Cartucheras al cañón… | “La Muñeca” y la Revolución 

Post Content

Por: Ernesto Visconti Elizalde

“Por una yegüita fina, le formaron cuadro a Villa; ya es conocida esa astilla, mas principio y fin…no atinas”.

En la primavera de 1911, la Sra.
Matilde Ramírez Vda.
de Russek, vecina de Cd.
Jiménez, visitaba en compañía de sus hijas, las niñas Matilde, Carolina y Hortensia, a su amiga Ma.
de Jesús Picazo de Visconti, en Sta.
Rosalía (Camargo) –mi abuela paterna-; apenas llegadas… Hortensia, la hija menor, se enamoró de una yegüita fina, tres añera y alazana, propiedad de los Visconti.
La niña le rogó a su madre que se la comprara; tanto insistió, que doña Matilde la solicitó en compra a don Enrique N.
Visconti Galucci –mi abuelo-, quien accedió a regalársela y no a vendérsela, por su gran amistad con los Russek.

Sería para la niña su muñeca; y así le quedaría el nombre… “La Muñeca”.
El tiempo pasó y la entrega de un documento se obvió.
Y fue debido a la insurrección de Pascual Orozco contra Francisco I.
Madero que el ejército federal a cargo del Gral.
Victoriano Huerta llegó a combatirlo a Chihuahua; así el recién nombrado Gral.
Brigadier Francisco Villa, bajo el mando de Huerta, confiscó en Cd.
Jiménez ganado y fondos; gustándole a Villa una yegua de las cuadras de los Russek, nada menos que “La Muñeca”; ordenando a su subordinado Nicolás Fernández Carrillo la decomisara y depositara en el cuartel general.
Villa tuvo que salir a Parral, encontrándose a su regreso con que la familia Russek lo había denunciado ante el Gral.
Huerta por robo y abuso de autoridad.
Huerta aprovechó la coyuntura para deshacerse de Villa, mandándolo fusilar; gracias a la intervención de algunos amigos, Villa logró librar el paredón, y fue enviado a la Cd.
de México en calidad de preso; y la yegua retenida.
Así Huerta, de quien podemos presumir quería conservar la yegua por su significancia, nombró al mayor Joaquín Mass –su sobrino- como custodio de la misma; quien negó la devolución de la yegua a doña Matilde, pues el fierro del semoviente correspondía a los Visconti; y no había factura de por medio; además de que los hijos varones de doña Matilde, Marcos y David, habían sido declarados enemigos del gobierno, por su apoyo al levantamiento de Orozco.

Doña Matilde se comunicó con mi abuela, pidiéndole reclamara para sí la yegua.
Huerta se había radicado en el segundo piso del Palacio Federal en Chihuahua, hoy museo, donde despachó por cerca de dos meses.
Doña Ma.
de Jesús telegrafió a Huerta reclamándole al semoviente; Huerta le contestó telegráficamente el 13 de agosto de 1912, “Suplicándole enviara por la yegua y pagara de paso una cuenta de manutención de ochenta pesos; que refería se habían erogado en el cuidado y alimentación”.
Un gasto verdaderamente excesivo.
Mencionando además tener un comprador que ofrecía por la yegua $500°° -quinientos pesos- sin pago del adeudo de manutención; el comprador era el mayor Benjamín Camarena –hombre de confianza del Gral.
Huerta- .
Mi abuelo don Enrique telegrafió a Huerta aceptando el trato.
Así intercambiaron correspondencia.
Conservo cuatro telegramas y dos cartas en papel membretado, con las firmas de Huerta y Camarena; agradeciendo a mi abuelo el trato, ya que le generaba una salida decorosa del asunto.
Un año más tarde, Huerta orquestaría el asesinato de Madero, y enviaría al mayor Camarena a que hiciera lo mismo con don Abraham González, aquí en Chihuahua.
El réprobo Huerta dejó para sí la yegua.
Otros temas y poemas en “Facebook” Ernesto Visconti.

Por: Ernesto Visconti Elizalde

“Por una yegüita fina, le formaron cuadro a Villa; ya es conocida esa astilla, mas principio y fin…no atinas”.

