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30-agosto- 2022
Por: Ernesto Visconti Elizalde
“Dos conceptos que van juntos: expresión y democracia; y es la mordaza… eutanasia; de espurios medios… trasunto”.
No puede haber libre expresión sin democracia; ni democracia sin libre expresión, por lo menos es lo que yo opino y estoy en la certeza de que llevo razón.
Pero esto viene, a que encontramos que importantes medios de comunicación llegan a utilizar la “ley mordaza”, respecto de algunos temas que les puedan resultar “inconvenientes” por indistintas razones; agrediendo con ello la libertad de expresión, la democracia y la pluralidad, que todo medio que se jacte de ser ético debe preservar, promover y respetar.
Lo que me trajo a la memoria los conceptos al respecto, de Juan Monedero, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense –de Alcalá de Henares, España-, quien refiere: “Sin Estado de derecho no hay democracia; de la misma manera que no hay democracia si la ciudadanía no puede crearse de manera dialogable y con argumentos, su propia opinión sobre el gobierno y las alternativas; en otras palabras, tampoco hay democracia sin medios de comunicación libres, plurales y veraces; donde ningún poder ni económico ni político, pueda poner de rodillas a los periodistas”.
Sic.
Así que Monedero y su servidor estamos en la misma frecuencia de opinión.
En mi libro “El quehacer editorial”, expresé: “La libertad de expresión se agota en la Mesa de Redacción”; y esto con frecuencia sucede lamentablemente en muchos medios de comunicación, rehenes de las conveniencias económicas o políticas.
No hay tema científico o político; social o espiritual; que no sea susceptible de opinión diversa; con distintos y múltiples enfoques; siempre y cuando esas opiniones sean respetuosas y propongan alternativas de conducta y criterios que enriquezcan la dinámica social.
Agredir al editorialista o al periodista, obligándolo a transigir con las políticas de conveniencia de la empresa de comunicación, no sólo es antidemocrático, es opresivo, ilegal y por supuesto inmoral.
Todo medio de comunicación debe ser muy cuidadoso de ponderar la pluralidad de opinión, independientemente de su interés y criterios propios; excepto cuando ese medio sea de una franca filiación dogmática, que considera como única verdad su esencia ideológica particular; la que, con sólo imponerla, incide en el más arbitrario autoritarismo; el que semeja con mucho, al fanatismo político o religioso; ese que no da valor y discrimina –en su acepción de rechazo- lo que difiera de su criterio fundamentalista.
Como ciudadanos, como mexicanos, debemos buscar que la libertad de expresión se genere cabal y genuina; no como un remedo democrático; ni como una declaración de conveniencias o complacencias; pues ésta debe obedecer los principios deontológicos de la comunicación mediática.
Enhorabuena a Luis Alfonso Rivera Campos, nuevo rector de la UACh.
Otros temas y opiniones, en “Facebook.
Ernesto Visconti”
30-agosto- 2022
Por: Ernesto Visconti Elizalde
“Dos conceptos que van juntos: expresión y democracia; y es la mordaza… eutanasia; de espurios medios… trasunto”.
No puede haber libre expresión sin democracia; ni democracia sin libre expresión, por lo menos es lo que yo opino y estoy en la certeza de que llevo razón.
Pero esto viene, a que encontramos que importantes medios de comunicación llegan a utilizar la “ley mordaza”, respecto de algunos temas que les puedan resultar “inconvenientes” por indistintas razones; agrediendo con ello la libertad de expresión, la democracia y la pluralidad, que todo medio que se jacte de ser ético debe preservar, promover y respetar.
Lo que me trajo a la memoria los conceptos al respecto, de Juan Monedero, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense –de Alcalá de Henares, España-, quien refiere: “Sin Estado de derecho no hay democracia; de la misma manera que no hay democracia si la ciudadanía no puede crearse de manera dialogable y con argumentos, su propia opinión sobre el gobierno y las alternativas; en otras palabras, tampoco hay democracia sin medios de comunicación libres, plurales y veraces; donde ningún poder ni económico ni político, pueda poner de rodillas a los periodistas”.
Sic.
Así que Monedero y su servidor estamos en la misma frecuencia de opinión.
En mi libro “El quehacer editorial”, expresé: “La libertad de expresión se agota en la Mesa de Redacción”; y esto con frecuencia sucede lamentablemente en muchos medios de comunicación, rehenes de las conveniencias económicas o políticas.
No hay tema científico o político; social o espiritual; que no sea susceptible de opinión diversa; con distintos y múltiples enfoques; siempre y cuando esas opiniones sean respetuosas y propongan alternativas de conducta y criterios que enriquezcan la dinámica social.
Agredir al editorialista o al periodista, obligándolo a transigir con las políticas de conveniencia de la empresa de comunicación, no sólo es antidemocrático, es opresivo, ilegal y por supuesto inmoral.
Todo medio de comunicación debe ser muy cuidadoso de ponderar la pluralidad de opinión, independientemente de su interés y criterios propios; excepto cuando ese medio sea de una franca filiación dogmática, que considera como única verdad su esencia ideológica particular; la que, con sólo imponerla, incide en el más arbitrario autoritarismo; el que semeja con mucho, al fanatismo político o religioso; ese que no da valor y discrimina –en su acepción de rechazo- lo que difiera de su criterio fundamentalista.
Como ciudadanos, como mexicanos, debemos buscar que la libertad de expresión se genere cabal y genuina; no como un remedo democrático; ni como una declaración de conveniencias o complacencias; pues ésta debe obedecer los principios deontológicos de la comunicación mediática.
Enhorabuena a Luis Alfonso Rivera Campos, nuevo rector de la UACh.
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Ernesto Visconti”
Osvaldo
Análisis