Putin y Xi consolidan su G-2 frente al declinante G-7 y el irresistible Brics+
El “presidente” ilegítimo Zelensky concluyó su mandato en mayo del año pasado y representa a una microminoría estridente del 0.12 por ciento ( ¡megasic!) de su población y nunca ha ocultado su persecución religiosa a la mayoría de los cristianos ortodoxos eslavos en toda Ucrania (57 por ciento en la parte occidental y 63.2 por ciento en la parte oriental rusófila-rusófona). Sea racial, religiosa o democráticamente, Zelensky es un omnitirano increíblemente apuntalado por la OTAN y la UE contra todos sus principios básicos de fe democrática.
Kissinger forjó el G-2 de Estados Unidos y China frente a la ex-URSS y, antes de fallecer a sus 100 años, empezó a coquetear un G-2 de Estados Unidos con Rusia, mientras la rusofobia congénita de Brzezinski siempre mantuvo firme un G-2 de EU con China frente a Rusia, hasta su fallecimiento a los 89 años.
En un abordaje de largo plazo, si Kissinger y/o Brzezinski hubieran leído la “teoría de juegos” de Von Neumann, se hubieran enterado de que no hay nada más inestable que un juego entre tres actores. Fue justamente lo que sucedió cuando Obama/Biden, quienes ubicaron siempre a Estados Unidos como el inmutable ombligo del mundo, se llevaron la inesperada sorpresa de un G-2 entre Rusia y China que dejó aislado a EU, en especial después del discurso ya histórico de Putin en Múnich en 2007 y la quiebra de Lehman Brothers en 2008.
Hoy el cada vez más cohesivo y complementario G-2 de Putin y Xi se ha consolidado frente a las turbulentas contradicciones de Estados Unidos en Ucrania, Irán, Yemen y Gaza. Hasta ahora, Rusia no mordió el anzuelo muy abaratado de Ucrania para crear un G-2 con Estados Unidos frente a China, cuando cunde la “primera guerra comercial del mundo” (Red Voltaire dixit), que se ha transformado caleidoscópicamente en guerra financiera y de divisas.
Hubiera sido el colmo que el zar Vlady Putin, que vivió la catástrofe de la balcanización de la ex-URSS, hubiera repetido cándidamente los inconcebibles errores de Gorbachov y Yeltsin juntos.
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