En la primavera de 1911, la Sra.
Matilde Ramírez Vda.
de Russek, vecina de Cd.
Jiménez, visitaba en compañía de sus hijas, las niñas Matilde, Carolina y Hortensia, a su amiga Ma.
de Jesús Picazo de Visconti, en Sta.
Rosalía (Camargo) –mi abuela paterna-; apenas llegadas… Hortensia, la hija menor, se enamoró de una yegüita fina, tres añera y alazana, propiedad de los Visconti.
La niña le rogó a su madre que se la comprara; tanto insistió, que doña Matilde la solicitó en compra a don Enrique N.
Visconti Galucci –mi abuelo-, quien accedió a regalársela y no a vendérsela, por su gran amistad con los Russek.

Sería para la niña su muñeca; y así le quedaría el nombre… “La Muñeca”.
El tiempo pasó y la entrega de un documento se obvió.
Y fue debido a la insurrección de Pascual Orozco contra Francisco I.
Madero que el ejército federal a cargo del Gral.
Victoriano Huerta llegó a combatirlo a Chihuahua; así el recién nombrado Gral.
Brigadier Francisco Villa, bajo el mando de Huerta, confiscó en Cd.
Jiménez ganado y fondos; gustándole a Villa una yegua de las cuadras de los Russek, nada menos que “La Muñeca”; ordenando a su subordinado Nicolás Fernández Carrillo la decomisara y depositara en el cuartel general.
Villa tuvo que salir a Parral, encontrándose a su regreso con que la familia Russek lo había denunciado ante el Gral.
Huerta por robo y abuso de autoridad.
Huerta aprovechó la coyuntura para deshacerse de Villa, mandándolo fusilar; gracias a la intervención de algunos amigos, Villa logró librar el paredón, y fue enviado a la Cd.
de México en calidad de preso; y la yegua retenida.
Así Huerta, de quien podemos presumir quería conservar la yegua por su significancia, nombró al mayor Joaquín Mass –su sobrino- como custodio de la misma; quien negó la devolución de la yegua a doña Matilde, pues el fierro del semoviente correspondía a los Visconti; y no había factura de por medio; además de que los hijos varones de doña Matilde, Marcos y David, habían sido declarados enemigos del gobierno, por su apoyo al levantamiento de Orozco.

Doña Matilde se comunicó con mi abuela, pidiéndole reclamara para sí la yegua.
Huerta se había radicado en el segundo piso del Palacio Federal en Chihuahua, hoy museo, donde despachó por cerca de dos meses.
Doña Ma.
de Jesús telegrafió a Huerta reclamándole al semoviente; Huerta le contestó telegráficamente el 13 de agosto de 1912, “Suplicándole enviara por la yegua y pagara de paso una cuenta de manutención de ochenta pesos; que refería se habían erogado en el cuidado y alimentación”.
Un gasto verdaderamente excesivo.
Mencionando además tener un comprador que ofrecía por la yegua $500°° -quinientos pesos- sin pago del adeudo de manutención; el comprador era el mayor Benjamín Camarena –hombre de confianza del Gral.
Huerta- .
Mi abuelo don Enrique telegrafió a Huerta aceptando el trato.
Así intercambiaron correspondencia.
Conservo cuatro telegramas y dos cartas en papel membretado, con las firmas de Huerta y Camarena; agradeciendo a mi abuelo el trato, ya que le generaba una salida decorosa del asunto.
Un año más tarde, Huerta orquestaría el asesinato de Madero, y enviaría al mayor Camarena a que hiciera lo mismo con don Abraham González, aquí en Chihuahua.
El réprobo Huerta dejó para sí la yegua.
Otros temas y poemas en “Facebook” Ernesto Visconti.

Osvaldo

Cartones

Entrada siguiente

Perciben trabajadoras del hogar $38 por hora laborada

jue Nov 17 , 2022
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía, una trabajadora del hogar o de labores domésticas percibe 38 pesos por cada hora trabajada

Puede que te guste

Generated by Feedzy