Carlos Fernández-Vega: México SA

Ociosa que es, la oposición no sólo se muerde la lengua, sino que, junto con sus jilgueros, finge un severo ataque de “amnesia” cuando acusa a la actual administración gubernamental de “corrupta”. Sin duda, a lo largo de ésta se han registrado varios casos, como el de Segalmex, pero los gritones “olvidan” a su ejército de hampones aglutinado en sus tres empresas disfrazadas de partidos políticos ( tricolor, blanquiazul y el de las croquetas), sus “organizaciones civiles” (del júnior Claudito) y sus empresarios “decididos a rescatar la democracia”.

Neoliberales = corrupción // Borolas y EPN, oro y plata // Xóchitl y su mundo virtual

ciosa que es, la oposición no sólo se muerde la lengua, sino que, junto con sus jilgueros, finge un severo ataque de amnesia cuando acusa a la actual administración gubernamental de corrupta.
Sin duda, a lo largo de ésta se han registrado varios casos, como el de Segalmex, pero los gritones olvidan a su ejército de hampones aglutinado en sus tres empresas disfrazadas de partidos políticos ( tricolor, blanquiazul y el de las croquetas), sus organizaciones civiles (del júnior Claudito) y sus empresarios decididos a rescatar la democracia.

Hasta para eso es pésima la oposición, pues pretende tapar con un dedo el brutal saqueo cometido por los gobiernos priístas y panistas (los Chuchos no cantan mal las rancheras), y como siempre, los ladrones gritan ¡al ladrón! ¿En serio pretenden pasar la prueba del ácido con personajes como Alito, Marko, Zambrano, Claudito y demás integrantes de la pandilla?

No descubrió el hilo negro, pero ayer el presidente López Obrador recordó que el problema de México era el gobierno, no el pueblo.
Y el problema en el gobierno era la corrupción, a la que hay que acabar no sólo por razones de índole ética.
Claro que es importante la honestidad; le da a la autoridad mucha fortaleza, pero no sólo eso.
Imagínense cuánto se ahorra.
Yo calculo que nos hemos ahorrado por no permitir la corrupción como 2 o 3 billones de pesos, es decir, el monto, más o menos, que tranquilamente atracaban quienes hoy dicen estar muy preocupados por la corrupción.

Tampoco reveló algo novedoso cuando subrayó que la corrupción en México ha sido protegida, abrazada por un régimen de simulación, de mucha hipocresía.
Por algo no hay que dejar de estudiar el porfiriato, porque ahí se define con mucha claridad el régimen que todavía no acaba de desaparecer.
Lo de la corrupción igual, se mantuvo.
Aparentemente hubo un cambio en el 2000, pero se quedaron los mismos y se intensificó incluso la corrupción.
Donde más corrupción hubo fue, sin duda, en el sexenio de Salinas de Gortari.
Bueno, desde los años cuarenta ya se hablaba de que esa era la causa del fracaso de la Revolución Mexicana, la corrupción, pero había como un silencio, y ella no se consideraba un problema.

Sin duda, en materia de combate a la corrupción queda mucho camino por andar, pero los menos indicados para hablar del tema son los que hoy pretenden presentarse como paladines de la pulcritud y la honorabilidad.

Por ello, vale retomar, como cápsula de memoria –aunque la oposición no la necesita, porque los ladrones aún gozan de lo robado–, el historial de la corrupción en el país, especialmente a partir del régimen neoliberal, condensado por una organización en la que los gritones de hoy –así sea de dientes para fuera– dicen confiar plenamente, es decir, Transparencia Internacional, que desde 1995 elabora anualmente el Índice de Percepción de la Corrupción.

Ninguno de los seis gobiernos neoliberales se salva en materia de corrupción, y de acuerdo con el citado índice, al cierre del sexenio salinista México ocupó el escalón número 32 (de 42 posibles) entre los países más corruptos del mundo (mientras más lejos de cero, mayor corrupción).
Al concluir el de Ernesto Zedillo nuestro país cayó aún más: peldaño 59.
Llegó el cambio y al cierre del gobierno foxista México bajó a la posición 70.

De Salinas a Fox, México se hundió 38 peldaños, pero al concluir el sexenio de Calderón (2012) descendió al escalón 105 entre los más corruptos y al terminar el de Peña Nieto, al 138.
Sólo con este último par de hampones nuestro país se desplomó 68 lugares (35 con Borolas y 33 con el copetón) a escala internacional, de tal forma que en este renglón el michoacano obtiene la medalla de oro y la de plata el del Grupo Atlacomulco.
El bronce corresponde a Zedillo y la cuarta posición al mariguanero.

Por primera vez en muchos años, el gobierno actual logró descontar algo de la podredumbre del régimen neoliberal, pues México dejó de ocupar el escalón 138 para posicionarse, en 2023, en el peldaño 126 entre las 180 naciones incluidas en el citado informe.

Entonces, cierto es que falta mucho, pero se logró detener la caída libre y comienza a revertirse el negro panorama de la corrupción en México, algo que por lo demás encoleriza a la oposición, porque le quitaron el presupuesto de las manos, del que se sirvió con un cucharón.

Las rebanadas del pastel

Tras la madriza que le pusieron en el simulacro electoral universitario, Xóchitl cree que si se refugia en el mundo virtual gano con el 97 por ciento, la neta.
¡Claro! Para eso están sus bots.

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