del Estado.
Debía haber Comisiones de Revisión, del Ejército Mexicano y los cuerpos de seguridad, por lo menos una vez al mes, en todas las penitenciarías nacionales, para evitar las cárceles de privilegios, que actúen como centros de planeación y comisión delictiva.
Otros temas y poemas en “Facebook” Ernesto Visconti.

Osvaldo

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jue Ene 5 , 2023
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